La ensayista, investigadora y traductora Katherine Hedeen pudo interesarse por cualquier otro tema pero, durante los estudios preliminares de su tesis de doctorado, descubrió las conexiones entre las voces poéticas de Fina García Marruz, Georgina Herrera y Carilda Oliver Labra.

“Me interesa muchísimo su poesía precisamente porque lo que yo buscaba en esa tesis eran las relaciones entre la expresión de la construcción de una voz poética a partir del género sexual y cómo ese sujeto poético se relacionaba con el movimiento social que significó la Revolución Cubana.

“Yo veía en cada una de estas poetas un vínculo muy fuerte entre su expresión de una subjetividad femenina y una subjetividad revolucionaria. Es muy valiosa la obra de estas tres grandes mujeres de la literatura, pero todavía no se conoce lo suficiente fuera de Cuba. Otro aspecto importante de mi trabajo va dirigido a hacer que sus voces se conozcan más allá de la Isla”.

 

Develar, desde la primera lectura, la fuerza poética que encierran las letras de Carilda, advertir que su escritura se atrevía a ir mucho más allá de una oda a lo sexual e, incluso, de un llamado a la emancipación de la mujer, para conectar con lo social, lo político, lo patriótico, fue para Hedeen todo un descubrimiento.

“Fue una revelación conocer las interioridades de su poesía. En el ensayo que le dediqué a su obra me enfoqué, específicamente, en buscar cómo se interconectan sus apreciaciones de lo femenino y de la Revolución cubana.

“En su caso es una poesía absolutamente comprometida con los cambios sociales que trajo todo ese proceso después de 1959. Estudié cómo ella construye un cuerpo que intenta descolonizar.

“Se ha asociado muchísimo la poesía de Carilda con lo sexual, una poesía desde el cuerpo y lo que yo intento destacar es que ese cuerpo va mucho más allá de la expresión de una sexualidad muy activa para también participar plenamente en el proyecto descolonizador que es la Revolución Cubana”.

Aunque la norteamericana percibe y resalta las referencias a la sexualidad que aparecen en parte de la producción poética de Carilda, que le sirve para alimentar el mito que en torno a ella aún se teje, logra visualizar y exponer algunos de los aportes de la Premio Nacional de Literatura.

“La poesía de Carilda Oliver Labra es escandalosamente desde el cuerpo y ahí es donde encontramos su valor. Como resalto en el ensayo esa identificación con el cuerpo, obviamente, tiene algo que ver con una expresión abierta de la sexualidad.

“Sin embargo, el gran aporte de Carilda es cómo se relaciona esa manifestación de lo erótico, desde el sur de su garganta como escribió ella misma, con los grandes cambios sociales, políticos, económicos y culturales que llegaron con la Revolución. Ella no se limita a lo físico, al gozo sexual y su expresión abierta sino que, a partir de ese aspecto, busca también la trasformación social”.

Sigue escudriñando la norteamericana cada letra de la Novia de Matanzas para encontrar otros aportes, igual de relevantes a la literatura cubana, a la universal. El disfrute de la lectura de la poetisa de ojos claros y cabello rubio la envuelve en nuevos proyectos de investigación.

“Otro gran aporte de Carilda se encuentra en la forma, es algo en lo que quiero enfocarme un poco más en un futuro ensayo. El hecho de usar formatos populares, la décima por ejemplo, el uso amplio de la rima, aunque a algunos en algún momento les pueda parecer cursi, es donde realmente para mí se encuentra un aspecto muy poderoso de su poesía y es el intento de comunicarse con todos, no solamente con un grupo selecto o élite de lectores.

“A partir de su contenido, muy revolucionario en todos los sentidos, busca también que ese contenido llegue a un grupo grande de personas priorizando el uso de versos populares. Eso para mí es fundamental, una apropiación, con un proyecto muy bien definido de lo que quiere hacer, de lo que quiere transmitir”.

Aunque en el mundo a veces son escasas las referencias sobre Carilda, aunque cuesta trabajo encontrar un libro impreso con su firma en las estanterías de las librerías y bibliotecas, aunque no coinciden a veces las percepciones que desde diferentes partes del planeta dedicamos a un fenómeno o una personalidad como la de la poetisa matancera, lo que trasciende para todos son las realidades invariables.

Esa verdad fue la que apasionó a la ensayista, investigadora y traductora norteamericana Katherine Hedeen, quien no se quedó con la imagen seductora y más superficial de una Carilda cuyo segundo nombre es poesía, su apellido infinita.

Ella es mucho más que el recuerdo de un beso atrapado en las estrofas de un poema; su vida misma está escrita con la tinta con que se rubrican las obras de resistencia y profundo amor.

Por eso a Carilda Oliver Labra no le han faltado demostraciones del afecto más puro desde Argentina y Estados Unidos, desde Cuba o cualquier parte del mundo, cuando celebramos su cumpleaños 102 este 6 de julio.

Desde la paz que siempre transmitieron sus hermosos ojos color mar hasta la pasión encendida encarnada en sus versos intemporales, ardientes, consagrados a Cuba, correspondidos por toda una isla que la venera, recordamos a la Mujer Poesía, a la Mujer Patria que no necesita de las aureolas de lo inmortal porque su personalidad misma irradia la luz propia de los ángeles.

 

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