Una división de honores era lo más probable por la calidad de ambos equipos, aunque no es la primera vez que Las Tunas comienza ganando los dos juegos ante Matanzas en una serie de postemporada.
Los Leñadores se mostraron por encima de sus verdugos en tres playoffs seguidos. Supieron batear con oportunidad para garantizar ventajas irreversibles.
El primero fue un duelo de más picheo por ambos bandos, pero la labor del tándem Alejandro Meneses y Rodolfo Díaz resultó indescifrable para los bateadores matanceros. Un ataque concentrado en el cuarto inning dio el triunfo a los Leñadores ante el zurdo Naykel Cruz.
En el segundo encuentro volvió a mostrarse una ofensiva enfocada en aprovechar las oportunidades y par de racimos de cinco carreras determinaron que la serie se haya ido 2-0 para Matanzas, donde se reanuda el lunes.
Si una fortaleza ha signado el comportamiento de los orientales ha sido el aporte de su tanda baja, responsable de nueve de las 14 carreras empujadas.
Aunque en el béisbol un juego no se parece a otro, e igual sucede con los playoffs. Hay algunas tendencias que seguramente flotan en el imaginario de ambos equipos y aficiones.
Las tres veces anteriores que se han cruzado en postemporada ganó Las Tunas el primer juego, e incluso en una salió airosa en los dos primeros, pero al final terminó imponiéndose Matanzas.
Incluso, esa remontada 0-2 es una de las diez que se han logrado en 90 series comenzadas con ese saldo en la historia de los playoffs.
Si nos guiamos por los antecedentes, a esta novela le quedan aún buenos capítulos todavía ¿y suspenso?
Clásico histórico con protagonistas nuevos
Este sábado el Guillermón Moncada se va a colmar. Como en los viejos tiempos. Vuelven a chocar Industriales y Santiago de Cuba. Siempre lo habían hecho en finales, tres veces cuando no había muerte súbita en los años 80 del siglo pasado: en el 86 ganaron los Leones los dos juegos y en el 87 y 89 se repartieron un triunfo por bando.
Después vinieron también tres playoffs por el campeonato: en 99 Las Avispas dominaron por 4-3, luego en 2006 los Azules fueron reyes por 4-2 y con igual balance volvieron los indómitos a alzar la corona en 2007.
Desde entonces nunca más se habían enfrentado en postemporada, y ahora para llegar a este cruce debieron deshacerse de Camagüey y Sancti Spíritus, adversarios que vendieron caras sus derrotas.
Unos desempolvan archivos, otros van a las actuaciones recientes (como la subserie de esta temporada que dominaron los santiagueros por 4-1), hay quien hace análisis comparativos de las nóminas y también existen los que hurgan en la mística de ambos equipos en juegos de esta envergadura.
El clásico es así de conquistador de titulares mediáticos, se vive sin medias tintas, eres o no eres. No serán aquellos conjuntos llenos de estrellas, pero mantienen vivas las energías de entonces.
Como mismo dije que Matanzas sacaba ligerísima ventaja sobre Las Tunas, digo que Santiago de Cuba exhibe mínima superioridad -a mi entender, reitero-, sobre todo por la estabilidad de su picheo.
En aquel pronóstico estoy desaprobado hasta ahora, ¿sucederá igual en este? Bienvenido el Clásico.
(Por Norland Rosendo González / Cubahora)