Gregor Mendel murió en 1884 sin conocer el aporte que hizo a la biología con sus experimentos. Hoy se le considera el padre de la genética.
Gregor Johann Mendel fue un monje nacido el 20 de julio de 1822 en el seno de una familia campesina de Heinzendorf (hoy Hynčice, República Checa). Ingresó en el monasterio de agustinos de Brünn (hoy Brno, República Checa), reputado centro de estudio y trabajo científico.
Más adelante trabajó como profesor suplente en la Escuela Técnica de Brünn. Allí, Mendel se dedicó de forma activa a investigar la variedad, herencia y evolución de las plantas en un jardín del monasterio destinado a los experimentos.
Entre 1856 y 1863 cultivó y estudió 28.000 plantas de guisante o chícharos, analizando con detalle siete pares de características de las semillas, las flores y las plantas en general.
Hizo además una excelente descripción del gran número de cruzamientos experimentales que realizó. Lo anterior le permitió expresar numéricamente los resultados obtenidos y someterlos a un análisis estadístico, con un adecuado tratamiento matemático.
Gracias a sus exhaustivos experimentos enunció dos principios, más tarde conocidos como leyes de la herencia. Las observaciones que realizó le permitieron acuñar dos términos que siguen empleándose en la genética de nuestros días: dominante y recesivo.
Los resultados que obtuvo los dio a conocer en los artículos Experimentos sobre híbridos de plantas (1866) y Sobre algunos híbridos de Hieracium obtenidos por fecundación artificial (1869).
Sin embargo, su investigación no tuvo trascendencia alguna en los siguientes treinta y cuatro años. En ellos incidió el carácter local de las revistas donde publicó esos artículos, pero, sobre todo, que los científicos de su tiempo no estaban preparados para aceptar sus revolucionarias conclusiones.
La obra de Mendel obtuvo el debido reconocimiento en 1900. Sucedió cuando tres biólogos, el holandés Hugo de Vries (1848-1935), el alemán Carl Erich Correns (1864-1933), el austríaco Erich von Tschermak (1871-1962) y el inglés William Bateson (1861-1926), redescubrieron sus artículos.
Fue a finales de la década de 1920 y comienzos de 1930 que se comprendió el verdadero alcance de la obra de Mendel, en especial en lo que se refiere a la teoría evolutiva y la genética de poblaciones.
Las leyes de Mendel proporcionaron las bases teóricas para la genética actual y la comprensión de la herencia biológica. En este sentido la obra de Gregor Mendel fue gigantesca y se le considera uno de los pilares de la ciencia moderna.