Si me sobra el corazón,
si mis labios besos son
y no le encuentro remedio
voy a la calle del medio
y me compro una ilusión.
Carilda Oliver Labra
Para Carilda Oliver Labra, la novia eterna de Matanzas, era seguro que en la calle del Medio encontraría algún consuelo a su dicha yerma.
Y es que en la populosa arteria comercial matancera, frívolos injertos aparte, era dado cumplir muchos sueños.
Ni que decir que la calle citadina sigue siendo visita obligada para aquellos que enrumben sus pasos por la ciudad de los puentes.
De todos modos, para muchos se trata de llegar hasta la calle Medio, en tanto para otros es preciso dirigirse a la calle de Medio.
Así, con el uso de alguna preposición o sin ella, todos identifican la misma vía citadina.

Sin embargo, los historiadores reconocen que para el año 1784 el cabildo de la pujante localidad bautizó con el nombre de Ricla, la mencionada calle matancera. Para entonces pareciera que ya eran suficientes las designaciones de la céntrica arteria, pero aún cabía esperar otras sorpresas.
Mientras tanto la población urbana crecía, el desarrollo azucarero de la provincia propiciaba el auge de la cultura. Músicos y poetas, pedagogos o doctores, distinguían la Atenas de Cuba, como llegaron a designarla y fuera reconocida por habitantes y foráneos. La ciudad se dotaba de palacetes y edificios neoclásicos y la calle del Medio estrenaba comercios, bancos, logias y almacenes entre otras muchas edificaciones particulares y públicas, de singular esplendor.
Es el caso que a poco la citada calle sería nuevamente rebautizada, esta vez como Avenida de la Independencia para rendir homenaje junto a otras calles a la gesta libertaria y los próceres de la Patria. Sin embargo como suele ocurrir con muchos topónimos, la nueva denominación no resultó favorecida por el uso popular, quedando reducido a unos pocos documentos oficiales y a la cita de algún historiador o periodista.
Pero la calle está allí, populosa como siempre, sobre todo en la hora de la apertura de sus tiendas y establecimientos. No le faltan bares y cafeterías, bancos y casas de cambio, oficinas de correo, un histórico parque de la rueda, así conocido popularmente, y diversos centros culturales.
Allí nació en 1828 Emilia Teurbe Tolón, la patriota matancera que bordara nuestra primera bandera. Allí radicó La aurora de Matanzas, reconocida publicación que distinguió el periodismo cubano del siglo XIX.
Mucho años más tarde, mientras avanzan las obras de embellecimiento iniciadas por el aniversario 325 de la ciudad, con cierta lentitud como consecuencias de las crisis epidemiológicas y dificultades económicas, la calle del Medio se anima cada día y cada día se reencuentra con el vecino y el visitante afanoso en descubrir los entresijos de la historia.
Con todo, cuando algunos transeúntes me preguntan por la calle 85 portando alguna cita o dirección oficial, lo oriento del mejor modo, sin dejar de preguntarme cada vez, que otro epíteto le depara a la concurrida y memorable calle del Medio.