La historia de la ciencia ha estado presente, como temática, en la filatelia cubana.
La filatelia es una afición que se fundamenta en coleccionar sellos postales, de correos y/o estampillas, así como diversos tipos de marcas y sobres, entre otros objetos. Vista la filatelia en un contexto investigativo, puede afirmarse que es una fuente de información que representa parte de la historia nacional o regional. En su contenido, destaca personajes ilustres, monumentos, obras de arte, fauna y flora de un país. Ha servido como un medio que ha recopilado acontecimientos históricos importantes y como tal, es parte de la memoria cultural de la humanidad.
Entre los múltiples temas que la filatelia ha presentado a lo largo de la historia, desde sus inicios en 1840, se incluye la historia de la ciencia. Se considera una vía para materializar el propósito de honrar a los personajes que han propiciado su desarrollo mediante sus aportes y actividad científica. También la emisión de sellos postales ha tenido como objetivo conmemorar el desarrollo de algunas ramas específicas de investigación, el logro de determinados inventos, así como la celebración de descubrimientos célebres, entre otros.
La filatelia cubana posee numerosos ejemplos de emisiones postales dedicadas a la historia de la ciencia , tanto a nivel mundial, como en la propia Cuba.
La ciencia cubana
Desde los primeros años de la República a inicios del siglo XX, diferentes emisiones postales rindieron tributo a figuras de la historia patria, que al mismo tiempo eran personalidades relevantes de la ciencia cubana. Fue el caso de Félix Varela, José Antonio Saco, José de la Luz y Caballero, Carlos J. Finlay y Enrique José Varona, entre otros. A su vez, la presencia de la mujer fue casi excepcional. Quizás el sello más representativo en este caso sea el dedicado a la enfermera Victoria Brú en 1957. También existió uno de 1938, donde apareció la destacada investigadora María Curie junto a su esposo Pedro Curie, otro que recordó en 1951 a la enfermera estadounidense y mártir de la ciencia, Clara L. Maas y el que rindió homenaje a la educadora María Luisa Dolz en 1954.

En 1940 fue recordado el centenario de la publicación del Repertorio Médico Habanero, primera revista médica del país. En cada uno de los dos sellos de la emisión aparecen, en diferente color, la portada de la revista y la imagen de su fundador, el insigne médico Nicolás José Gutiérrez. El sesquicentenario de la Sociedad Económica de Amigos del País se hizo presente en 1945. Esta institución realizó, desde finales del siglo XVIII, una destacada contribución al desarrollo económico, científico y social cubano. Sobre Enrique José Varona, a propósito de su centenario, fue emitido un sello en 1950. La figura de Francisco Domínguez Roldán, eminente médico radiólogo y único académico cubano que peleó en las filas del Ejército Libertador, se recordó en un sello de 1958.

Por el 60 aniversario del Museo Antropológico Montané, de la Universidad de La Habana, se hizo una emisión de tres sellos en 1963. Contienen piezas emblemáticas de la institución: un dujo y dos cemís taínos. El ”Bicentenario de Tomás Romay” se conmemoró en 1964. Además de su silueta y su firma, uno de los sellos de la serie reprodujo la célebre pintura al óleo titulada “Romay vacunando a sus hijos”. Al año siguiente fueron emitidos dos sellos en honor del “Prof. André Voisin”, personalidad de la ciencia francesa que había fallecido inesperadamente en Cuba el año anterior.

En 1965 se emitió la serie “Cincuenta aniversario de la muerte de Finlay”, que tuvo siete sellos. Todos representaron aspectos esenciales de la vida y obra del genial médico cubano. Además de su retrato y el de su fiel amigo, el doctor Claudio Delgado, aparecen su firma, un ejemplar del mosquito Aedes aegypti y su microscopio. También dos obras de arte: el monumento a Finlay esculpido por Juan José Sicre y la pintura Triunfo de Finlay, de Esteban Valderrama.


Se dedicó una emisión, en 1970, al XXX aniversario de la Sociedad Espeleológica de Cuba, fundada en 1940 por un grupo de científicos,que encabezó Antonio Núñez Jiménez. Consta de siete sellos, que en todos los casos reproducen pictografías halladas en cuevas cubanas. “X Aniversario de la Academia de Ciencias de Cuba”, de 1972 tuvo un sello. En él se representó el Capitolio Nacional, en ese momento sede de la Academia de Ciencias de Cuba y del Museo de Historia Natural Felipe Poey.

La serie “Centenario de la muerte de Ramón de la Sagra”, con ocho sellos que traen igual número de ilustraciones de aves, se emitió en 1971. Estas imágenes, de excepcional belleza, fueron tomadas de la parte dedicada a este grupo zoológico en el tercer tomo de la monumental obra Historia Física, Política y Natural de la Isla de Cuba. Aparecen, además, en el libro Álbum de aves cubanas reunidas durante el viage de Dr. Ramón de la Sagra (1842).

La obra monumental de Ramón de la Sagra sobre la naturaleza cubana

Se dedicó en 1958 una emisión a Felipe Poey, integrada por once sellos. “175 aniversario del natalicio de Felipe Poey”, de 1974, incluyó seis sellos y una hoja filatélica. Representaban dos especies de peces, dos de caracoles e igual número de mariposas. Con ellos, se rindió homenaje a los trabajos científicos del sabio naturalista cubano en el estudio de la fauna cubana.

Seis diferentes especies de plantas cubanas se representaron en los seis sellos de la serie “Centenario del nacimiento de Juan Tomás Roig”, de 1977. Fue un hermoso homenaje a alguien que comenzó su vida de obrero tabaquero y la culminó como un botánico consagrado. Alguien que legó a los cubanos un ejemplo de modestia y ciencia. En el año 2000 se perpetuó, en un sello, el “Centenario del Natalicio de José de la Luz y Caballero”.

La ciencia mundial
Antes de 1959 la presencia de la historia de la ciencia mundial en la filatelia cubana fue muy escasa. Pueden ser puestos como ejemplos el que representó a Pedro y María Curie, ya mencionado, y el que se dedicó, en 1956, al físico e inventor estadounidense Benjamín Franklin.

Una de las emisiones postales cubanas más hermosas, que se relacionan con la historia de la ciencia, fue “Bicentenario del nacimiento de Alejandro de Humboldt. 1769-1969”. Mostró, en sellos de vivos colores, ejemplares de la fauna americana: la anguila de Surinam, el mono dormilón del Amazonas y el cóndor de los Andes. Además, aparecen el rostro del científico alemán y la portada de su Ensayo político sobre la Isla de Cuba.

Una primera emisión fue “Cosmonautas soviéticos”, de 1963, con cinco sellos. “Historia del Cosmos”, con siete sellos en 1972, rindió tributo a Yuri Gagarin, Valentina Tereshkova y otras personalidades soviéticas destacadas en la conquista del espacio. Además, mostró imágenes de la tecnología espacial, como el primer satélite Sputnik y el Lunajov, vehículo lunar. Acerca del “X Aniversario del hombre en el espacio” se emitieron en 1971 siete sellos y por los quince años de igual acontecimiento, seis sellos en 1976. En 1988 se hizo una emisión similar, titulada “Día de la Cosmonáutica”, con ocho sellos.

Se homenajeó en 1973 el “Centenario de la Organización Meteorológica Mundial”, con cuatro sellos. Esta emisión reprodujo cuatro pinturas del español Juan Madrazo, llamadas “Alegorías”, sobre cada una de las estaciones del año. Ese propio año se rindió tributo al “500 aniversario del nacimiento de Nicolás Copérnico”. La obra del gran físico y astrónomo polaco se recordó en tres sellos y una hoja filatélica.

“Celebridades de la ciencia”, emitida en 1993, fue una serie dedicada a recordar científicos relevantes del mundo. Además del cubano Carlos J. Finlay, fueron incluidos Emilio Roux, Ivan P. Pavlov, Louis Pasteur, Santiago Ramón y Cajal, Sigmund Freud, Wilhelm Roentgen y Joseph Lister.

Presencia de Matanzas
Con motivo del cincuentenario de la República, en 1952, se emitió un sello donde aparecen cuatro eminentes médicos cubanos. Entre ellos, además de Carlos J. Finlay y Enrique Núñez, están dos matanceros: Enrique B. Barnet y Juan Guiteras.

El destacado médico Ángel Arturo Aballí, figura relevante de la pediatría cubana, se incluyó en una emisión de 1958 sobre personalidades cubanas que habían sobresalido en las ciencias y las artes, con un sello de 4 centavos.

En los dos sellos de “Pioneros del aire”, de 1970, aparecen José Domingo Blinó y Adolfo Theodore. Este último hizo una ascensión en globo en La Habana en 1830. Sobre este hecho histórico el propio Theodore publicó en Matanzas el libro: Relación de todo lo precedido, acompañado y seguido a la primera ascensión aerostática de Adolfo Theodore, ejecutada en la Habana el día 30 de mayo de 1830 en celebridad de nuestro católico monarca el Sr. Fernando VII (1830).

La obra del naturalista y ornitólogo alemán Juan Cristóbal Gundlach, quien vivió en Matanzas por varias décadas, ha sido homenajeada en varias ocasiones con emisiones cubanas de sellos postales. “Mariposas de Gundlach” (1972) tuvo siete sellos. En 1986 se le rindió similar homenaje con la serie “90 aniversario de la muerte de Juan C. Gundlach”, de seis sellos, que tuvo en cuenta su obra dedicada a las aves. Mientras que, con motivo del centenario de su muerte, en 1996, también se hizo una emisión postal dedicada a sus estudios sobre la ornitofauna cubana.

La “Evolución del ferrocarril” tuvo cinco sellos en 1975 y representó el desarollo de este medio de transporte en Cuba. En todos aparecen locomotoras de diversas épocas. Entre ellas la conocida como “La Junta”, que se encuentra en el Museo del Ferrocarril en La Habana. Esta célebre máquina se fabricó en 1842 y llegó a Matanzas en enero de 1843. Prestó servicios en el ferrocarril matancero hasta 1890. Es la más antigua que se conserva en Cuba y América Latina.

A propósito del centenario del nacimiento del científico matancero Carlos de la Torre, fueron emitidos cuatro sellos en 1958. Uno reproduce una de sus fotografías más conocidas, mientras que los otros reflejan su amplio quehacer investigativo. Lo hacen con imágenes de la reconstrucción del Megalocnus rodens, una especie de Polymita y el molusco fósil Ammonites.

Una emisión en homenaje al 150 aniversario de la misma efemérides se realizó en 2008. Los seis sellos que la integran traen la imagen del sabio malacólogo con igual número de bellas conchas de caracoles del género Polymita, uno de los más estudiados por De la Torre. La hoja filatélica muestra, en cambio, a Don Carlos con una especie de Liguus.

La historia de la ciencia ha estado presente en la filatelia cubana. Este es un ejemplo de la integración de ciencia y arte, que convierte a los sellos postales en verdaderos testimonios del esfuerzo humano por desentrañar los misterios de la naturaleza y la sociedad. En Cuba hay numerosos ejemplos de sellos dedicados a este tema y también la historia de la ciencia en Matanzas tiene su espacio.