Francisco de Paula Flores, un maestro matancero en Honduras

Cuba y Honduras son dos países unidos por la historia. La vida del matancero Francisco de Paula Flores es un ejemplo de esa relación entrañable.

En 1911 el pueblo de Juticalpa, capital del oriental departamento de Olancho, en Honduras, levantó un monumento al pedagogo cubano Francisco de Paula Flores. ¿Cuáles fueron sus méritos para alcanzar tal distinción?

Durante la Guerra de los Diez Años y, sobre todo, tras su fin en 1878, numerosos patriotas cubanos se radicaron en Honduras. Entre ellos estuvieron José Joaquín Palma, Antonio Maceo, Tomás Estrada Palma, Carlos Roloff, Máximo Gómez, Flor Crombet, entre otros.

Entre los que llegó estuvo Francisco de Paula Flores, quien se radicó en ese país de forma definitiva en 1873. Había nacido en Matanzas en 1844.

Digno heredero de la fama de los maestros y colegios de su ciudad natal, Flores se dedicó por entero a la enseñanza. Fue en un colegio de la ciudad de Trujillo donde se inició como pedagogo en Honduras.

Poco tiempo después se le ofreció la dirección de una escuela de primeras letras que se fundaría en Juticalpa. Por esta razón se dedicó varios años a educar niños en la Escuela Primaria Superior de esa ciudad.

Con el tiempo los favorables resultados de su labor educativa fueron reconocidos. El 5 de enero de 1880, durante el gobierno de Marco Aurelio Soto, fue designado director de la recién creada Escuela Normal de Varones de Juticalpa.

Además de contribuir a la formación de maestros, también laboró en el colegio La Fraternidad. De acuerdo a los testimonios de sus contemporáneos, su desempeño docente en este centro fue ejemplar.

Fue fundador de la primera escuela de educación primaria en el barrio La Hoya, de Juticalpa. También abrió una escuela nocturna para personas adultas, actividad que realizó de forma voluntaria, sin recibir salario.

Memoria eterna

Francisco de Paula Flores murió el 10 agosto de 1891 en la ciudad de Juticalpa, después de 18 años de consagrada dedicación como educador. En este momento recibió múltiples homenajes de gratitud al “maestro Pancho”, como era llamado cariñosamente.

En 1895, el poeta y escritor olanchano Froylán Turcios, uno de sus alumnos más destacados, escribió: “Todos los jóvenes de nuestro departamento que han conquistado un título de honor, fueron sus discípulos”.

Hoy, la principal plaza de la ciudad de Juticalpa se denomina Parque Central Francisco de Paula Flores. Es un perenne homenaje a Cuba, a Matanzas y a la vida de un maestro ejemplar.

Allí, en la esquina noroeste está el busto en mármol del inolvidable educador matancero, colocado el 4 de octubre de 1911. En su pedestal se lee: “Olancho A Francisco de Paula Flores, Ilustre pedagogo cubano. 1911”. (ALH)

Acerca Luis Ernesto Martínez González

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