Dedicado a la bacteriología, la vida del matancero Juan N. Dávalos fue un ejemplo de consagración a la ciencia.
Sabanilla del Encomendador, actual Juan Gualberto Gómez, fue el lugar donde nació Juan Nicolás Dávalos Betancourt, el 6 de noviembre de 1857. Recibió la primera enseñanza en el Colegio Los Normales, una de las más destacadas instituciones educativas de la historia de Matanzas.
Comenzó los estudios en la Universidad de La Habana, pero se graduó de licenciado en medicina y cirugía en la Universidad Central de Madrid el 7 de mayo de 1886. Después realizó cursos de ampliación en Francia, Alemania, Inglaterra y Estados Unidos.
Se destacó por sus resultados en el campo de la bacteriología. Fue una de las principales figuras del Laboratorio Histobacteriológico e Instituto de Vacunación Antirrábica de La Habana, fundado en 1887.
En sus investigaciones aisló e identificó diferentes microorganismos patógenos y obtuvo sueros contra el tétanos y la fiebre tifoidea. También investigó sobre el carbunclo, el paludismo, la fiebre amarilla, la lepra, la angina infecciosa y la difteria.
Aunque estudió infecciones humanas, dedicó numerosos trabajos científicos a enfermedades infecciosas que afectaban a los animales. Así lo hizo con el muermo equino, la difteria aviaria, la pintadilla del cerdo y el higadillo de las gallinas.
Dávalos fue también un innovador. Obtuvo en Cuba la sero-reacción Nidal positiva y modificó la solución de Zielh para la coloración rápida de los gérmenes. Realizó estudios sobre el agua de coco como medio de cultivo de microorganismos patógenos y el poder desinfectante del electrozono. También investigó la seroterapia como método de tratamiento.
Encabezó una activa campaña contra el muermo, epidemias causadas por la estabulación masiva de equinos en La Habana. Varias veces se inoculó de forma accidental. Así le sucedió con los virus de la rabia y el tétanos, y con los gérmenes de la tuberculosis y la fiebre tifoidea.
Con Enrique Acosta desarrolló en 1894 la vacuna antidiftérica, a partir de la utilización de un novedoso procedimiento. Esto sucedió a sólo unos meses de haber sido obtenida en Francia por Emile Roux.
Debido a su prestigio como investigador fue electo miembro de la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de la Habana el 27 de enero de 1895. Cuatro años después, en 1899, revalidó su título de doctor en medicina en la Universidad de La Habana.
En 1902 se incorporó al recién inaugurado Laboratorio de la Isla de Cuba. Desde ese lugar colaboró con Carlos J. Finlay en las campañas contra el tétanos infantil y la tuberculosis. Estuvo entre los autores del Manual de práctica sanitaria (1905), dirigido a jefes e inspectores de Sanidad, médicos y funcionarios de la República de Cuba.
Colaboró en revistas de prestigio como los Anales de la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de la Habana. También lo hizo en los Archivos de la Sociedad de Estudios Clínicos, la Revista de Ciencias Médicas y la Crónica Médico-Quirúrgica de La Habana. Muchos de sus publicaciones fueron realizadas en colaboración con otros investigadores cubanos.
Entre los artículos que publicó aparecen “Diagnóstico bacteriológico de la lepra” (1889), “El bacilo coli comuni” (1892) y “El diagnóstico bacteriológico de la difteria” (1897). Otros que dio a conocer fueron “Investigación bacteriológica del agua de Vento” (1902) e “Investigación del bacilo del tétano en el pabilo” (1905).
Sobre enfermedades animales se destacan los trabajos “Etiología del higadillo” (1888), “La jutía como propagadora de la pintadilla” (1888), “La pintadilla del puerco en el curiel” (1889), “Los coccideos en el conejo” (1891) y “La difteria aviaria en la Isla de Cuba” (1907). Entre los libros estuvieron Consideraciones sobre el muermo (1893) y La difteria aviaria en Cuba (1904).
Juan Nicolás Dávalos falleció en La Habana el 4 de diciembre de 1910. Según el doctor Arístides Agramonte, fue “…el primer bacteriólogo de Cuba”. César Rodríguez Expósito, historiador de la medicina cubana, le llamó “el sabio que sueña con las bacterias”.(LLOLL)