Cada vez son más las personas que sufren de hipertensión arterial, una enfermedad que padecen cerca de mil millones de pacientes a nivel mundial, muchos de ellos niños. Aunque es fácil de detectar, puede provocar complicaciones graves e incluso la muerte, si no se atiende de manera adecuada.

Conocida también como la Plaga Silenciosa del Siglo 21, se asocia a altas tasas de morbilidad y mortalidad, por lo que se considera uno de los problemas más importantes de salud pública en el mundo entero.

La Doctora Zoila Verónica Fortun Armengos, Responsable del programa de Hipertensión Arterial en Cárdenas, detalló algunos aspectos importantes que debemos conocer sobre esta dolencia en los infantes.

«Es una enfermedad crónica muy frecuente en los adultos y que se ha demostrado que sus inicios pueden comenzar en la infancia. Por tanto, si existe hipertensión arterial por lo general se manifiesta con el enrojecimiento de la cara, la nariz, cambios de humor o berrinches frecuentes, dolores de cabeza, mareos, vómitos y en ocasiones trastornos de la marcha.

«Pueden presentarse también taquicardia, palpitaciones y en última instancia dolor en el pecho. En muchas ocasiones se le vincula solo con los niños obesos; sin embargo, en estudios realizados a nivel internacional se ha demostrado que puede presentarse tanto en obesos como no obesos, sobre todo en aquellos niños que tengan malos hábitos de alimentación.

«¿Cuáles serían los malos hábitos de alimentación? Bueno en primer lugar, todos aquellos niños que no tuvieron lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses de edad. Y consumir comida chatarra en exceso, que son aquellos alimentos que tienen demasiados carbohidratos y azúcar, como los dulces elaborados, pizzas y embutidos.

La hipertensión arterial resulta la manifestación clínica de muchas enfermedades cardiovasculares, cerebrovasculares y renales, y en el noventa por ciento de los casos se desconocen los factores que la ocasionan, aunque tiene una fuerte influencia hereditaria. Un estrés elevado y la alimentación desequilibrada, pueden desencadenar la hipertensión. También son factores de riesgo el sedentarismo y los cambios hormonales.

Aunque existen medicamentos que ayudan a los pacientes a controlar su presión arterial, quienes padecen esta enfermedad, incluidos los pacientes pediátricos, deben seguir una dieta saludable, y practicar ejercicios de forma regular. Este es siempre, el mejor tratamiento.

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