Javier Fal Vera es un productor matancero que encontró en la agroecología y el emprendimiento la mejor fórmula para desarrollar su finca Los Melones, en el norteño municipio de Martí. Aquella iniciativa que comenzó hace 20 años como proyecto familiar hoy crece con ambiciosos planes de extensión, siempre a partir de la familia como núcleo central de cada empeño.

«Sin la familia no funciona nada. Es el apoyo, no solo en la finca, sino en la casa y los negocios. Uno solo no da abasto para todo el trabajo. Entre mi esposa, quien es ingeniera agrónoma, y mi hija, estudiante de Medicina Veterinaria, elaboramos el plan y las proyecciones de la producción», declaró Javier.

Junto a él trabajan de sol a sol su esposa Limay y su hija Laritza. Esta última aplica los saberes que adquiere a la práctica en la finca agroecológica adscrita a la Cooperativa de Créditos y Servicios Pedro González Pérez.

La unión familiar es la clave del éxito en la finca Los Melones. Foto: Héctor Naranjo.

«Dentro de la academia aprendo mucho, pero ya llegué con una base de todo lo adquirido aquí en la finca con mis padres. Los consejos de la escuela también se los aporto a mi papá para que aplique esas recomendaciones técnicas de excelentes científicos. La presión de trabajar en familia es grande, porque siempre han trabajado en el campo y me toca aportar ahora», expresó la futura veterinaria.

Los Melones: entre familia y agroecología

«Desde que empezó la finca comenzamos a innovar, primero en la producción de cerdos y luego nos apoyamos en la siembra. Al principio fuimos solo nosotros, pero después llegó la ayuda, incluso de campesinos. Así hemos incrementado nuestras proyecciones con muchas ideas», apuntó Limay, ingeniera agrónoma de profesión.

Crías porcinas de raza semirústica son criadas en la finca del municipio de Martí. Foto: Héctor Naranjo.

Cien mil tilapias en distintas fases de desarrollo son criadas en esta intrincada porción del norte matancero. Un centro de alevinaje propio con capacidad para más de 5 mil ejemplares y 100 reproductoras posibilitará elevados planes de entrega para finales de año hacia diferentes destinos de comercialización.

Sesenta cerdos semirústicos, un centenar de cabezas de ganado ovino y más de 600 gallinas criollas dan fe del trabajo en Los Melones mediante alimento animal cosechado allí. En el primer semestre del año en curso, siete toneladas y media de carne han llegado hasta organismos, instituciones de encargo social y ferias comerciales con el sello de la finca de Javier.

La cría de tilapias en estanques naturales constituye otra de las cadenas productivas en Los Melones. Foto: Héctor Naranjo.

«La agroecología es la lógica del futuro. Es una alternativa para el funcionamiento de la sostenibilidad alimentaria. Martí es un ejemplo de buenos productores en función de elementos orgánicos», cerró el destacado productor.

En Los Melones se respira entrega al trabajo y mucho tesón. Entre la simbiosis y el éxito de la agroecología, impera un factor determinante: el amor de una familia. (ALH)

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