Necesidad y actualidad de las sociedades científicas estudiantiles

Para el sistema educativo cubano la formación vocacional y orientación profesional son tareas estratégicas. Entre sus acciones, la creación y funcionamiento de las sociedades científicas estudiantiles debe ser una prioridad.

La pasión por la ciencia

Las sociedades científicas estudiantiles estimulan la actividad científica que se realiza, por los estudiantes, en los centros de la educación preuniversitaria y la educación técnica y profesional. A ellas se incorporan voluntariamente y para mantener la condición de miembro deben cumplir con las actividades que realizan las mismas.

Como parte importante de la orientación profesional que se realiza en la antesala de los estudios universitarios, deben proponerse formar en los estudiantes intereses profesionales hacia las carreras y temas científicos que más les interesen, en estrecha relación con las necesidades del territorio donde residen. Deben estimular el trabajo creador independiente de los alumnos, así como inculcar hábitos prácticos en la organización y realización del trabajo científico.

Un aspecto importante es que la sociedad científica estudiantil debe estar vinculada, de forma directa, a un centro de investigación, o de la producción y los servicios. Para estas instituciones es esencial la formación de su potencial científico, tanto actual como futuro. Debido a esto, tienen una alta responsabilidad en su atención sistemática.

Por una ciencia joven

Se deben concebir actividades que permitan a los miembros profundizar en el estudio de los fundamentos de la investigación científica. También es vital contribuir a la formación de una concepción científica del mundo y de la sociedad. Fomentar el trabajo creador independiente de los estudiantes, así como desarrollar hábitos y habilidades para la organización y realización del trabajo científico en equipo, es también parte importante de su quehacer.

Las actividades a desarrollar en las sociedades científicas estudiantiles pueden ser muy variadas. Entre ellas están la elaboración de informes científicos y la presentación de ponencias en eventos. También se concibe la participación en paneles y debates sobre diferentes temas, así como en concursos y exposiciones. Sus miembros pueden incluirse en excursiones científicas, además de considerarse colaboradores de las investigaciones o innovaciones que se desarrollen en el centro.

Los directivos de cada institución educativa deben favorecer el funcionamiento de las sociedades científicas estudiantiles. Es importante que les asignen tareas a resolver por la vía científica, para que se fortalezca en sus integrantes la pasión por la investigación. Así podrán comprender la significación que tiene la ciencia para resolver los problemas cotidianos mediante la búsqueda creativa de soluciones de forma colectiva.

Aunque existen experiencias en la educación superior, es en los preuniversitarios y los centros de la educación técnica y profesional donde se alcanzan sus objetivos primordiales. Servir de antesala a la investigación que desarrollarán sus miembros al convertirse en estudiantes universitarios, debe estar entre sus resultados más valiosos.

Urge consolidar las sociedades científicas estudiantiles como espacios educativos de especial significación para la escuela cubana. No son pocos los científicos cubanos, entre los muchos que hoy gozan de gran prestigio nacional e internacional, que vieron germinar en ellas sus afanes por aportar al desarrollo de su país.

Acerca Luis Ernesto Martínez González

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