La Licenciada en Enfermería Nuvia Pérez Núñez conoció el amor por su profesión desde pequeña. Su madre, se convirtió en la principal motivación para estudiar la carrera.
“Mami, mi mejor enfermera, dice que cuidar de los demás representa una forma de amar”, afirma con una sonrisa nostálgica. “Sin saberlo, ella me enseñó que cada gesto de cariño puede marcar una gran diferencia en la vida de las personas”.
Cuando apenas llegaba a la camilla, Nuvia ideaba la forma de subirse en una silla. Con atención observaba como la enfermera Trinidad (Trini) inyectaba y curaba a los pacientes.
Tal vez por tanta intrepidez y curiosidad le faltó poco para nacer en un cuerpo de guardia. “Desde que tengo uso de razón estoy en un policlínico. Mi mamá decía que seguiría sus pasos”.
Al terminar los estudios universitarios optó por la carrera que tanto la apasionaba: la enfermería.  La experiencia en la formación como profesional del sector de la salud resultó difícil, pero nada la detuvo a perseguir su sueño de niña.
“Teníamos que estudiar bajo la luz de la farola de la calle, pero mi  objetivo estuvo bien definido. Desde temprano comenzaba la faena diaria. A las cuatro de la mañana ya me encontraba montada en un carro para trasladarme hacia Matanzas. En muchas ocasiones con la frialdad de la madrugada, pero quería lograr mi sueño y nunca abandoné la carrera”.
Después de tanto esfuerzo Nuvia logró su anhelo. La carrera le enseñó que ante las experiencias negativas existe la posibilidad de aprender a sacarle provecho y conformar lo positivo. El sentido de responsabilidad lo adoptó desde sus estudios.
¿Qué habilidades consideras esenciales para una enfermera?
_En primer lugar, tener un vasto conocimiento de todo el trabajo. Tener empatía por el otro, ser humana, es lo más importante. A veces no tenemos los recursos que se necesitan por la escasez de materiales. Pero tener una sonrisa, una buena explicación, orientar al paciente representa algo que la enfermera no puede perder, además del cariño que les brindamos tanto a ellos como a los familiares.
¿Cómo llegas a la sala de quemados del Hospital Provincial López Tabranes de Matanzas?
_ En el año 1996 llego a la sala de quemados recién graduada. En un inicio no era mi ubicación, me tocaba ortopedia. Pero existía déficit de personal en la sala y por un tiempo corto me mantendría allí.  Pero estuve durante nueve años en el servicio, difícil y triste a la vez.
“Ahí los pacientes no llegan por accidente, a veces son intentos suicidas, son personas jóvenes, vi morir a muchos. La sala de quemados resulta un área cerrada donde los pacientes pasan una larga estadía.  Los familiares llegan a convertirse en  una familia. A algunos ya no los recuerdo, pero ellos te recuerdan. Todavía  recuerdo la experiencia que viví durante tantos años”.
En la actualidad, la licenciada trabaja en el policlínico José Machado de Unión de Reyes y siempre ayuda a las personas que sufren de quemaduras.
¿Cómo manejas el estrés y la presión en un entorno hospitalario?
_ La presión que se vive en un hospital resulta muy estresante, pero a la vez la principal escuela de una enfermera al graduarse.  En la práctica aprendes todo lo que necesitas para ser una buena profesional. Lo más importante consiste en priorizar la situación más compleja.  Ante tanta presión y tensiones las enfermeras deben trabajar con pausa, con calma porque en gran medida, la vida de un ser humano depende de la eficiencia de la enfermera.
¿Cuáles resultan los momentos más gratificantes de tu carrera hasta ahora?
_ Tengo varios momentos que me hacen sentir orgullosa de mi profesión. Uno de ellos lo representa la misión internacionalista en la República Bolivariana de Venezuela, fue una escuela para mí. Todo lo que se vive en un país que no es el tuyo, lo que observas y en algún momento pensaste que nunca verías en tu vida.
La formación de estudiantes representa otra de las grandes pasiones de Nuvia. Con la labor garantiza el relevo de la enfermería en Unión de Reyes. “La mayoría de las que estamos trabajando pasamos los cuarenta o cincuenta años y tenemos que garantizar que nuestro futuro esté ahí. Me regocija observar cómo puedes formar un profesional y tratarlo de que sea tu imagen y semejanza, un personal con cualidades de humanidad, de respeto, de responsabilidad”.
La  carrera resulta hermosa. Nuvia explica a las nuevas generaciones que no siempre recibe todos elogios de un  médico,  pero cuenta con  la satisfacción del  deber cumplido,  de la parte que hiciste bien, con respeto, con humanidad. “El familiar y el paciente siempre te lo agradecen, no  olvidan  lo que haces por ellos”
¿Cómo te mantienes actualizada en las prácticas de enfermería?
_ Los profesionales de la enfermería deben mantenerse actualizados de los nuevos avances e innovaciones vinculados en este ámbito.  Actualmente soy profesora y tengo que estar al tanto de  lo novedoso, de las nuevas prácticas. Siempre debemos  estudiar. Nunca lo sabemos todo ni pensar que somos mejores que los demás.
El  principal objetivo de Nuvia  representa la formación  de  las nuevas generaciones. Con  veintinueve años como enfermera en el sector de las batas blancas desea continuar guiando al futuro de la enfermería en el municipio. “ Los jóvenes son nuestros futuro, nuestro relevo. Aunque no tengamos todos los recursos  de un hospital le ponemos empeño  y toda la intención. para el éxito de la carrera  en nuestra área de salud”.
¿Qué consejo darías a quienes desean optar por la carrera de  enfermería?
_ Si van a estudiar una carrera como esta que lo hagan por amor a  curar a los enfermos. Siempre les digo a mis estudiantes que si tomaron la decisión de estudiar la carrera es porque les gusta, no  porque no tenían más opciones, eso  sería un error garrafal. Les comento la enfermería no es como otra profesión donde  desechas un papel y haces otro nuevo. Aquí te equivocas y le cuesta la vida de un ser humano. Por lo tanto, los jóvenes que por la profesión deben  tener responsabilidad y entrega a la profesión. Hay que tener vocación epara llegar  a ser sea una buena enfermera. Si no resulta un fracaso.
¿Cómo impacta tu trabajo en tu vida personal y tu bienestar emocional?
_  Primero,  soy enfermera los trescientos sesenta y cinco días del año. No solo pongo en práctica mi profesión las ocho horas de trabajo. A los pacientes que llegan a mi casa no me niego a responder una pregunta, a atender  un  paciente, a curarle  una quemadura. Me gusta seguir mis  casos. Cuando comienzo a curar a un enfermo continúo hasta el final aunque sea sábado o domingo. Cada vez que algún paciente  me llama voy a su casa, o al policlínico donde lo pueda ver pero no me niego a atenderlo.
Para Nuvia su vida sin la enfermería y sin sus pacientes sería hueca, vacía.  “Los enfermeros somos una  figura pública. Todo el mundo nos conoce y al final  nuestro nombre casi desaparece” Aunque la apasionada a la enfermería desempeñó otras tareas políticas nunca abandona su  profesión.
Para Nuvia su trabajo lo representa  todo.  Que un paciente curado la conozca,  la salude y muestre que la piel no tiene marcas, la reconforta aunque no recuerde la magnitud de su quemadura.  “El que las personas te  identifiquen  al salvarle la vida, como que lo curaste, como  gracias a ti se  salvó su pie, su mano y otra parte del cuerpo resulta conmevedor”.
Defíneme en una frase lo que significa la enfermería para Nuvia
_ El arte  de curar.
La historia de Nuvia  representa un ejemplo vivaz  de cómo el amor y la dedicación de su madre por la enfermería impactó en su vida. Con su amplia sonrisa, la dulzura y el cariño hacia las personas revela las alegrías y desafíos que enfrenta en su labor diaria, así como la importancia de mantener viva la llama de sentirse útil.
Esta mujer íntegra no labora  para que los  pacientes se lo agradezcan, sino  por amor a la labor que realiza. Su vida  no valdría la pena sin ese traje de blanco, su cofia en el pelo  y la convicción de cada día ayuda a quien más la necesite.

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