En 1907 el pedagogo Esteban Borrero Echeverría publicó el libro Nociones de Fisiología e Higiene, que fue un aporte a la educación cubana.
Esteban Borrero Echeverría (1849-1906) fue un escritor cubano, nacido en Camagüey, autor de escritos literarios en poesía y prosa, así como de trabajos sobre pedagogía, ciencias naturales y medicina. Es famoso por ser el padre de la poetisa Juana Borrero (1877-1896), la cual murió en plena juventud creadora, pérdida de la cual su padre nunca se recuperó emocionalmente. Dentro de su quehacer intelectual hay un aspecto que ha pasado desapercibido: la condición de autor de un libro para la enseñanza de la biología humana en Cuba, el titulado Nociones de Fisiología e Higiene (1907).
Médico y pedagogo
Esteban Borrero Echeverría hizo los primeros estudios en su ámbito familiar. Desde niño estuvo vinculado a la enseñanza. Obtuvo muy joven la condición de profesor de instrucción primaria e impartió clases en una escuela nocturna para adultos. Participó en la Guerra de los Diez Años, donde creó dos escuelas y alcanzó el grado de coronel. Fue hecho prisionero por los españoles, pero pudo evitar la pena de muerte y el destierro.
Radicado en La Habana, se desempeñó como maestro. Estudió medicina en la Universidad de La Habana, donde se graduó de licenciado. Después ejerció como médico y mantuvo una activa vida científica en sociedades como la de Estudios Clínicos y la Antropológica. Estuvo implicado en los preparativos de la Guerra de Independencia y en 1895 emigró a Cayo Hueso. Fue delegado del Partido Revolucionario Cubano y ministro del gobierno de la República en Armas en El Salvador y Costa Rica, país donde fue nombrado catedrático de Fisiología e Higiene, lo cual no aceptó. Al regresar a Cuba fue miembro de la Asamblea de Representantes del Cerro, pero renunció debido al desconocimiento de la misma por parte del gobierno norteamericano.

En los últimos años de su vida se dedicó enteramente a la enseñanza. Participó de forma activa en la instauración del sistema de escuelas públicas de Cuba en los inicios de la República. Ejemplo de ello fue la publicación de El amigo del niño. Libro primero de lectura (1906). En 1899 se le nombró catedrático de Anatomía y Fisiología Animales, Biología y Práctica de Zootomía y de Anatomía Comparada, en la Universidad de la Habana. Posteriormente pasó a la Escuela de Pedagogía donde impartió Psicología Pedagógica, Historia de la Pedagogía e Higiene Escolar. También ejerció como subsecretario de Instrucción Pública y Comisionado de Escuelas de Cuba.
Dentro de su bibliografía se destacan Poesías (1878) y la compilación Arpas amigas (1879). En la emigración pronunció discursos de homenaje a los estudiantes de medicina en 1896 y 1897, y por el primer aniversario de la muerte de Antonio Maceo. Dio a conocer varias obras en prosa, como El ciervo encantado. Cuento Prehistórico (1905) y Don Quijote, poeta. Narración cervantesca (1905). Su bibliografía científica fue amplia y se destacan Notas biográficas y críticas sobre Joaquín C. Lebredo (1887), La vieja ortodoxia y la ciencia moderna (1889), Muerte y vida (1895), entre otras obras, principalmente artículos. Colaboró en Revista de Cuba, Revista Cubana, Crónica Médico-Quirúrgica de la Isla de Cuba, Boletín de la Sociedad Antropológica de la Isla de Cuba y la Revista de Ciencias Médicas de La Habana.
Un libro para enseñar y aprender
El libro Nociones de Fisiología e Higiene fue aprobado como texto por la Junta de Superintendentes de Escuelas el 27 de enero de 1905. Al momento de ser publicado, 1907, ya había muerto su autor el 29 de marzo de 1906, víctima de suicidio, atormentado por la muerte de su hija Juana y su esposa, así como por el desánimo que le causó la situación política cubana. Desde varios años antes Esteban Borrero Echeverría se había propuesto la publicación de libros de texto para la enseñanza pública, aunque habían quedado inéditos. Así sucedió con unos tratados que redactó sobre Aritmética Inductiva e Historia Natural.
Los conocimientos de medicina que poseía, la práctica médica y pedagógica, así como el desempeño como catedrático de Anatomía Comparada y de Higiene Escolar en la Universidad de La Habana, estuvieron entre los móviles de Esteban Borrero Echeverría para escribirlo. Otro móvil fue la necesidad que existía de una obra de esta naturaleza, en el momento en que se daban los pasos iniciales para la creación de un sistema de escuelas públicas.

Este libro, que fue premiado con medalla de oro en las Exposiciones de París y San Luis, consta de 29 capítulos. Un aspecto llamó la atención acerca de la organización didáctica del texto. Otorgó un rango primordial a la fisiología del cuerpo humano, o sea, a las funciones que realizan los diferentes órganos y sistemas de órganos, descartando la tradicional descripción anatómica inicial. Esto le otorgó un nivel cualitativo superior.
La organización general del contenido en el los capítulos respondió a los siguientes criterios: están dividido en epígrafes, contienen ilustraciones relacionadas con el contenido, constan de un resumen con las ideas principales acerca del contenido tratado y traen un cuestionario con preguntas de control para la evaluación del contenido estudiado.
De forma general se presentan primero los contenidos relacionados con sostén y movimiento, o sea, los huesos y los músculos. Después todo lo referido a nutrición, donde se incluyen los alimentos y la digestión, entre otros aspectos. Seguidamente aparecen la circulación, con especial énfasis en la sangre, y la respiración. Lo relativo al sistema nervioso viene a continuación, para después estudiar la piel, los sistemas sensoriales y concluir con la voz.
En el capítulo denominado “Introducción”, una temática trató sobre “La fisiología y la higiene”. En este último acápite escribió Esteban Borrero Echeverría estas ideas, que poseen un gran significado educativo:
“El hombre, como los animales, se nutre y ejecuta otras funciones que estudiaremos en este libro. Cuando estas funciones o trabajos de nuestro cuerpo se hacen bien, se dice que tenemos salud»,
«No hay nada tan valioso como la salud. Con ella podemos prosperar, ser útiles á nuestros semejantes y disfrutar de los goces buenos de la vida. Sin ella nos sentimos desgraciados y á menudo somos una carga para los demás».
El segundo capítulo, que tiene por título “Cómo está hecho nuestro cuerpo”, también posee carácter introductorio. Es interesante la intención de que el maestro oriente la confección de un muñeco de barro o cera, para que pueda comprenderse que el organismo humano tiene diferentes partes: cabeza, cuello tronco y extremidades superiores e inferiores. También se debe mencionar que se presenta una comparación entre el cuerpo humano y el de un ave, pues:
“Para saber algo mejor cómo está formado interiormente nuestro cuerpo, podemos examinar el de uno de esos animales que en cierto modo se parecen al hombre: un pollo, por ejemplo”.
Los contenidos relacionados con el sostén y el movimiento del organismo humano se distribuyen en varios capítulos. La forma en que se inicia su estudio, con la presentación de la estructura de una casa, para destacar la función que cumplen los huesos en el organismo humano, posee un alto significado didáctico. En ese sentido expresó:
“El hombre, y con el hombre muchos animales que se le parecen, tiene asimismo una armazón muy fuerte, capaz de sostener la carne y demás sustancias blandas de nuestro cuerpo. Esa armazón está formada por los huesos”.
Se destacan además aspectos relacionados con la actividad práctica en la enseñanza de estos contenidos. Se explica el experimento que debe realizarse para estudiar la composición química de los huesos y comenta sobre la forma de abrir un hueso para estudiar su parte interna.

La nutrición como función vegetativa y el sistema digestivo, es también objeto de estudio en el libro. Esteban Borrero Echeverría no solo se refiere a los alimentos sino también a la necesidad del consumo de agua para el mantenimiento de la vida. En el capítulo titulado “Qué debemos comer”, se ofrecen las explicaciones necesarias acerca de alimentos como el azúcar, el almidón y otras. O sea, los carbohidratos o polisacáridos; las grasas, las carnes, el pescado, la leche, los huevos, los minerales y los condimentos. Es positivo el llamado que hace el autor al uso moderado de sal al recomendar el consumo de la “…estrictamente necesaria”.
Las funciones, estructura e higiene del sistema circulatorio son abordadas. Se incluyeron contenidos relacionados con la composición de la sangre, el funcionamiento y estructura del corazón, las arterias y venas y su distribución en el organismo humano. También cómo se incorporan las sustancias nutritivas a la sangre, la linfa y sus funciones, el cuidado de la sangre, los efectos del tabaco y el alcohol, así como las precauciones a considerar cuando se produce una herida.
Varios capítulos estuvieron dedicados al estudio de la función respiratoria y de las estructuras que la hacen posible. Después de comentar acerca de la presencia de oxígeno en el aire que se respira y de presentar la estructura de la laringe, profundiza en los pulmones, momento en el cual presenta un experimento que es posible realizar para ejemplificar cómo ocurre el movimiento de estos órganos ventilatorios, en coordinación con músculos como el diafragma.
Los contenidos relacionados con la función de regulación nerviosa están agrupados en varios capítulos, el primero de los cuales se titula “Cómo está gobernado el cuerpo”. En este se exponen varias funciones, para enfatizar porqué ocurren las mismas y el papel de los nervios en ellas. Después presentó los nervios, su funcionamiento y su estructura, Continuó con el cerebro, los nervios sensitivos y motores, así como explicar los sistemas nerviosos simpático y parasimpático. El capítulo que le continúa es “Cuidados que exigen los nervios”, el cual aborda lo relacionado con la higiene en el funcionamiento de estas estructuras.

El sistema tegumentario, sus funciones, estructuras y cuidados aparecen en los capítulos titulados: “La piel”, “El aseo de la piel” y “El vestido”. En el primero de estos el autor expone con gran sentido didáctico las características de esta estructura. Seguidamente comentó sobre el sudor y el pelo, relacionándolos con las funciones de la piel, en especial con la excreción y la regulación de la temperatura corporal. Están bien explicadas las razones por las cuales debe cuidarse la piel, con ejemplos tomados de la vida diaria.
Los contenidos acerca de los sistemas sensoriales del organismo humano son tratados en los capítulos “La vista”, “El oído”, “El tacto, el olfato y el gusto”, y “La voz”. En el primero de ellos debe destacarse la explicación que hace el autor de las estructuras que protegen los ojos. Más adelante expone la estructura interna del ojo como órgano especializado de la visión y la función de cada una de sus partes. Concluyó con los cuidados que necesita. En el capítulo correspondiente a El oído, Esteban Borrero Echeverría comenzó con la explicación de su utilidad para las personas. Después presentó la estructura externa e interna del oído como órgano de la audición.
Llama la atención el estudio del control sensorial del medio interno del organismo humano. En el capítulo relativo a “El tacto, el olfato y el gusto”, Esteban Borrero Echeverría dedicó su último epígrafe al “Sentido de los músculos y de los otros órganos interiores”. Sobre la significación de este expresó:
“La vista, el oído, el olfato, el gasto y el tacto nos dan a conocer los objetos exteriores. Pero también nos enteramos de lo que pasa en el interior de nuestro cuerpo, y sabemos, por ejemplo, qué músculos se estiran o se encogen, cuándo nos pide alimento el organismo, etc».
«Los encargados de avisar lo que sucede; en nuestros órganos son, lo mismo que en los sentidos exteriores, los nervios. Estos llevan al cerebro las impresiones que reciben en los músculos, el estómago, el corazón, el intestino, etc., y el cerebro ordena entonces lo que estima bueno”.
Vigencia de un libro
Es importante destacar en este libro el tratamiento de temáticas vinculadas a la higiene del cuerpo humano. Tal sucede con los temas sobre “Ejercicios saludables”, “Cómo se preparan las comidas”, “Bebidas alcohólicas”, “Cómo se evita el aire impuro”, “El vestido”, “Efectos del tabaco en la digestión”, “El vicio de fumar” y “Cuidados que la voz exige”.
En cuanto a los ejercicios necesarios para mantener la salud, Esteban Borrero Echeverría destacó que estos deben realizarse al aire libre. Defendió que se debe utilizar un vestuario adecuado y aconsejó las horas más apropiadas. Además, señaló las características que debe cumplir un ejercicio para traer realmente beneficios al organismo.
Especial atención brindó en su texto a lo relacionado con la preparación de las comidas. Después de explicar con claridad por qué es necesario cocinar los alimentos, expuso los requisitos y las maneras de hacerlo. Presentó los diferentes tipos de alimentos de acuerdo a la forma en que se cocinan: los que se cuecen, los que se asan, los que se hornean, los que se estofan y los que se fríen, así como los principales utensilios de cocina.
El consumo de alcohol fue un trastorno vinculado a la nutrición del ser humano que Esteban Borrero Echeverría criticó duramente:
“Los niños, sobre todo, no deben tomar nunca ni la más pequeña cantidad de alcohol, que haría en sus tiernos cuerpecitos un daño horrible”.
Los epígrafes titulados “Efectos del tabaco en la digestión” y “El vicio de fumar”, los dedicó Esteban Borrero Echeverría a tratar el tabaquismo y su incidencia nociva sobre el organismo humano. Al respecto señaló:
“En las personas mayores el vicio de fumar es peligroso, pero en los niños es más perjudicial aún, porque su cuerpo no está desarrollado todavía sino de un modo incompleto”.
Al tratar el tema «Cómo se evita el aire impuro», el enfoque es integral. Además de los hogares incluyó los asentamientos urbanos y los rurales, con lo cual destacó la higiene ambiental en su conjunto. En relación con el vestido, llama la atención la amplitud y oportunidad de los aspectos señalados, así como su vínculo con el clima de Cuba. Comentó los aspectos más generales e interesantes acerca de los “Vestidos impermeables”, “El color de los vestidos”, “Aseo del vestido” y “El sombrero y el calzado”.
Lo relativo a la voz en el libro de Esteban Borrero Echeverría fue igualmente novedoso. No sólo por su inclusión como contenido biológico, en lo cual puede considerarse precursor, sino en la insistencia en su cuidado. Esto es hoy un problema de salud en Cuba, debido a su incidencia en profesiones como el magisterio y al mal uso de la misma.
Valoración final
Esteban Borrero Echeverría dedicó este único texto a la enseñanza de la biología humana en Cuba. En él abordó dos aspectos relacionados con su profesión médica: la fisiología y la higiene. Demostró gran maestría pedagógica en la vinculación de contenidos de la vida cotidiana a la fisiología e higiene de los diferentes órganos y sistemas de órganos del cuerpo humano. Junto al pedagogo, el poeta y el científico, también convivió el autor de un libro valioso para la escuela cubana.
Buenos días.
¿Existe alguna manera de descargar le libro de Esteban
Borrero Echeverría sobre biología humana?
Buenas tardes amigo. Que yo conozca no está digitalizado.