Cuando se hable de matanceridad, hay rasgos propios de una urbe alucinógena que jamás deben faltar. El Valle Yumurí, el San Juan o el Teatro Sauto se erigen como joyas naturales o arquitectónicas de incalculable valor. Sin embargo, los enlaces sobre ríos son nexos que le confieren distinción a un epíteto primigenio: La ciudad de los puentes…
Uno de ellos es centenario y único de su tipo en Cuba por la otrora capacidad de giro en su maquinaria. El puente giratorio, negro o de oro compone una tríada de pasos tan longevos como autóctonos.
Colocado muy cerca de la bahía desde inicios del pasado siglo, el giratorio vio pasar sus años mozos de esplendor, donde servía de unión ferroviaria a los extremos populosos de la ciudad. Sin embargo, hoy su imagen dista de lo que un día fue…
“No nos hemos olvidado nunca del puente. El puente se tiene que convertir en el cañonazo de las nueve. Su giro es una atracción tanto turística como local”, apuntó Leonel Pérez Orozco, Conservador de la Ciudad de Matanzas.
Un soñador proyecto académico de estudiantes de Ingeniería Mecánica de la Universidad de Matanzas ambiciona la restauración de las piezas que posibilitan el movimiento del giratorio.
“Del proyecto ya se han realizado los cálculos de los pares cinemáticos, así como el diagnóstico de piezas y el análisis metalográfico”, añadió Marcos Montiel Hernández, Estudiante de Ingeniería Mecánica en la Universidad de Matanzas.
Pese al interés en la conservación, expertos alertan del peligro que supone maniobrar sin extremo cuidado en una obra civil compleja y deteriorada.
“Si al puente se saca de estos apoyos y se desbalancea, incluso después de la reparación capital expuesta, no se logrará regresar a su nivel. Esto se debe a que el centro del puente todavía está apoyado gran parte sobre pilotes de júcaro, de más de cien años y que hoy no hay certeza de su resistencia actual. No debemos, sin inversión o recalce de cimientos previo, atrevernos a girar el puente. Puede ser su final”, señaló el Ms.C Ing. Hector Alfonso Pérez, Ingeniero Principal de la Empresa de Proyectos de Arquitectura e Ingeniería de Matanzas.
“Se está colegiando para lograrlo por etapas, pues es un proyecto muy costoso”, apuntó Pérez Orozco.
Utopía o realidad puede devenir la rehabilitación del puente giratorio, al menos con fines turísticos. Inversión, trabajo y mucha experticia requiere verlo girar nuevamente sobre su eje. Las nuevas generaciones están en deuda con la matanceridad.