Papel en blanco.  Computadora en mesa. La brisa corre. La mente insulsa trata de recordar las palabras que tanto sueña con decir.

Llega el tercer domingo de junio, día de los padres y para muchos una fecha llena de alegrías, sin embargo, a otros la tristeza los inunda.

Disímiles personas prefieren abrazar a sus seres queridos, otros llegan hasta la necrópolis más cercana para homenajear a los padres de la familia, mientras los nativos digitales abogan por expresar las felicitaciones mediante las redes sociales.

En pleno siglo XXI algunos refieren que madre es una sola y padre cualquiera. Las circunstancias demuestran a diario que la condición ha cambiado mucho. Padre es quien sepa serlo.

Los padres son un ejemplo a seguir, los hombres que aconsejan a los hijos, que son capaces de ayudar a las mujeres que tienen al lado y con su ejemplo inculcar valores.

El Día del Padre es una ocasión especial para demostrar amor y agradecimiento y reconocer su importancia en la vida familiar. Una oportunidad para fortalecer los lazos familiares y mostrar aprecio por el amor y el cuidado que brindan a diario.

La paternidad no consiste en un término estático. Ser padre representa un desafío y un reto a la vez. Hay que homenajear al padre que defiende que la familia sea lo primero, al hombre que funda valores y se mantiene en la preservación de los mismos y que transita con sus progenitores en el difícil camino de la vida. (ALH)

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