Luego de 2 años de que asumiera la agricultura como propósito de vida, Carlos Cruzata ve en su tierra la certeza de la misión emprendida. En las 6 hectáreas de la finca El Edén, la frutabomba y otros frutales ya listos para la cosecha, son el resultado del trabajo de este productor jovellanense.
El abastecimiento a los mercados municipales se complementa con la entrega a círculos infantiles, casas de abuelos y centros sociales. Con el intercalamiento de los cultivos y el uso productivo de los realengos, Carlos apuesta por la eficiencia y el incremento de sus cosechas. Él sabe que la producción de alimentos es hoy, más que nunca, imperante para la estrategia de auto sostenibilidad del país. Su trabajo es un ejemplo local de las buenas prácticas agrícolas.
Ampliar las áreas de siembra es propósito de este fruticultor, por lo que asume más tierras en usufructo. La autogestión y el encadenamiento con empresas del sector son factores determinantes en el contexto actual, en el que urge producir alimentos que abastezcan al territorio. Experiencias provechosas como la de Carlos deben replicarse, pues en la agricultura encontró su Edén.