Gonzalo Aróstegui del Castillo nació el 27 de junio de 1859 en Puerto Príncipe, hoy Camagüey, Cuba. Desde temprana edad mostró una inclinación por el estudio y la disciplina de la medicina. A los nueve años ingresó en el Instituto de Segunda Enseñanza, pero la Guerra de los Diez Años interrumpió su formación, obligándolo a continuar sus estudios en el Colegio San Francisco de los Padres Escolapios. Culminó el bachillerato en el Seminario San Carlos y se graduó en el Instituto de La Habana.

Su pasión por la medicina lo llevó a la Universidad de La Habana, aunque en su cuarto año se trasladó a España, donde concluyó sus estudios como Doctor en Medicina en la Universidad de Madrid en 1881, con apenas 22 años. Su sed de conocimiento hizo que se trasladara a París, donde se especializó en la Sorbona y realizó prácticas en el Hospital Hôtel-Dieu. Posteriormente, viajó a Nueva York para estudiar los métodos clínicos, antes de regresar a Madrid. Este extenso aprendizaje por los Estados Unidos y Europa marcó su vocación hacia la pediatría, especialidad en la que se destacó.

Trayectoria médica

Al retornar a Cuba en 1886, Aróstegui fue nombrado médico de la Casa de Beneficencia de La Habana, cargo que desempeñó durante 45 años. Fue el único médico visitante de la institución, y simultaneó esta labor con la atención al Colegio La Inmaculada y al Asilo de Ancianos Desamparados. Su aguda capacidad de observación y diagnóstico lo convirtieron en un clínico respetado.

En 1890 presentó su primer trabajo científico sobre el estado mental de los epilépticos ante la Sociedad de Estudios Clínicos. Nombrado Secretario de Instrucción Pública y Bellas Artes, en 1919 se dio a la tarea de fundar los Institutos de Camagüey y Matanzas, donde fue declarado como “Hijo Predilecto» de Camagüey e “Hijo Adoptivo” de Matanzas. El 11 de mayo de 1923 se convirtió en Director de la sección de Medicina, Odontología y Veterinaria, responsabilidad que desempeñó hasta su deceso. En 1935 propuso una técnica innovadora para extraer cuerpos extraños de las fosas nasales.

Su compromiso con la salud pública cubana fue notable en organización y desarrollo de instituciones médicas y científicas claves del país. Fue uno de los fundadores de la Junta Superior de Sanidad, presidente de la Liga contra la Tuberculosis y académico de número de la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana. También dirigió los Anales de esta institución y fue su bibliotecario.

Intelectual, escritor y figura pública

Aróstegui no solo fue médico, sino también un prolífico escritor y traductor. Presidió la Asociación de Escritores y Artistas Americanos, donde promovió la publicación de obras de José Martí, Gonzalo de Quesada y otros intelectuales cubanos. Escribió para periódicos como El País, Diario de la Marina y El Mundo, y colaboró en revistas médicas como El Progreso Médico y Revista de Medicina y Cirugía de La Habana.

Su contribución cultural y científica fue reconocida con diversas condecoraciones como la Medalla de Instrucción Pública de Venezuela y la Cruz Roja de Brasil.

Fallecimiento y legado

Gonzalo Aróstegui del Castillo falleció el 18 de noviembre de 1940 en La Habana. Su muerte fue profundamente sentida en los círculos médicos, literarios y académicos. La Asociación de Escritores y Artistas Americanos decretó tres días de duelo y suspendió sus actividades en su honor. Su vida fue un ejemplo de entrega al conocimiento, la salud pública y la cultura. Su legado perdura como símbolo de una Cuba que apostó por la ciencia, la educación y el compromiso social.

Lauren Quirós Alonso/Estudiante de Periodismo

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