La Casa del Perro, ubicada en la intersección de las calles de Ayuntamiento y Milanés, pasará a ser en unos meses, nada más y nada menos, que la Casa del Licor.

En dicho establecimiento, acorde con la información publicada, se ofertarán tragos a la población. Sin dudas, un servicio innecesario en un lugar muy cercano a otros tantos que brindan lo mismo.

Asombra la decisión, pues si bien este sitio permanecía cerrado y no cumplía sus funciones desde hace algún tiempo, corre hoy la misma suerte de otros establecimientos del comercio y la gastronomía en Matanzas.

Los yumurinos pudieran citar ejemplos de unidades que han visto cerrar y reabrir una y otra vez, con cambio de objeto social incluido.

Lo peor es que funcionan bien un par de meses y después vuelve a ser pésima la calidad de lo que se vende y la imagen proyectada.

La flexibilización de los objetos sociales en Cuba, instaurada desde hace varios años, al parecer no siempre se revierte en beneficios para la población.

Está claro que si el país no cuenta con perro caliente para vender con pan, haya necesidad de cambiar el producto, pero que se haga por otro alimento que es lo que el pueblo necesita y espera.

Un proyecto de desarrollo local tiene el propósito de generar bienestar y solo la noticia de que este lugar será una Casa del Licor ha creado malestar entre los matanceros.

Es cierto que las ciudades cambian, se renuevan, pero en un país como Cuba, con tantas dificultades económicas, hay que pensar en proyectos que sean sostenibles.

También resulta normal que cuando se acerca una fecha, en este caso el aniversario 330 de la ciudad, se acometan acciones constructivas; sin embargo, hay que ser muy cuidadosos con las nuevas propuestas: que sean perdurables y necesarias, que no varíen cuando se acerque otra conmemoración, que no se malgasten los recursos en obras sin sentido, son cuestiones por las que todos debiéramos preocuparnos.

Quizás cuando llegue octubre nos enteremos de la inauguración de la Casa del Licor, pero esperemos que el error no se repita. (ALH)

2 comentario sobre «De Casa del Perro a Casa del Licor»
  1. Casa del licor, quizás sea casa de la borrachera… por favor…a estás alturas..poner semejante centro de gastronomía nada más y nada menos que para satisfacer a Los adictos al alcohol…. mejor me callo la boca…..

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