Maestro por vocación y estudioso del idioma español, el matancero Félix Ramos Duarte sobresalió por su obra científica en México y Cuba.

Félix Ramos Duarte vio la luz en el poblado de San José de Ramos en 1848. Hizo los primeros estudios en ese lugar y en el Colegio El Progreso, en Cárdenas. Muy joven trabajó como maestro primario y fundó una escuela en el barrio La Ciega. En 1869, perseguido por sus ideas tras el inicio de la Guerra de los Diez Años, emigró a México.

Establecido en Mérida, Yucatán, desarrolló una amplia labor pedagógica. Impartió clases de Historia sagrada en el colegio San Idelfonso y de dibujo lineal en el Instituto Literario del Estado de Mérida. En este último también fue profesor de gramática castellana, aritmética, historia de América y geografía universal. En 1879 se graduó como maestro de enseñanza primaria y superior en la Escuela Normal de Mérida.

Se radicó en Veracruz en 1881. Allí fue nombrado profesor de dibujo industrial en la Escuela Nocturna de Adultos en 1883. Dos años después se le nombró representante del profesorado de esa ciudad para recibir un curso en la Escuela Modelo de Orizaba, por profesores suizos y alemanes. Recibió el título de profesor teórico-práctico del sistema de enseñanza objetiva en 1886.

En Ciudad México fue profesor de literatura, historia y gramática castellana en el Seminario Teológico y Escuela Preparatoria de la Iglesia Presbiteriana de Tlalpam. También dio clases de pedagogía, historia y geografía física y universal en la Escuela Normal Presbiteriana. De 1889 a 1894 fue docente de historia de México, teneduría de libros, gramática castellana, literatura, química y física, pedagogía, labor manual y dibujo, en la Escuela Normal Metodista “Hijas de Juárez”.

Por breve tiempo ejerció como inspector general de las escuelas en el Estado de México en 1892. Participó en el XI Congreso Internacional de Americanistas, celebrado en Ciudad México en 1895. Las disertaciones que presentó en ese evento: «Origen del nombre Yucatán» y «Estudio filológico del nombre “Lucayo” o “Yucayo”», se consideran estudios relevantes para su época. En un evento similar, realizado en 1897, expuso el trabajo “Origen del nombre Yucatán”.

Desarrolló una amplia labor como publicista en México. Colaboró en periódicos de Mérida como El PensamientoEl Eco del ComercioLa Revista de Mérida. En Veracruz dio a conocer sus trabajos en El VeracruzanoEl FerrocarrilEl Derecho Comercial y El Mosquito. También publicó artículos en La Semana PolíticaEl Correo del GolfoEl Pabellón EspañolLa PolíticaEl Correo EspañolEl UniversalEl Abogado CristianoEl Diario del Hogar y otras publicaciones de Ciudad México.

Con sus obras contribuyó a la renovación de los conceptos y métodos pedagógicos para la enseñanza del idioma español. Combatió el excesivo preceptivismo imperante y la tendencia de concebir la gramática como lo más importante en el estudio del lenguaje. Defendió que esto limitaba el objeto de estudio de la lingüística, como nueva ciencia en desarrollo. Fiel a sus criterios, firmaba como “Feliz Ramos i Duarte”.

Regresó a Cuba en 1899, tras treinta años de exilio. En 1900 fue nombrado maestro en Güines y después de director del Colegio de San Lázaro y San Leopoldo, en La Habana. También trabajó como inspector auxiliar de la Junta de Educación de La Habana. Ese mismo año formó parte de la Escuela de Verano para maestros cubanos en la Universidad de Harvard. Entre los años de 1901 a 1903 fue varias veces presidente del tribunal de exámenes de maestros de La Habana y director de escuelas.

Publicó libros de texto como Tratado elemental de aritmética (1875), Elementos de dibujo lineal (1879) y Tratado castellano o guía para la enseñanza de la lengua materna (1896). Hizo aportes a la filología mexicana en Diccionario de mejicanismos. Colección de locuciones y frases viciosas (1895) y Crítica de lenguaje (1897). Además, publicó un Diccionario de curiosidades históricas, geográficas, hierográficas, cronológicas, etc., de la República Mejicana (1899).

En Cuba también dio a conocer trabajos filológicos importantes, como Tratado de onomatología o estudio sobre los nombres propios (1906). Otros aportes fueron Diccionario de observaciones críticas sobre el lenguaje de escritores cubanos (1912) y Crítica de filología cubana (1919). En 1893 publicó el artículo “Orígenes del lenguaje cubano”. Dejó manuscrito un Diccionario Yucayo (1919).

Félix Ramos Duarte murió en La Habana en 1924. (ALH)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *