La enfermedad de Alzheimer se considera la nueva epidemia del siglo XXI. Se estima que para el año 2050 el número de personas que la padezcan ascienda a 131.5 millones.

Repetía una y mil veces las mismas preguntas. ¿Y tú quién eres? ¿Dónde vives? Ya no reconocía ni a los seres más queridos: sus hijos.

Hablaba sin parar de forma incoherente y si la puerta de casa quedaba abierta se marchaba sin rumbo alguno.

En la medida en que se deterioraban más sus funciones mentales, la situación se hacía más tensa en el hogar.

El dolor de los hijos al ver cómo esa madre entregada a su crianza ahora no los reconocía, del esposo…Una larga lucha, dura, muy triste.

UN MAL INCURABLE

La dolencia fue descrita en 1906 por Alois Alzheimer, a quien debe su nombre y aunque es la más frecuente causa de demencia no es la única.

Existen, además, la de origen vascular y la conocida como enfermedad de Lewy. También aquellas potencialmente curables como el déficit de vitaminas B12, B1, B6, trastornos tiroideos, tumorales, etc.

Es un mal neurológico progresivo, debilitante y en ocasiones fatal, causado por la toxicidad de una proteína cerebral denominada Beta Amiloide.

No tiene barreras económicas, sociales, raciales o nacionales. Tampoco se limita a personas mayores de edad.

Entre los síntomas generados figura la pérdida de memoria sobre eventos recientes y de habilidades para realizar las tareas laborales y hogareñas, así como dificultad para aprender.

También aparecen fallas de discernimiento, cambio de personalidad, deficiencias en el movimiento y en el habla y de modo eventual no hay respuestas a ningún estímulo exterior.

Hasta 1977 se achacaba la pérdida de las funciones mentales al envejecimiento y es a partir de los años 80 cuando el estudio sobre el Alzheimer comienza a preocupar no solo al sector clínico sino a gobiernos y población en general.

Es una enfermedad muy costosa. Se precisa invertir cada mes 140 dólares en las drogas empleadas en los países desarrollados y solo son útiles en un período de cuatro años.

A partir de ese momento el paciente regresa al punto donde estaba antes de ingerir el medicamento.

Los estudios más serios demuestran que si un individuo asume una actividad física mental capaz de mantenerle activados los circuitos cerebrales, esas células no mueren.

Para que así sea es necesario durante el día realizar acciones como leer, escribir, bailar, pintar…; todo lo contrario a lo que muchas veces hacen los ancianos.

Ellos, por lo general, van a la bodega, sacan los mandados, regresan a la casa, ven un rato la telenovela y punto.

De un 10 a un 15 por ciento de las demencias tipo Alzheimer cuando debutan antes de los 60 años, tienen una causa genética demostrada; o sea, hay personas que no han desarrollado la enfermedad, pero poseen la predisposición.

Por otra parte, alrededor del 30 por ciento de quienes afirman sufrir problemas serios de olvido no llegan a desarrollar nunca una demencia.

Sus omisiones se asocian a trastornos severos del sueño, depresiones fuertes o consumo excesivo de determinados medicamentos que provocan la falta de concentración y el bajo rendimiento emocional e intelectual.

En nuestro país, el abordaje de la enfermedad se lleva a cabo en el lugar donde reside el aquejado, por el médico de familia y el Equipo Multidisciplinario de Atención Gerontológica del área.

Una vez valorados se remiten a la consulta hospitalaria especializada en trastornos de Memoria y Demencias para su evaluación exhaustiva y definición etiológica.

LA CONMEMORACIÓN 

Anualmente se realizan en Cuba y particularmente en Matanzas marchas por la memoria el 21 de septiembre en conmemoración al Día mundial de lucha contra la enfermedad de Alzheimer.

El espectro se amplía y durante toda la semana se ejecuta un bello programa que incluye galas, encuentros, homenajes, exposiciones, concursos y evaluaciones masivas de memoria.

Las llamadas Fiestas por la Memoria comprenden la actuación de grupos de teatro, artistas de la plástica, círculos de abuelos y proyectos comunitarios.

También se entregan reconocimientos a los cuidadores de personas que sufren esta enfermedad.

De esta forma, eminentemente artística, parientes, voluntarios y profesionales, unidos en un afán de solidaridad, pretenden demostrar que cuidar con amor es, sin dudas, el mejor camino. (ALH)

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