Iliana Afá Solono llega a la Escuela provincial Pedagógica de Matanzas René Fraga Moreno cada mañana con el ánimo del primer día.
Su vocación se inició al unirse en el año 1972 al antiguo Movimiento Guerrilleros por la Enseñanza. A partir de ese momento se incorporó a la escuela Camilo Cienfuegos, lugar donde se formaban los jóvenes para el magisterio.
«En esa institución me mantuve tres años, hasta que en 1975 me incorporé a la escuela Roberto Coco Peredo, la entidad formadora de maestros ubicada en el municipio de Colón. Me gradué en el año 76, y comienza así mi carrera profesional.»
Durante sus 45 años en el servicio de educación, Iliana ha transitado por todos los niveles, pero siempre recuerda con especial cariño su primera vez frente a un aula. Recién graduada y a la corta edad de 16 años, comenzó a ejercer como maestra en una escuela primaria del poblado de Coliseo, en Jovellanos.
«Tuve una experiencia muy bonita durante mi primer año. Trabajé con un grupo de primer grado, 37 estudiantes, durante el período en que se aprendía a leer y a escribir en tres meses. El curso se iniciaba en septiembre y ya en diciembre los alumnos debían haber terminado el código de la lecto-escritura. Para mi absoluta satisfacción, mis alumnos aprendieron a leer y a escribir en ese tiempo.»
En los años siguientes Afá Solomo trabajó en su superación profesional, hasta convertirse en subdirectora del mismo centro y posteriormente en su directora.
Al cabo de diez años pasó a la Dirección municipal de Educación en Jovellanos como subdirectora general, encargada de atender las especialidades de educación infantil. Actualmente se desempeña como subdirectora general de trabajo educativo en la Escuela provincial Pedagógica René Fraga Moreno, donde su mayor pasión la constituye ayudar a formar a la nueva generación de maestros.
«La satisfacción más grande que puede llenar la vida de un docente que lo sienta de vocación, es que al cabo de los años encuentre en una parada o en cualquier lugar y un estudiante, un joven o un trabajador, y se te acerque y te diga: Profe, ¿no se acuerda de mí? Usted fue mi maestra.»
Para Iliana Afá Solono no existe regalo más grande en este Día del Educador, ni mayor recompensa a su trabajo, que el agradecimiento de sus estudiantes. (ALH)
Daniela Pujol Pérez, estudiante de Periodismo