Lejos de mostrar algún tipo de arrepentimiento, el expresidente de Estados Unidos Donald Trump calificó de “farsa” y “estafa” el juicio civil por fraude en su contra iniciado en Nueva York este lunes.
El exmandatario (2017-2021) llegó a un tribunal de esa ciudad para el primer día del juicio civil en la causa que incluye a sus hijos mayores, sus empresas y los ejecutivos de la Organización Trump.
“Esta es una continuación de la mayor caza de brujas de todos los tiempos”, dijo a periodistas antes de entrar a la sala de la corte y atacó a la fiscal general demócrata de Nueva York, Letitia James.
Afirmó que James quiere “atraparlo” y que utilizó el caso para postularse para gobernadora y fracasó. Como «prácticamente no tenía seguidores. Regresó y dijo: ‘Bueno, ahora volveré a buscar a Trump otra vez’”.
“Y esto es lo que tenemos. Es una estafa y una farsa”, declaró el exgobernante con la misma postura desafiante al insistir que sus estados financieros “son fenomenales”.
Según Trump, “ningún banco se vio afectado, ningún banco resultó perjudicado”.
El proceso arrancó este lunes después de que un tribunal de apelaciones rechazara el intento de Trump de aplazarlo, hecho que supone un fracaso para el magnate.
La acusación, presentada en septiembre de 2021 por James, señala al exmandatario por participar por años en un fraude financiero para obtener beneficios económicos.
Con la ayuda de sus hijos Donald Trump, Jr., Ivanka y Eric, y de altos ejecutivos de la Organización Trump, el expresidente infló de forma fraudulenta su patrimonio neto en miles de millones de dólares, alega la demanda.
La Fiscalía pretende prohibir de forma permanente a Trump y sus hijos mayores desempeñarse como funcionarios o directores en cualquier corporación de Nueva York, así como vetar la posibilidad de que el exjefe de la Casa Blanca y su empresa puedan adquirir bienes raíces en Nueva York durante cinco años.
Además, solicita la devolución de todos los beneficios monetarios generados por esas prácticas fraudulentas persistentes, que se estiman en 250 millones de dólares.
El martes pasado, el juez de la corte de primera instancia Arthur Engoron declaró a los acusados responsables de todo lo que se les acusa y despojó a los demandados de sus licencias comerciales.
Un eventual fallo en su contra podría provocar que Trump pierda el control de algunas de sus propiedades más emblemáticas en Nueva York, como la torre que lleva su nombre.
Esta es apenas la punta del iceberg de una cadena de problemas legales de índole civil y criminal para Trump, quien enfrenta 91 cargos entre estatales y federales, y varios juicios pendientes en medio de una campaña electoral con la que busca su retorno a la Casa Blanca. (ALH)