Hace nueve décadas, el primero de septiembre, la fuerza de los vientos del huracán del 33 la hicieron recalar en la plaza fundacional de Cárdenas.
Desde entonces permaneció allí, a la intemperie, como testigo del tiempo y huella indeleble de la furia provocada por la naturaleza.
Tras un proceso de restauración minucioso, con el que apenas pudo salvarse el 35% de su originalidad, la boya del parque Cristóbal Colón retornó a su sitio a unos pocos metros de la estatua del Almirante.
La voluntad del gobierno local de preservar el patrimonio material y edificado en el centro histórico urbano de la Ciudad Bandera, hizo posible la devolución a este emplazamiento de la boya, emblemática para los cardenenses.
Un grupo de trabajadores por cuentapropia asociados a la Empresa Industrial Ferroviaria José Valdés Reyes restauraron la estructura de acero y hierro fundido, con la sustitución de algunos elementos por materiales de actualidad que reproducen su forma original.
Para el montaje se empleó en la base canto natural y una estructura metálica que la separa de la superficie e impide la corrosión por acumulación de agua.
La tarja de bronce, restaurada también para dicho propósito, indica la altura exacta que alcanzó el agua producto de las penetraciones costeras, a 1 metro y 20 centímetros desde los adoquines originales de la plaza fundacional.
Como parte del proceso de conservación acometido en la ciudad patrimonial de Cárdenas continúa el rescate de sitios y elementos del entramado arquitectónico. (ALH)