… verdes pinos

le dan color a mi sueño

de poeta, dulce empeño

de andar soñando caminos.

Cuando Ediciones Matanzas publicó Yo voy soñando caminos, de Fernando García González, hacía mucho tiempo que el poeta desandaba las alamedas de su brillante imaginación poética.

Fernando cultivó desde muy temprano la décima escrita e improvisada. En su natal Juan Gualberto Gómez despuntó, como luego sus hermanos, en uno de los más recios versificadores de la nutrida familia decimística matancera.

Cuando por el pozo anduvo

en noche de luna fría,

con qué placer se bebía

las estrellas en el cubo.

En las pupilas sostuvo

la llovizna del lucero,

y antes de poner Platero

a dormitar su fortuna,

se puso a partir la luna

con el casco delantero.

Paisajes y personajes tomados de aquí y de allá cobraban vida en la poesía de Fernando, desde una nueva perspectiva y siempre desde una profunda sensibilidad poética.

Naturaleza y tradición alimentaban su obra, a la que no faltaban gracia y compromiso.

Dado a las tertulias y guateques, Fernando frecuentó encuentros y talleres literarios. Su humor franco y sano, admirado por sus contertulios, y el valor de su obra, le ganaron afectos y numerosos reconocimientos.

…Queda el hogar encendido

con la primer poesía,

hasta que allá en la baría

donde la noche se moja,

un reloj de cresta roja

suspende la canturía.

Imágenes y figuras surgían afincadas en su escenario natural con la gracia del verso que nace de la vivencia y la admiración.

Fernando García González nació el 30 de mayo de 1934 en los difíciles días del machadato.  Desde muy niño debió ayudar a la familia en las labores del campo, donde aprendió sus primeras décimas.

Con el triunfo de la Revolución, Fernando se sumó a la vorágine transformadora. La lucha contra bandidos, la campaña de alfabetización y la propia superación cultural le mantenían ocupado.

Pero su verso, que siempre le acompañó, brillaba ahora con nuevas motivaciones,

Ibarra dio un grito entero,
y entre Matanzas y Baire,
el humo escribió en el aire
Veinticuatro de Febrero

Su dedicación y responsabilidad le ganaron méritos para ocupar cargos en los recién creados Comités de Defensa de la Revolución.

En 1970 el poeta de la ternura, como se le nombraba, atendió el frente campesino en el Consejo provincial de Cultura, de donde retornó al municipio de origen al resultar electo delegado a la Asamblea municipal del Poder Popular, durante los días de la experiencia matancera.  Dada su experiencia, a partir de 1980 fue nombrado Director municipal de Cultura en Unión de Reyes.

Nunca detengas el paso

lastimoso Rocinante,

para el Caballero Andante

de los pobres no hay ocaso…

 

A partir de 1985 Fernando se desempeña como poeta profesional y dirige el grupo Vanguardia Campesina, y poco después el Típico Bellamar, hasta su jubilación. La vocación poética y la naturaleza revolucionaria del reconocido creador siempre lo hallaron comprometido con las grandes causas del pueblo cubano. Así lo verán cantando al regreso del niño Elián o reclamando la liberación de los Cinco Héroes. Convocada la Batalla de Ideas, Fernando entregó sus mejores esfuerzos a la formación de niños cultores de la poesía y la música de nuestros campos.

Otros memorables poemarios le fueron publicados. Así vieron la luz Entre versos y palmares, De la existencia y el polvo y Con sonrisas y palomas, entre otros que constituyen magníficos ejemplares de su quehacer poético.

Fernando García González falleció el 20 de enero de 2004 y su partida constituyó una sentida manifestación de duelo más allá de los caminos soñados por el poeta. (ALH)

Sueño caminos, el mar

me regala una avenida

de amor, por donde la vida

se asoma a verme pasar.

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