Entre las grandes personalidades matanceras dedicadas a la educación, el maestro José Russinyol Carballo brilla con luz propia.

Considerado una figura de relieve nacional en el ámbito pedagógico, José Ramón Russinyol Carballo nació en Matanzas el 30 de mayo de 1903. Huérfano de padre desde niño, estudió en el célebre Colegio La Luz, centro escolar heredero de las tradiciones pedagógicas matanceras del siglo XIX. Cursó el bachillerato en el Instituto de Segunda Enseñanza de Matanzas. Recibió la influencia de grandes profesores como Arturo Echemendía, Miguel Garmendía, Luis Cuní y también de su tío, Domingo Russinyol, quien fuera director del Instituto por más veinte años.

Se trasladó a La Habana y matriculó la carrera de Filosofía y Letras en la Universidad, la cual concluyó en 1923. La tesis que defendió para obtener el grado de doctor trató sobre “Estudio histórico sobre las causas de la guerra hispano-americana”. Más tarde hizo un curso de Geografía en la Columbia University, de Nueva York. Algunos autores plantean que también se graduó de Doctor en Pedagogía.

El educador

Poseedor de una inteligencia preclara y de grandes dotes para el magisterio, apenas graduado José Russinyol Carballo se incorporó al claustro del Instituto de Segunda Enseñanza de Matanzas como catedrático interino de la Sección de Letras. Llegó a ser profesor titular de Geografía e Historia Universal y de Gramática y Literatura Castellana. Ocupó el cargo de secretario del plantel entre los años 1927 y 1930, período en que fue director Arturo Echemendía.

Estuvo comprometido en la lucha revolucionaria contra el gobierno de Gerardo Machado. Brindó sólido apoyo al Directorio Estudiantil creado en Matanzas. Apoyó la digna actitud de un grupo de profesores de la Universidad de La Habana que envió una carta de protesta al dictador. Debido a esto fue separado de la cátedra que ocupaba en diciembre de 1930.

Tras ese evento, José Russinyol Carballo fundó en Matanzas la Academia Arturo Echemendía. En esta escuela impartió Historia Local e Historia de Cuba en los grados cuarto y quinto. También dio clases de Lenguaje en quinto y sexto grados. También impartió clases en el colegio matancero La Luz.  Fue repuesto en su cátedra el 2 de septiembre de 1933, tras la caída de Machado. El 13 de julio de 1934 fue nombrado Subsecretario de Educación, siendo secretario el intelectual y pedagogo Medardo Vitier.

Renunció a esa responsabilidad meses después y se incorporó a su cátedra en el Instituto de Segunda Enseñanza de Matanzas. La correspondió impartir las asignaturas Gramática Castellana, Literatura Preceptiva, Literatura Castellana y Literatura Cubana. En 1937 pasó a ocupar la cátedra de Español del Instituto de Segunda Enseñanza del Vedado. Fue profesor y director del Colegio Luz y Caballero, en La Habana, donde dio clases de Historia de Cuba e Historia de América.

En varias oportunidades José Russinyol Carballo participó como miembro en tribunales de exámenes de otros Institutos del país. Impartió clases de Geografía Universal en el Curso de Verano de Segunda Enseñanza realizado en La Habana en 1926. Desempeñó comisiones oficiales para la redacción de programas de estudios y la evaluación de oposiciones. Durante el gobierno de Ramón Grau San Martín fue nombrado Asesor Técnico del Ministerio de Educación y, después, Superintendente General de la Segunda Enseñanza. Fue el primero que desempeñó esa función en Cuba. Poco tiempo después renunció, inconforme con la corrupción imperante en el proceso de asignación de plazas para profesores.

Laboró como profesor de Literatura Española y Literaturas Modernas y Extranjeras en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de La Habana. También impartió cursos de verano en 1946, sobre “Panorama de la Literatura Argentina” y “La novela en el presente siglo”. En 1948 lo hizo sobre “Evolución del español en Hispano-américa” y “Figuras centrales de la literatura hispanoamericana”.

El conferencista

José Russinyol Carballo se destacó como orador y conferencista. El 9 de mayo de 1924 pronunció en el Instituto de Segunda Enseñanza de Matanzas la conferencia “Influencia de Inglaterra en la historia de Cuba”, que fue muy elogiada y se publicó como libro ese mismo año. Sobre “El amor en la literatura” disertó en el Liceo de Matanzas el 28 de noviembre de 1925. En esta misma institución impartió una conferencia el 24 de febrero de 1927, sobre los acontecimientos ocurridos ese día en 1895.

Portada de la conferencia “Influencia de Inglaterra en la historia de Cuba”. Archivo del autor.

Miembro del Grupo Minorista de Matanzas, participó en la serie de conferencias organizadas en 1927. La suya trató acerca de “El Imperialismo Norteamericano: sus causas; su desarrollo; sus caracteres. Estudio del fenómeno con respecto a Cuba». Ese mismo año disertó acerca del 27 de noviembre de 1871, a propósito de cumplirse un aniversario más del horrendo crimen contra los estudiantes de medicina. El 27 de febrero de 1929, en el Instituto de Segunda Enseñanza, expuso oralmente su ensayo “La pequeña propiedad en Cuba”, que se consideró una obra de avanzada para su tiempo.

Portada del «Discurso inaugural del curso de 1928-1929». Archivo del autor.

En el inicio del curso 1928-1929 realizó el discurso de apertura en este centro, con el título: “La misión cívico educativa de los Institutos de Segunda Enseñanza”. Algunas de las ideas que defendió ilustran la esencia del pensamiento educativo de José Russinyol Carballo:

“No puede ser la instrucción la única finalidad de los Institutos, ni siquiera la más importante. Su objeto fundamental es la educación social. Más que instruir, educar”.

“¿De qué manera pueden cumplir los Institutos su función social y moral?, ¿Cómo pueden cooperar a formar la conciencia nacional del porvenir? Consideramos que, sin excluir otros, logran satisfacer este aspecto utilizando los siguientes medios: 1—Convirtiéndose en altas escuelas de deberes. 2—Siendo sus profesores ciudadanos perfectos dentro de lo humano. 3—Vitalizando las enseñanzas que imparte. 4—Multiplicando las materias vocacionales. 5—Ampliando los estudios de la Geografía, Historia y Literatura cubanas”.

“El maestro, además de una competencia indudable, necesita producir siempre la impresión de un hombre exquisitamente justo”.

“A la Patria del pasado, hay que sumar la del presente y la del porvenir”.

‘El patriotismo, pues, que debe derivarse de la enseñanza de la Historia y la Literatura cubanas, no es contemplación arrobadora del pasado, sino movimiento para el futuro, no éxtasis, sino acción”.

Noticia sobre el discurso por el inicio del curso 1928-1929, Diario de la Marina, 3 de octubre de 1928. Archivo del autor.

Como miembro del Grupo Índice impartió la conferencia “Miguel Teurbe Tolón”, el 16 de octubre de 1937. Otra disertación suya fue “Características del mundo de hoy. Economía vs política. Interpretación económica de la historia de la última centuria”. En el Instituto de Segunda Enseñanza de Matanzas, ofreció la titulada “El problema colonial de América”. En 1942 participó en un ciclo de conferencias organizado por la Sociedad Cubana de Estudios Históricos e Internacionales en el Palacio Municipal de la Habana. El tema que abordó fue “El Ideal de Libertad. Forjadores de la conciencia revolucionaria”.

Dos importantes conferencias de José Russinyol Carballo fueron socializadas por él en 1945. La primera trató sobre “Educación moral. Necesidad de preparar a los hijos para la emancipación”. La segunda fue sobre “La dependencia económica de Cuba. Sus causas, su desarrollo, sus consecuencias. Necesidad de una política económica”. Fue uno de los oradores en el acto de inauguración de la Biblioteca Ramón Guiteras, el 26 de junio de 1955, en Matanzas.

Noticia relacionada con la renuncia de José Russinyol como subsecretario de Educación, Diario de la Marina, 9 de octubre de 1934. Archivo del autor.

Estuvo presente en los programas radiales de la Universidad del Aire. En ellos impartió conferencias relacionadas con la educación. Fueron los casos de “La formación moral” (1949) y “¿Debe reformarse la segunda enseñanza? ¿Cómo?” (1950). También sobre temas literarios, como “El genio de Galdós” (1951), “El Cid, de Conneille” (1954), “Schiller: Guillermo Tell” (1954) y “Víctor Hugo como dramaturgo y como poeta” (1954). En relación con la historia del pensamiento nacional, trató “Luz Caballero como forjador de la conciencia cubana” (1952).

Acerca de la obra educativa de José Martí, José Russinyol Carballo impartió dos conferencias. La primera en 1948: “El espíritu de las reformas de nuestra enseñanza a la luz de las ideas pedagógicas de Martí«. La segunda, esta vez de 1949, se tituló: “El pensamiento de Martí ante nuestro problema básico: el educacional”. En una ocasión disertó en el Tennis Club sobre “El español en América”.

La vida intelectual de José Russinyol Carballo fue intensa. Formó parte del Liceo de Matanzas e integró su junta directiva. Fue miembro del Club Rotario de Matanzas presidió la Comisión de Mejoramiento de la Juventud. Participó en el Primer Congreso Nacional de Historia en 1942. Apoyó además el movimiento Por la Escuela Cubana en Cuba Libre. Integró el Grupo Minorista de Matanzas y el Grupo Índice. Colaboró, entre muchas otras publicaciones, con la Revista de la Federación de Doctores en Ciencias y en Filosofía y Letras.

El final

Al triunfo de la Revolución José Russinyol Carballo se incorporó a los esfuerzos por expandir la educación a todos los rincones del país. Se le nombró subdirector de educación en La Habana e Inspector General de las escuelas de comercio y de maestros primarios. Fue asesor en el Ministerio de Educación y dirigió el Instituto de Superación Educacional. Se jubiló en 1962 y continuó radicando en La Habana.

Portada de la conferencia «La pequeña propiedad territorial en Cuba». Archivo del autor.

Acerca de los últimos años de su vida existe un testimonio del historiador Raúl Ruiz:

“Seguía viviendo como 50 años atrás en la calle 21 en el Vedado, en la última casa que había escogido para hogar de su único matrimonio. Por entonces tenía 82 anos y los últimos siete los había pasado solo. El mundo se le había precipitado encima. La hija mayor había abandonado el país en 1960, después en 1977 Olga, la esposa queridísima y afín se había ido de la vida. Finalmente, la hija menor había muerto sorpresivamente en 1978. Para él fueron vacíos demasiado difíciles de llenar. La presencia de dos de sus nietos apenas lo aliviaban».

«En un esfuerzo supremo —quizás inconcebible para los que no estuvieron junto a él hasta el último momento— había aguardado con ansiedad por la conclusión de los estudios de su nieto en la Unión Soviética y esperó de pie, erguido en su incólume dignidad, con su lucidez sorprendente para sus años. Aspiraba quizás a entregar al nieto las riendas del hogar, ya deshecho por la vida. En ano 1985 fue por eso como reencuentro con lo que quedaba de sus seres queridos».

«Casi ninguno de sus vecinos sabía a ciencia cierta quién era aquel anciano. Aunque tal vez la atención nunca faltó, ni en los más traviesos muchachos del vecindario, el trato respetuoso y el título de doctor. Quizás solo su vecino de los altos, el Dr. Corominas —con quien departía en largas tertulias— conocía de la brillante trayectoria intelectual y de su integra conducta ciudadana».

«En 1987 sobrevino la primera arremetida de la tragedia. Tras una operación de la próstata —que sobrepasó admirablemente— la anestesia le jugó una mala pasada y la arteroesclorosis nubló su cerebro. Fueron 10 meses difíciles, especialmente para los que a su lado él era su propia sombra. Pese a todo, nunca le abandonó el trato afable, el sentido fino del humor, la caballerosidad y su exquisita educación formal».

«Así se extinguió, sin lamentos y sin dolor, en medio del sueño, Pepito Russinyol. Era lunes 11 de abril de 1988”.

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