Kate Cox, una mujer de 31 años embarazada de 20 semanas que sufre de sangrados y otros problemas de salud, consiguió el jueves último una autorización judicial para interrumpir su embarazo, en el primer caso de este tipo desde que la Corte Suprema de EE. UU. anuló el derecho al aborto en 2022. Sin embargo, no puede llevarlo a término por una amenaza del Fiscal del estado.

Cox, que ya tiene dos hijos nacidos por cesárea, se enfrenta a un alto riesgo de ruptura uterina si el feto, diagnosticado con una anomalía genética llamada trisomía 18, muere en su vientre. La trisomía 18 es una condición que puede causar el aborto espontáneo, la muerte fetal o la muerte poco después del nacimiento.

La mujer acudió a los tribunales distritales del condado de Travis, Texas, el martes 5 de diciembre, después de que los médicos que la atendían se negaran a practicarle el aborto sin una orden judicial, debido a la ley de prohibición del aborto que está en vigor en Texas.

La ley, una de las más restrictivas de Estados Unidos, prohíbe el aborto después de las seis semanas de gestación y permite a los ciudadanos demandar tanto a las mujeres que se sometan al procedimiento como al personal sanitario que lo realice. La ley solo contempla una excepción vaga para los casos en que haya un riesgo sustancial de daño para la mujer.

La jueza Maya Guerra Gamble, del Distrito 459 del condado de Travis, aceptó la solicitud de Cox y emitió una medida cautelar que le permitía abortar. La magistrada consideró que el caso de Cox se ajustaba a la excepción prevista por la ley y que negarle el aborto sería un error judicial.

“La idea de que la señora (Kate) Cox desea desesperadamente ser madre y que esta ley podría hacer que pierda esa capacidad, es impactante y sería un error judicial (no conceder su solicitud). Así que firmaré el pedido que será procesado y enviado hoy”, dijo la jueza el martes.

Sin embargo, el fiscal general de Texas, Ken Paxton, reaccionó al fallo el jueves y advirtió que la medida cautelar no protegía al personal médico implicado en el aborto, que podría enfrentarse a demandas civiles e incluso penales si realizaba el procedimiento.

El viernes Paxton solicitó a la Corte Suprema de ese estado que detenga el aborto Cox. El fiscal republicano también envió una carta a los tres hospitales de Houston donde la doctora de Cox, Damla Karsan, podría practicarle el aborto, advirtiendo que procesaría a cualquier médico o institución de salud involucrado en el procedimiento.

El caso de Cox ha generado una gran atención mediática y política, ya que se trata del primero que desafía la ley de prohibición del aborto en Texas desde que la Corte Suprema de EE. UU. revocó el histórico fallo Roe vs. Wade en junio de 2022.

El fallo Roe vs. Wade, dictado en 1973, garantizaba el derecho al aborto en todo el país, basándose en la enmienda 14 de la Constitución de Estados Unidos. Había sido cuestionado en varias ocasiones, pero nunca había sido anulado hasta que el juez Samuel Alito declaró que “Roe fue un error garrafal desde el principio”.

La anulación del fallo Roe vs. Wade ha dejado a los estados la potestad de legislar sobre el aborto, lo que ha provocado una gran disparidad entre las leyes de cada uno. Algunos han aprobado leyes que protegen el derecho al aborto, mientras que otros han impuesto restricciones y sanciones. (ALH)

Tomado de Cubadebate

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