
Precios al privado. Esta coletilla acompaña a la mayoría de las publicaciones que aparecen en los grupos de compra y venta en la red social Facebook.
Si quieres acceder a un producto determinado tienes que llamar al número de teléfono que te indiquen o escribir por un chat para conocer su valor.
Para recalcar que es la única vía, algunos vendedores dejan bien claro que no leen comentarios.
Se trata de una estrategia de venta que exaspera a la mayoría de las personas, pues les hace perder tiempo e interés.
“Eso es molesto”, escribió hace poco un internauta. “Por favor publiquen con los precios y así uno, si le conviene, va directo a realizar la compra”, plasmó otro.
Mientras algunos de los vendedores se justifican con aquello de que si publican precios caros reciben ofensas o alegan el tema competencia, me sumo al reclamo de los primeros.
Cuando leo Precios al privado pienso, ante todo, en lo carísima que debe ser la mercancía que ofertan. Y, por lo general, desisto de preguntar.
Me sucede más o menos lo mismo que cuando llego a un establecimiento y no indago por el precio de un artículo, que no lo tiene puesto, por temor a que no se corresponda con el dinero que llevo.
Por otro lado, la legitimidad de lo que se vende en un espacio donde no falta la estafa y el engaño, es también preocupación para los interesados cuando le dicen que vaya al privado.
Lo ideal cuando de vender se trata es que el cliente pueda encontrar la información completa inmediatamente, sin recurrir a un mensaje que en no pocas ocasiones tarda en recibir respuesta. Y en el peor de los casos ni siquiera la recibe.
No existe negocio alguno que no tenga competencia. En el comercio electrónico ocurre muy similar. De hecho, una buena referencia es tantear los precios que ponen tus competidores, ver lo que piden por un producto similar o sustituto del tuyo.
Publicar el precio del producto que vendes no solo es respeto al cliente, sino también transparencia comercial. Recuerda, además, que las personas desean comprar y no conversar contigo. Esto último sucedería solo si se necesitara aclarar dudas o ultimar detalles.
Por otra parte, si alguien te va a ofender porque le parece exagerada la suma que pides, lo hará también por privado. Y si es ilegal lo que vendes, aunque acudan a esa vía para conocer lo que cuesta, no dejará de ser delito.
Entonces, ¿por qué complicar aún más la vida de los demás? ¿No es más fácil poner precio a lo que se vende? (ALH)