Un breve recorrido por algunos parques de la Atenas de Cuba confirma frecuentes denuncias sobre el estado de abandono que muestran.
Labores de arreglo interrumpidas, indisciplinas sociales que llegan al vandalismo y otras causas igualmente agresivas, colocan a muchos de nuestros parques en una situación deplorable.
De paso por el histórico René Fraga Moreno, bancos, luminarias y otros elementos denotan la fuerza bruta de la agresión. Sus áreas deportivas muestran un lamentable estado. La pista descarnada y el terreno de pelota con áreas desprovistas del césped lo inhabilitan para mejores propuestas.
El parque infantil Armando Carnot, en la barriada versallera que durante décadas gozó de la preferencia de los más pequeños, aunque conserva una canal y algunas hamacas, prevalece en el la imagen lastimosa de inmuebles y equipos rotos. Bajo el busto de la personalidad que da nombre al lugar se aprecia la sustracción de la tarja conmemorativa.
Poco más allá, al pequeño parque Plácido le ha crecido un inmenso vertedero a espaldas del poeta.
En la antigua Plaza del Mercado, devenido parque La Estrella, el retiro de bancos y luminarias cedió espacio a la basura y el desorden que impera en el lugar. La estrella que ayer simbolizara el lugar hoy perece entre sombras.
Más allá, de las carencias que limitan el adecuado mantenimiento de estas plazas públicas, su cuidado y protección dependen de la acción responsable de los organismos comprometidos y la población en general.
Un plan de acciones se prevé para fecha próxima. Sobre su alcance informaremos en próximos trabajos. Frenar el deterioro y recuperar el valor social de los parques demanda del cuidado de todos.