El Campeonato Mundial de Judo de Tashkent 2022, en Uzbekistán, que acontecerá desde el 6 de octubre venidero, representa para el judo cubano la oportunidad de redimirse de lo sucedido en la anterior edición y alcanzar, al menos, una medalla.
En Budapest, Hungría, los antillanos quedaron fuera del medallero por primera vez desde que Jorge Fiss Castro alcanzara una medalla de bronce en la categoría abierta en la edición celebrada en la ciudad de Essen en 1987.
A partir de entonces encadenaron 20 con al menos una presea, con la cumbre en la XXIV edición celebrada en Birmingham, Reino Unido, en 1999.
En el torneo británico la escuadra cubana alcanzó el segundo puesto por países con cuatro medallas de oro, máxima cantidad obtenida por Cuba, además de dos de plata e igual cantidad de bronce.
A los caribeños les resulta esquivo lo más alto del podio desde que Idalis Ortiz, en la división de +78 kg, lograra imponerse en la final a la brasileña María Altheman en la edición XXXIV celebrada Cheliábinsk, Rusia, en 2014.
Esa medalla adquirió dotes de alta significación teniendo en cuenta que sirvió a Cuba para empatar con el Gigante Sudamericano en la tercera plaza del medallero con (1-1-2). Desde aquella ocasión las delegaciones cubanas estuvieron fuera del podio.
Precisamente en esta cita una de las mayores esperanzas de alcanzar el podio de premiaciones recae en la natural de Candelaria, quien cuenta con un palmarés envidiavle en torneos del orbe con ocho medallas: dos de oro, dos de plata y cuatro de bronce.
El segundo lugar obtenido en el grand slam de Hungría en julio pasado indica que es posible la medalla para la atleta cubana más laureada, aunque ella sueña con la tercera corona que le iguale a la estelar Driulis González.
El equipo femenino se completa con otras cuatro integrantes entre las que resalta Kaliema Antomarchi (-78 kg), quien si bien no tuvo los mejores resultados en la gira europea ya se ha colgado una medalla en estas lides, el metal de bronce que ganó en Budapest, Hungría, en 2017.
Maylín del Toro (-63 kg) también cuenta con experiencia mundialista, con un quinto puesto como su mejor ubicación. Llega a este evento con un tercer lugar en el grand slam de Hungría en 2022.
En -57 kg la representante de Cuba será Arnaes Odelín y en -52 kg la otra debutante, Melissa Hurtado, quien ganó el Abierto Europeo de Judo de Oberwart 3022, en Austria, hace apenas un mes. Ambas llegan a la lid mundial luego de un extenso periplo de entrenamiento en Europa al mando de Yordanis Arencibia.
Entre los hombres los pronósticos apuntan a Iván Silva en -90 kg como el cubano con más posibilidades de alcanzar un metal en Tashkent.
Cuarto clasificado en el ranking de su división, incluso por delante del japonés Murao Sanshiro, presenta como credenciales este año los podios alcanzados en los grand slam de Tel Aviv, Hungría y Antalya. Se impuso en este último.
Acompañarán al medallista de plata en Bakú 2018 otros experimentados como Magdiel Estrada, segundo lugar en el grand slam de Zagreb 2022 en -73 kg, y el +100 kg Andy Granda, quien alcanzó podios en Oberwart y Antalaya este mismo año. No obstante, estos no han logrado mayores éxitos en citas intercontinentales.
La delegación se completa con una terna de jóvenes promesas que ya comienzan a tener resultados en la arena internacional. No estará esta vez el talenso Kimy Bravo en -66 kg, quien se recupera de algunos procesos virales sufridos recientemente.
En esa división competirá Orlando Polanco, acompañado de Danny Porte en -60 kg y el +100 kg Omar Cruz, quien este mismo año se encumbró como subcampeón mundial juvenil en Guayaquil, Ecuador. A sus 18 años constituye uno de los mejores prospectos del judo cubano.
Para la tropa dirigida por Julio Alderete parece a priori más difícil obtener una medalla que para las féminas. Sin embargo, en el difícil panorama del judo universal, dominado por europeos y asiáticos, cada ippon de los caribeños contará que de este lado del mundo el judo vive. (JIT)