Para muchos de los aficionados de la radio en la provincia de Matanzas resulta familiar la voz de Yaudel Rodríguez Vento, joven unionense Licenciado en Comunicación Social, que ha dedicado su vida al ejercicio de la locución y el periodismo.
Yaudel posee una energía contagiosa y la naturalidad propia de las personas del campo. Con una sonrisa bonachona acepta contarme la historia del niño que todos decían que tenía un radio en la boca.
Rodríguez Vento nació el 16 de abril de 1986 en el Consejo Popular San Antonio de Cabezas en el sureño municipio de Unión Reyes . En ese pueblo tuvo una niñez maravillosa, al cuidado de sus padres y abuelos, confiesa emocionado.
«Desde pequeño, de acuerdo con lo que me cuenta mi mamá, tenía una necesidad creciente de descubrir las cosas a mi alrededor. Era muy preguntón y me interesaba todo, hablando en buen cubano. Independientemente a eso fui un niño tranquilo.
«En la casa de mis abuelos maternos, donde crecí, escuchaban mucha radio. Creo que de ahí nace mi afición. Para un niño de campo, como yo, soñar con ser locutor de radio era una aspiración inalcanzable, sin embargo me aferré a esa idea».
Tener claro que quería ser de mayor lo ayudó a enfocarse en perfeccionar su dicción y pasar largas horas de práctica.
«Me hice locutor, siempre lo digo, debajo de una mata de naranja agria que había en el traspatio de mi hogar . Todos los días cuando llegaba de la escuela primaria me ponía a hablar y hablar solo, me imaginaba que estaba en una emisora e inventaba programas.
«Mis abuelos pensaron que tenía algún problema psicológico. Fue así como mi padres decidieron llevarme con el doctor José Hernández, pediatra muy reconocido. Él me preguntó al respecto. Le dije que no quería que mis padres continuarán gastando dinero en juguetes, que mejor lo ahorrarán para que me compraran una emisora de radio».
En el año 1997, cuando Yaudel cursaba el quinto o sexto grado transmitían por Radio Progreso el espacio Así se forjó la Patria, en el que incluían una radionovela que se llamaba Memorias de mi pueblo San Antonio de Cabezas, escrita por el Premio Nacional de Radio Iván Pérez Ramírez, quien también es natural de ese terruño.
«Yo era alumno seminterno así que mi abuela tuvo que ir a la escuela a pedirle a la directora que me autorizara ir los mediodía a la casa para escuchar ese programa. Aún recuerdo como empezaba:
«Soy guajiro y como tal
canto a mi pueblo querido
Lugar donde he nacido
De belleza sin igual
De la Sierra al matorral
Lanzo mis flores al río
Que produce murmuríos
Y a mi mente hacen soñar
Y Cabezas recordar
Pueblo de los padres míos.
«La primera persona de radio que yo conocí fue precisamente a Iván Pérez Ramírez que me regaló el libro titulado Locución Técnica y Práctica de Frank Guevara. Desde entonces esa fue mi biblia».
Yaudel, perseverante como todo buen soñador, cargado de sus ilusiones de niño y su talento, llegó a Radio Guines, actual Radio Mayabeque, siendo aún estudiante universitario. Esa sería la primera escuela para el joven aprendiz de locutor y periodista.
«Allí comencé a trabajar como corresponsal atendiendo el municipio de Nueva Paz. Casualmente se estaba impartiendo por ese entonces en la emisora un curso de locución. Vi los cielos abiertos; pero para obtener la habilitación debía ser universitario. A pesar de ello, asistí a todas las clases para adquirir el conocimiento. Allí confiaron en mí y me dieron además la oportunidad de hacer espacios juveniles como locutor».
Transcurrido un tiempo se organizó un nuevo curso para la habilitación de locutores en el municipio Ciénaga de Zapata, para la apertura de la emisora La Voz de la Victoria.
«En esa oportunidad obtuve mi título. Un día me llamaron que iban a hacer un casting para locutores del espacio Tiempo A, en la emisora provincial Radio 26. Vine y audicioné. Después que salí se demoraban en pasar el siguiente así que me preocupé. Entonces Bárbara Tápanes y Magaly Bernal informaron que ya habían encontrado lo que estaban buscando y era yo. Ese mismo día comencé a hacer el programa».
Yaudel cambió la calidez y seguridad del hogar en su San Antonio de Cabezas y se trasladó a la Atenas de Cuba para poder desarrollarse profesionalmente en la que considera su segunda casa.
«Mi sueño en parte era algún día trabajar en la Radio de tu corazón. Había colaborado con Pancho Soriano en su espacio deportivo Jugando al duro, e incluso había participado en los concursos nacionales de corresponsales deportivos en 2009 y 2011. Entonces como ya dije, comencé a hacer Tiempo A y luego otro programa que se llamaba Comienzo. Más adelante me pusieron a prueba en la revista de variedades En la radio, espacio que disfrutaba sobremanera por el intercambio con la audiencia. El colectivo me acogió desde el primer momento y aportó muchísimo a mi formación, tanto periodistas, locutores, directores cómo demás miembros del equipo técnico, a ellos debo mucho de lo que soy. La radio es mi religión y Radio 26 mi templo».
Para este locutor la audiencia constituye su principal motivación.
«Los oyentes ocupan en mi vida un lugar muy especial. En muchas ocasiones han sido quienes me han sugerido y aconsejado para perfeccionar mi trabajo. Ellos son la razón por cual me siento a diario en la cabina siempre con los mismos deseos. Disfruto mucho los encuentros con los radioaficionados, he recorrido la provincia para estar en cuanta actividad organizan los círculos de oyentes.
«El día de mi cumpleaños en el año 2015, llegaron hasta Radio 26 un grupo de oyentes de Pedro Betancourt, para sorprenderme con un cake. Interactuábamos en los programas; pero no nos conocíamos personalmente. Iba bajando la escalera y ellos me estaban esperando. Se me acerca Amadita Garaboto ( fiel oyente de la radio) y me pregunta si conocía a Yaudel y que por favor lo llamara. Le dije soy yo, y ella se rió y me dice no juegues y búscalo, la voz es idéntica pero no puedes ser tú, cómo vas a ser tú tan chiquitico. Nada, que por poco me quedo sin cake», comenta risueño.
«Para ser locutor de radio debes escuchar mucha radio. Más que tener una voz linda, un locutor necesita una voz comunicativa que sepa transmitir los estados de ánimo y lograr las intenciones que se le pide en los textos. Tiene también que ser espetuoso de la técnica y del arte del bien decir. La locución perfecta no existe; pero tenemos que tratar de acercarnos. Se necesita naturalidad a la hora de hablar y de comportarse. Todo eso conjugado con una sólida base cultural. Con respecto a esto, recuerdo un pensamiento que teníamos como máxima en las clases: Pobres de los oyentes que no tengan quién les diga algo, pero más pobre el locutor que no tenga algo que decirle a sus oyentes».
Hace más de seis años, Yaudel Rodríguez Vento, se desempeña como director de la emisora municipal Radio Unión. Fue él quien realizó la locución durante la primera transmisión y diseñó la programación inicial.
«Estaba muy feliz con mi trabajo en Radio 26; pero con la apertura de Radio Unión vi la posibilidad de estar más cerca de mi familia y realizar el trabajo que amo. Soy del concepto de que no importa si es radio municipal, provincial o nacional, uno tiene que esforzarse siempre por hacerlo bien y mostrar respeto por la audiencia donde quiera que esté.
«La dirección de esta emisora constituye un reto diario. No tenía experiencia en la parte administrativa. He estudiado mucho para poder entender la radio desde esa otra dimensión. Le agradezco mucho a la dirección provincial de la radio en nuestro territorio que siempre me ha brindado su apoyo y también a las autoridades de este municipio. Me esfuerzo para que todo salga lo mejor posible y no lo lograría de no ser por el excelente colectivo con el que cuento, que aunque joven, es muy consagrado y responsable.«El principal desafío de Radio Unión resulta el logro de mayor participación de sus audiencias, los oyentes deben involucrarse más con la emisora para sugeriir temas y así ser parte de la construcción de la agenda del medio.
«Otra de nuestras aspiraciones, aumentar las horas de transmisión. No sólo crecer en tiempo sino también en calidad, para no sacrificar el buen hacer».
Yaudel antes de hacer Locución se interesó y ejerció el Periodismo.
«El periodismo me conquistó, desde que lo ejerzo no he podido volver a mirar el mundo con otros ojos que no sean los de un periodista. Mis principales galardones están en esa área. Representa un refugio para mi, nunca podría renunciar a él».
Este joven unionense también se desempeña como guionista, editor, realizador de sonido y director de programas de radio. A lo largo de su labor profesional ha alcanzado múltiples reconocimientos, sin embargo existe uno que tiene una relevancia especial para él.
«El premio más importante es el que te da la gente para la que uno trabaja. Por eso guardo con tanto cariño el que me hizo la audiencia en el 2015 en Radio 26 al seleccionarme como el locutor más popular de ese año. Es un compromiso para no defraudarla y continuar superándome».
«Me siento realizado porque la gente se levanta todos los días para ir a trabajar, más yo lo hago para ir a vivir mi sueño. Mi mayor alegría resulta despertar cada mañana e ir a hacer lo que me gusta».
Recientemente Yaudel visitó China como parte de la delegación cubana que realizó allá un curso de superación sobre las nuevas formas de hacer radio.
«Lo más gratificante de este curso fue afianzar más el orgullo que siento de ser parte de la Radio Cubana, comprobar en el plano internacional que nuestra radio deviene un referente y es respetada en muchos lugares del orbe.. Los organizadores y profesores estuvieron haciendo referencia al valor informativo, educativo y cultural de este medio en nuestro país constantemente».
Para Rodríguez Vento, la familia resulta el apoyo y la alegría en medio de cualquier adversidad. Su amor por ella solo comparable con la devoción que siente por la radio, -aclara sin titubeos.
«Pido poder contar siempre con la compañía irremplazable de mi familia. Que nunca me falte la pasión, el deseo y el compromiso que siento por la radio para entregarme en cuerpo y alma como lo he hecho hasta ahora». (ALH)