La ciudad de Matanzas carece de piscinas para la práctica de deportes acuáticos. La falta de mantenimiento y la escasez de recursos conllevaron a su deterioro.
En los últimos meses, los atletas de natación y nado sincronizado trasladaron sus entrenamientos a playas como El Tenis. Aunque esta alternativa parece efectiva, la realidad resulta diferente. La visibilidad en el agua del mar dificulta la supervisión y el entrenamiento técnico. Las corrientes, olas y temperaturas pueden convertir una sesión de práctica en una experiencia arriesgada, y esta situación afecta la seguridad de los competidores y repercute en su rendimiento y desarrollo a largo plazo.
El deterioro de estas instalaciones en Matanzas plantea serias interrogantes sobre el futuro del deporte en la provincia. ¿Cómo se puede esperar que surjan nuevos talentos si no existen espacios adecuados para su formación? Las autoridades locales y directivos del Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación deben intervenir de manera urgente.
La creación de un plan que contemple la rehabilitación y construcción de piscinas resulta crucial para garantizar condiciones para entrenar y competir. Sin una atención inmediata a esta problemática, se corre el riesgo de perder a atletas. El futuro del deporte acuático en Matanzas depende de estrategias inmediatas. (ALH)