… porque cuando estoy desecho,
cuando quiero ver a Dios,
voy a buscarlo en las dos
catedrales de tu pecho.
Conocí a Fernandito García en la Bienal de la Décima en Cárdenas, a finales de los ochenta. Ya emergía el poeta.
Natural de Juan Gualberto Gómez, localidad del municipio Unión de Reyes, era el vástago de otro poeta consagrado, Fernando García González, miembro de una legendaria familia campesina de bardos matanceros.
“De ahí que sus versos fluyan como agua de manantial, enriquecidos por una fina sensibilidad y el filtro de esmerados estudios literarios”, señala el Indio Naborí en el prólogo al poemario Urgencia por el alma, de Fernando García García, publicado en 1996 por ediciones Matanzas.
Había nacido el 3 de febrero de 1959 y muy temprano se destacó en el cultivo de la décima y otras estrofas poéticas. Entusiasta contertulio, frecuentaba los talleres literarios y actividades culturales del viejo terruño, donde exponía su creciente vocación versificadora.
Poeta de verso inspirado, incansable promotor cultural, a la muerte de Wicho, Fernandito le sucedió frente a la Casa Naborí. Bajo su dirección, la emblemática institución limonareña sostuvo la intensa programación cultural con que fue fundada y se creó el Concurso Nacional de Repentismo Pablo Luis Álvarez, Wicho. El evento llegó a considerarse el más importante de su tipo de cuantos existían en el país.
El dominio de los elementos propios de la espinela no apocaban su inquietud renovadora. Por el contrario, solía jugar con el encabalgamiento, el verso trunco o la ubicación de una pausa más allá de la clásica redondilla inicial de las décimas clásicas.
…llenarte
de luces donde amanezca,
donde la música crezca,
donde el amor es un arte
que se atreve.
VI
Y si preciso
mirar tu voz, una estrella
transformarías en ella…
Tríptico es un poema de diez versos de 24 sílabas cada uno. Tres décimas contenidas en la nueva estrofa resuelven la consonancia con rimas internas y al final de cada verso.
Lenta música saluda la soledad que me llega bajo la noche callada,
deshaciendo la mirada para ser inadvertida en el silencio que entrega
la soledad desatada; pero el silencio descuida la imagen que se sosiega
con una palabra muda y la noche se me entrega sola y desencadenada
en su música desnuda. Si la soledad la niega para dejarme sin nada…
A su laboriosidad investigativa le debemos uno de los compendios más completos de los decimistas matanceros. En el volumen La brevedad de lo eterno, publicado también por Ediciones Matanzas, con prólogo de Carilda Oliver Labra, logra reunir la obra decimística, oral o escrita, de numerosos creadores matanceros.
Fernandito se destacó igualmente como realizador de programas televisivos. Audaz director, guionista y productor, mereció importantes premios en festivales nacionales y otros eventos televisivos por programas campesinos y los dedicados a personalidades de la cultura.
Este es mi sueño, se viste
con la ropa que yo tengo,
él viene alegre, yo vengo
como de un pasado triste.
Entre nosotros existe
un equilibrio, diría,
por ejemplo, que no hay día
que no traiga en su entereza,
alegría a mi tristeza
o tristeza a mi alegría.
Dado a organizar eventos y actividades culturales, Matanzas le agradece las ediciones del Concurso de pies forzados El Laurel de Plácido, desarrollado en la ciudad durante los capítulos provinciales de la Feria Internacional del Libro.
En su empeño de promover la décima, organizó talleres en la sede matancera de la Uneac, con el objetivo de defender con ella las auténticas raíces de nuestra cultura. A uno de aquellos encuentros fui convocado por Fernandito, para conversar sobre la obra de mi abuelo Pedro Pérez Pijeira, El Sinsonte de Torales, humilde hombre de campo nacido en San Antonio de Cabezas, quien llegó a destacarse como cultor de la décima campesina.
Isla cantada, tesoro
acariciado de mares,
donde entonan los palmares
amaneceres de oro.
Entrañablemente humano, sensible hasta el llanto, disfrutaba su trabajo y cada nuevo empeño en que se comprometía.
Su obra poética resultó ganadora en Décima durante varias ediciones del Concurso provincial de Literatura Nestor Ulloa, en 1990 obtuvo la Primera mención del Concurso nacional 26 de Julio y en 1994 ganó el Premio Décima del Concurso José Jacinto Milanés, con el poemario Urgencia por el alma.
Fernando García García falleció a los 51 años de edad en su hogar matancero el 28 de marzo de 2010. Víctima de una dolencia cardiovascular, con su temprana muerte se perdía una de las voces más autorizadas del quehacer decimístico matancero.
En su honor fue creado en el 2022 el Taller de la décima Fernandito García, en el Centro de promoción Literaria José Jacinto Milanés, presidido por el destacado poeta Reynaldo Gil, Papito, y constituido para defender el legado de los cultivadores del género.
El nombre y la obra de Fernandito García han de perdurar en el imaginario de todo aquel que se acerque a la manifestación poética, que cultivó, promovió y defendió con todas las armas a su alcance. (ALH)
…ya sabrás por quien te quiere
¡oh! Labio del labio preso,
cuando la muerte es un beso
que dulcemente se muere.