En el entramado urbano de la ciudad de Matanzas existen varias calles cuyo nombre rinde tributo a personalidades de la ciencia en el territorio.
En 1985 el historiador matancero Claudio Galindo Molina publicó el folleto Calles de mi Matanzas. Este se editó como parte de la colección Cuadernos Históricos Matanceros, que dirigía la Comisión de Historia del Comité Provincial del Partido Comunista de Cuba. En esta valiosa obra es posible encontrar datos sobre los nombres antiguos y actuales de las calles matanceras. Además, se puede conocer cuáles son las que llevan nombres que rinden tributo a figuras de la ciencia.
Daoiz se llama Carlos de la Torre
La calle Daoiz, también calle 75, es una de las arterias más conocidas de la ciudad de Matanzas. Tiene, aproximadamente, 2.116 metros de largo. Desde hace décadas lleva como nombre el del sabio matancero Carlos de la Torre y Huerta (1858-1950). Este relevante científico cubano hizo aportes significativos a la zoología, la paleontología y la antropología. Fue una autoridad mundial en el estudio de los moluscos, profesor y rector de la Universidad de La Habana. Tuvo un pensamiento pedagógico de avanzada y fue un activo luchador por la independencia de Cuba.
Carlos de la Torre y Huerta, el hijo de Matanzas que fue un sabio universal
Espíritu Santo es Filomeno Rodríguez
La oficialmente calle 131, en el barrio de Pueblo Nuevo, se conoce popularmente como Espíritu Santo, su denominación más antigua. Posee cerca de 61 metros de largo. Pocos conocen que se le nombró, hace varios años, como Filomeno Rodríguez Acosta (1880-1951), destacado médico matancero que se especializó en enfermedades del corazón. Llegó a ser corresponsal de la Academia de Ciencias de La Habana, así como fundador y presidente de la Sociedad Cubana de Cardiología. Tuvo una vida intelectual prolífica, con varios libros publicados.
San Francisco o Martín Morúa Delgado
También en Pueblo Nuevo está la calle San Francisco o calle 119, que posee cerca de 896 metros de largo. Rinde tributo en su otra denominación, que es casi desconocida, a Martín Morúa Delgado (1857-1910). Este fue un político y escritor que sobresalió por la defensa de los intereses de los negros y mestizos cubanos. Aunque no fue propiamente un científico, en su obra se destacan los trabajos que escribió acerca de la educación, la que consideró vital para superar los estigmas y discriminaciones.
Santa Teresa también es Emilio Blanchet
En el barrio de Versalles, la calle 290 es Santa Teresa desde hace más de un siglo. Sin embargo, su otro nombre reconoce la vida de obra del erudito matancero Emilio Blanchet Bitton (1829-1915). Este yumurino fue poeta, historiador y pedagogo. También escribió novelas y obras de teatro. Dejó una amplia bibliografía. En su larga vida participó en varios proyectos e iniciativas culturales de la ciudad. Se le consideró, en vida, una figura imprescindible de la historia matancera.
José Antonio Valdés Anciano y San Ambrosio
José Antonio Valdés Anciano y San Ambrosio son la misma calle en Pueblo Nuevo, también calle 280. Esta posee 927 metros de largo, aproximadamente. José Antonio Valdés Anciano (1867-1923) sobresalió como médico. La especialidad a la que se dedicó fue la neurología, en la que gozó de merecida fama. Ejerció la medicina en La Habana y desde 1905 fue profesor de la Universidad. Integró la Academia de Ciencias de La Habana. Fue conocido por varias innovaciones médicas y la descripción de casos únicos.
José Antonio Valdés Anciano: gloria matancera de la neurología
San Rafael, la calle del maestro
San Rafael, calle 127, en Pueblo Nuevo, de 985 metros, se llama Antonio Luis Moreno, quizás la figura histórica más célebre de ese barrio. Antonio Luis Moreno (1843-1906) fue un ilustre maestro matancero. Fundó en 1868 el Colegio El Porvenir, escuela que aún existe con el nombre de su fundador. Desde el puesto de director realizó, durante décadas, una hermosa labor formativa y educativa de varias generaciones. Además, fue autor de varios libros de textos, en especial de una Geografía de Cuba que tuvo numerosas ediciones.
San Fernando y José de la Luz y Caballero
No sólo a personalidades de la ciencia matancera se rinde tributo en las calles de la ciudad. San Fernando o calle 135, de 874 metros, se llama José de la Luz y Caballero (1800-1862), insigne figura del magisterio cubano. Educador y filósofo, rindió una ardua faena como maestro y profesor. Hizo gala de sus dotes como educador en los colegios habaneros de San Cristóbal de Carraguao y El Salvador. Fue muy querido por sus discípulos y su ejemplo como maestro ha trascendido en el tiempo. Es una de las figuras cumbres de la historia y la cultura cubanas.
Para Luis Cuní la calle 264
En el barrio de la Playa, la calle 264 está dedicada al profesor, médico y naturalista Luis Augusto Cuní Varela (1865-1947). Discípulo del sabio Carlos de la Torre, estudió los mamíferos acuáticos cubanos. También se dedicó a ejercer como médico. La principal labor que realizó fue como profesor de ciencias naturales, cátedra que desempeñó por lagos años en el Instituto de Segunda Enseñanza de Matanzas. Recibió en 1943 un homenaje de la sociedad matancera por sus aportes a la ciencia y la educación en la provincia.
Calzada General Betancourt
Por último, la conocida Calzada General Betancourt, rinde homenaje al Mayor General Pedro Betancourt Dávalos (1858-1933). Precisamente por esa calle entró a Matanzas este patriota al frente de sus tropas en 1899. Pedro Betancourt fue médico. Se graduó en la Universidad de Pennsilvania el 15 de marzo de 1881. La tesis que presentó se tituló “Arnica on the Circulation”. Además, en su casa se fundó, en 1892, el Centro Médico Farmacéutico de Matanzas.