Hace unos años, un vídeo viral mostraba como un pulpo en cautividad cambiaba de color mientras dormía, una secuencia que abrió numerosas especulaciones sobre los estados del sueño de los cefalópodos. Ahora, un equipo de científicos de Nueva York han dado un paso más: han documentado un ejemplar que parece tener pesadillas, un comportamiento del sueño nunca antes documentado en invertebrados.
Una mañana, los investigadores de la Universidad Rockefeller llegaron a su laboratorio y encontraron a Costello, un pulpo macho en cautividad que tenían en un tanque, con los brazos envueltos dentro de un tubo de PVC. Asombrados por aquel extraño comportamiento, el equipo de científicos decidió revisar las imágenes.
Descubrieron que Costello parecía estar defendiéndose de algo y se preparaba para un hipotético ataque ante una posible amenaza… Pero estaba completamente solo, y dormido. ¿Es posible que Costello estuviera teniendo pesadillas? ¿Estaba experimentando algo parecido a nuestra fase REM del ciclo del sueño? Es una de las hipótesis que barajan los investigadores, cuyas conclusiones acaban de ser publicadas en un artículo pendiente de revisión sobre comportamiento animal.
EL Sueño: una función biológica esencial
El sueño es una función biológica fundamental en la naturaleza, y está presente en todos los vertebrados analizados, así como en la mayoría de los invertebrados, entre los que se encuentran los cefalópodos, unos animales cognitivamente muy complejos que presentan estados de sueño activo e inactivo similares a los de los vertebrados durante los cuales muestran secuencias de patrones de camuflaje y modulación de los ritmos basales y permanecen relativamente insensibles ante estímulos externos.
Algunos científicos han especulado con que esos mismos estados del sueño podrían ser análogos al de los mamíferos, es decir, que presentan recuerdos episódicos con una estructura narrativa, como nos sucede a los humanos cuando entramos en sueño profundo, algo que los científicos achacan a un posible caso de evolución convergente, esto es, a que distintas especies muy distintas, como los mamíferos y los pulpos, hayan evolucionado de forma similar.
Para llevar a cabo el experimento los investigadores revisaron las secuencias grabadas en vídeo de los ejemplares en cautividad y anotaron todos aquellos episodios que les parecían extraños. En el transcurso de un mes, se identificaron cuatro episodios breves de entre 44 y 290 segundos de duración, durante los cuales el pulpo salió bruscamente de un estado de reposo de sueño y adoptó comportamientos defensivos o depredadores.
En uno de esos tránsitos, por ejemplo, Costello se puso de color rojo intenso, empezó a revolverse sobre el suelo del tanque y agitó sus tentáculos antes de expeler una nube de tinta, el mismo comportamiento que llevan a cabo los ejemplares en estado salvaje que se sienten amenazados, lo que sugiere que el animal podría haber estado respondiendo a un recuerdo episódico negativo o mostrando una forma de parasomnia similar a la de los humanos.
Otra explicación: posible muestra de envejecimiento
¿Estaba Costello realmente teniendo pesadillas? No deja de ser una hipótesis difícil de consensuar. Algunos biólogos manifiestan que el comportamiento errático de este ejemplar es el típico de un proceso de senescencia, algo que encaja con los datos empíricos. El pulpo en cautividad murió de forma natural poco tiempo después del experimento.
Los investigadores del estudio, preliminar y pendiente de revisión, advierten de lo arriesgado que sería sacar conclusiones concluyentes a partir de un único caso, pero, de cualquier modo, afirman que documentos como este pueden ayudar a arrojar luz sobre el estudio de los episodios del sueño en invertebrados para comprender mejor la evolución del sueño en especies muy distintas entre sí, como los pulpos y los humanos. (ALH)
Sergio Alcalde/ National Geographic