En 1937 el historiador matancero Francisco José Ponte Domínguez publicó una biografía de Francisco de Arango y Parreño.

Francisco de Arango y Parreño fue hijo ilustre de La Habana, ciudad donde nació el 22 de mayo de 1765, y falleció, el 21 de marzo de 1837. En 1936 la Sociedad Económica de Amigos del País de La Habana convocó un certamen para premiar el mejor estudio económico-político acerca de Francisco de Arango Parreño, en conmemoración del primer centenario de su muerte. El premio lo alcanzó Francisco J. Ponte Domínguez con la obra Arango Parreño, estadista colonial cubano. El jurado lo integraron Fernando Ortiz, Raimundo de Castro Bachiller y Luciano R. Martínez.

Francisco José Ponte Domínguez en 1937. Archivo del autor.

Francisco J. Ponte Domínguez (1906-¿?), fue abogado, historiador, escritor y profesor universitario. Se graduó de bachiller en el Instituto de Matanzas y en la Universidad de la Habana se doctoró en Derecho Civil, Derecho Público y Filosofía y Letras. Se desempeñó como juez municipal de Matanzas (1931) y abogado de la Audiencia de Matanzas (1933) y La Habana (1934). Fue miembro de la Sociedad Económica de Amigos del País, de la Sociedad Geográfica de Cuba, del Instituto de Previsión y Reformas Sociales y de la Academia de la Historia de Cuba.

En la “Nota preliminar” que insertó al inicio del libro sobre Arango y Parreño, Francisco J. Ponte Domínguez declaró:

“…acudo a la justa histórica convocada por la benemérita y secular sociedad, animado de idéntico interés patriótico, para destacar ahora la personalidad del cubano representativo de dos épocas en el desenvolvimiento político de la Nación, las comprendidas de 1762 a 1808 y desde esta última fecha hasta 1837”.

Acerca de la significación que tendría la biografía que había escrito, añadió:

“Un libro enjuiciando al gran hombre de Estado cubano no sólo significa un aporte más perdurable, sino que permite ponderar más ampliamente toda la propaganda, lenta pero fecunda, desarrollada por los criollos que aceptaron cooperar bajo el régimen metropolítico español a base de una mayor liberalidad y por prudencia histórica”.

Portada de la primera edición del libro Arango Parreño, estadista colonial cubano. Archivo del autor.

Visión de un estadista

El libro Arango Parreño, estadista colonial cubano, está dividido en tres libros o capítulos. Se inicia con “El precursor” y su autor lo conformó con doce epígrafes. Estos son “La familia Arango en la sociedad habanera”, “El futuro estadista”, “El patriota cubano en Madrid” y “El comercio de negros”. Le siguieron “1790”, “La ruina de Haití”, “El «Discurso sobre la agricultura de La Habana»” y “Triunfos en la Corte”. Por último, aparecen “Señalados honores”, “Viaje de investigación”, “El Real Consulado” y “Cuba en 1795”.

Integran el segundo libro, que se tituló “El estadista colonial”, otros doce epígrafes. Se trata de “Programa de acción pública”, “El Síndico”, “Guerras de España” y “Fomento agrícola”. Continúa con “La cuestión social”, “El «amigo del país»”, “Misión diplomática” y “Alférez Real”. Termina con “La Factoría de Tabacos”, “Los sucesos de 1808”, “La libertad de comercio” y “Exoneración de la sindicatura”.

Un tercer libro, “El consejero patricio”, es el último del volumen. En este caso trae once epígrafes. Los primeros son “El principio asimilista”, “Intento abolicionista” y “Consejero de Indias”. A continuación, están “Diputado a Cortes”, “Reformas sustanciales”, “En La Habana” e “Ideas de independencia”. Finaliza con los titulados “Comisiones especiales”, “Su testamento político”, “Altas jerarquías” y “Últimos deberes ciudadanos”.

Noticia sobre el premio obtenido por Francisco José Ponte Domínguez, Diario de la Marina, 10 de febrero de 1937. Archivo del autor.

En esta biografía, Francisco José Ponte Domínguez, realizó un acercamiento a Francisco de Arango y Parreño como estadista, pues asumió que todos sus empeños siguieron como norma la visión de un verdadero jefe de estado. Tuvo en cuenta, además, la contradicción que emanaba de haber desarrollado esas labores en un medio signado por el férreo dominio colonial sobre Cuba, hostil por completo a los intereses de la clase social que representó. Consideró que, entre todas las obras de Arango, fue el Discurso sobre la Agricultura de La Habana y medios de fomentarla, el

“…que haría perdurable su nombre como estadista colonial en nuestra historia política”.

Valoró que, de forma contraria a los deseos de Arango, los resultados de sus esfuerzos en favor de la economía cubana fueron un peldaño en el camino hacia el autogobierno. Así lo reflejó al plantear que

“No obstante la fidelidad que el esclarecido habanero guardó siempre a la nación española, su obra de estadista engendró en los nativos de la Isla, sin él pretenderlo, un sentimiento patriótico que tendía al gobierno propio”.

Otro aspecto a destacar, que no se ha valorado aún lo suficiente, fue la proyección internacional de la personalidad de Francisco de Arango y Parreño. Ponte Domínguez comentó el impacto que tuvo en varias regiones de Hispanoamérica y, sobre todo, en la propia España. Al respecto consideró que su renombre como estadista colonial

“…no estuvo circunscrito a Cuba y a la Península, sino que trascendió también a los dominios españoles de América”.

En esta biografía, que se inscribió en el movimiento renovador de los estudios históricos en Cuba, Ponte Domínguez señaló los dilemas que debió enfrentar Arango y Parreño. Refirió con detalle las formas que utilizó para superar los enfrentamientos, a veces no tan callados, con el poder colonial, que aspiraba a ver a Cuba como un feudo donde los vasallos no tenían derechos. Reconoció, no obstante, que Arango siempre se mantuvo fiel a la corona y, por tanto, a él era a

“…quien debía España su mejor provincia; y Cuba, que era su Patria, le debía un nombre y una posición en el Mundo”.

Acerca de esta biografía, opinó el jurado del Premio otorgado por la Sociedad Económica de Amigos del País en 1937:

“El Tribunal deliberó ampliamente, llegando a la conclusión de que el trabajo de ajustaba a las condiciones fijadas en la convocatoria, y por el mérito de los juicios que en él se consignan, así como por el documentado estudio de la vida, época, ideas económicas y políticas de don Francisco de Arango, y por la expresión de la influencia que estas habían ejercido en el país, resultada acreedor al premio ofrecido por la Sociedad Económica en este caso, consistente en un diploma, doscientos pesos moneda oficial y cien ejemplares de la edición que de la obra premiada haga la sociedad”.

Notas sobre una biografía

Arango Parreño, estadista colonial cubano tuvo tres ediciones en el mismo año 1937. La primera con ese título y la segunda como Arango Parreño. El estadista colonial, en el volumen 4 de la colección “Biografías cubanas”, que publicó la Editorial Trópico. Al ser publicada, se le valoró de forma positiva. El historiador Ramiro Guerra, en el ensayo “Francisco de Arango y Parreño, habanero y patriota. Su posición en la historia de Cuba”, publicado como introducción a la Obras (1952) del pensador habanero, la recomendó con estas palabras:

“En cuanto a una biografía completa del gran patricio, refiero a los interesados en conocerla al libro citado en estas palabras preliminares del Señor Francisco Ponte Domínguez, Arango Parreño. El estadista colonial…”.

Portada de la edición realizada por la Editorial Trópico. Archivo del autor.

Un fragmento de esta biografía: “Arango y Parreño y la Factoría de Tabacos”, se publicó en el Diario de la Marina, el 28 de marzo de 1937. En numerosas ocasiones el título del libro es referenciado colocando la “y” entre los apellidos, lo cual es incorrecto. Aunque Ponte Domínguez nunca la utilizó, tampoco explicó las razones por las cuáles no lo hizo.

Fragmento publicado en el Diario de la Marina, el 28 de marzo de 1937. Archivo del autor.

Francisco J. Ponte Domínguez publicó otros dos libros sobre esta personalidad de la historia de Cuba. Estos fueron Don Francisco de Arango Parreño, el estadista precursor de Cuba (1941) y Don Francisco de Arango y Parreño, artífice del progreso colonial de Cuba (1950). Este último recogió la conferencia dictada en la Sociedad Económica de Amigos del País de la Habana, el 9 de febrero de 1949, en un ciclo sobre «La Ilustración cubana». En la bibliografía pasiva sobre Arango, que aparece en el segundo tomo de sus Obras (2005), de la Colección de Clásicos Cubanos, estos otros libros no fueron incluidos.

Noticia sobre la entrega del Premio, en Diario de la Marina, 21 de marzo de 1937. Archivo del autor.

La biografía Arango Parreño, estadista colonial cubano, es, a casi 90 años de su publicación, la más completa de esta relevante figura de nuestra historia. Es fuente obligada de consulta y referencia acerca de la época en que vivió Arango y Parreño. Estos méritos se deben a su autor, que fue un matancero, el historiador Francisco J. Ponte Domínguez.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *