La Comisión Científica del Pacífico (1862-1866) fue la última de las grandes expediciones transoceánicas organizadas por España en el siglo XIX. En ella el matancero Manuel Almagro de la Vega tuvo un papel relevante.
Nacido en Matanzas el 8 de septiembre de 1834, Manuel Almagro de la Vega cursó estudios en el habanero Colegio de San Cristóbal. En 1849 ingresó en la Universidad de La Habana, donde obtuvo el grado de bachiller en ciencias en 1850. Allí inició la carrera de medicina y más tarde la continuó en Madrid hasta el año 1854, cuando se trasladó a París.
Entre 1858 y 1861 fungió como médico interno en varios hospitales civiles en Francia. Se le considera el primer cubano que alcanzó esa condición en los hospitales de París.
Su tesis doctoral, presentada en 1862, se tituló Étude clinique et anatomo pathologique sur la persistence du canal artériel. Regresó después a Madrid para legalizar el título de médico, lo que consiguió por Real Orden de 25 de mayo de ese mismo año.
También aprobó la oposición al cuerpo de Sanidad Militar como segundo ayudante médico al 2.º Batallón del Regimiento de Asturias. Pidió entonces incorporarse al ejército español en Cuba, con el empleo de primer ayudante supernumerario. Aunque optó voluntariamente por este puesto, no llegó a ocuparlo.
La expedición
Durante la estancia en París, Almagro estuvo en contacto con la Sociedad Antropológica de Francia. Esto motivó su elección como miembro de la Comisión Científica del Pacífico (1862-1866), en la cual atendió lo relativo a etnología y antropología.
La Expedición tuvo la misión de adquirir especímenes con destino al Museo de Ciencias Naturales y el Jardín Botánico de Madrid. También debía recoger información, restos biológicos y evidencias culturales de los grupos humanos encontrados en el recorrido.
Almagro participó en el recorrido por tierra desde Montevideo a Valparaíso, y llegó a escalar los Andes. Fue uno de los primeros antropólogos profesionales que hicieron trabajo de campo en América del Sur. A su labor se deben las colecciones antropológicas y etnográficas que se conservan en el Museo de América y el Museo Nacional de Antropología, ambos en Madrid.
El itinerario incluyó Islas Canarias, Cabo Verde, Brasil, Uruguay, Argentina, Chile, Perú, Ecuador, Panamá y California. Entre los resultados de la Expedición sobresalen, entre más de 82.000 ejemplares, las momias extraídas, junto con sus ajuares mortuorios, del yacimiento de Chiu-Chiu, Chile.
La memoria oficial del viaje, escrita por Almagro, fue publicada en Madrid en 1866. Se tituló Breve descripción de los viajes hechos en América por la Comisión Científica enviada por el Gobierno de S. M. C. durante los años de 1862 a 1866. Acompañada de dos mapas y de la enumeración de las colecciones que forman la exposición pública.
Al culminar la expedición Almagro regresó a Cuba, donde fue ascendido a primer ayudante médico del ejército. Después viajó a España para clasificar y ordenar las muestras coleccionadas. Más tarde fue destinado a Cuba como comisionado con el cargo de médico mayor supernumerario en recompensa por sus servicios.
En 1867 trabajó como médico ante la epidemia de cólera que azotó la isla y después pasó al Hospital Militar de San Ambrosio. En 1868 pidió la licencia del ejército, que le fue concedida en 1872.
Fue socio corresponsal de la Sociedad Antropológica de Francia, miembro de la Sociedad Imperial Zoológica de Francia y de la Sociedad Médica de Observación y la Sociedad Anatómica, ambas de París. También formó parte de la Academia Imperial de Medicina de Río de Janeiro.
Manuel Almagro de la Vega, considerado uno de los precursores de la antropología en Cuba, murió en La Habana el 23 de octubre de 1895. (ALH)