Según la Organización Mundial de la Salud, la adicción es una enfermedad física y psico-emocional que crea dependencia o necesidad hacia una sustancia, actividad o relación. Trae consigo un grupo de signos y síntomas en los que se involucran factores biológicos, genéticos, psicológicos y sociales. Es una enfermedad progresiva y muchas veces fatal, que se caracteriza también por episodios continuos de descontrol, distorsiones del pensamiento o la realidad y negación ante la enfermedad.
La doctora Gretel Chaviano, psicóloga en el área de salud del Policlínico Ramón Martínez del Consejo Popular Santa Marta, explicó que el consumo de drogas durante la juventud y la adolescencia en estos tiempos, es un tema muy complejo que nos afecta a todos como seres bio-psico-sociales que somos.
«Desde el componente psicológico, la adicción es la necesidad del consumo de una sustancia que se manifiesta a nivel de pensamientos o emociones, ante una situación estresante o algún problema. Por lo tanto, no existe dependencia física, debido a que no se desarrollan receptores a nivel neuronal para la acción de una sustancia adictiva.»
«Muchas veces nos solemos preguntar por qué las personas se vuelven adictas. Ante tal interrogante podemos decir que no lo hacen por la recompensa o el placer, sino porque su sistema de defensa está súper activado y la evidencia nos sugiere que el sistema de recompensa, que es la dopamina, es débil.
Al decir de la especialista, son cuatro las etapas de la adicción y varían de acuerdo al paciente: uso y abuso, tolerancia y la dependencia, la abstinencia y por último la recaída. Existe un gran vínculo entre la sociedad y la familia, pues como célula fundamental, el núcleo familiar puede proporcionar una fuente de motivación, apoyo emocional y ayuda práctica en el tratamiento de las adicciones.
La familia puede ayudar a los pacientes a mantenerse comprometidos y motivados con el tratamiento. Además, el consumo de sustancias también afecta la dinámica en el hogar; se refleja en una comunicación deficiente o conflictiva en algunos casos y el aislamiento, así como las dificultades para manejar las emociones. Esta situación genera un entorno familiar tenso y deteriorado y agudiza la recuperación del paciente. Por eso, está demostrado que un buen apoyo en casa es la clave del éxito en el tratamiento de las adicciones.
«Detrás de una adicción hay muchas cosas. Se manifiestan y se evidencian muchos síntomas como el miedo, la falta de autoestima, la soledad, inmadurez emocional, inseguridad, las ganas de huir de las responsabilidades o de la realidad de la vida propia, de la vida cotidiana»
El consumo de drogas durante la adolescencia puede interferir con los procesos de desarrollo del cerebro y afectar la toma de decisiones. Son muchas las causas por las que un adolescente puede consumir drogas, disipar el aburrimiento, sentirse bien, olvidarse de sus problemas y relajarse son algunas. Otra motivación es satisfacer su curiosidad o integrarse a un determinado grupo social. Pero sin dudas, conociendo los riesgos y consecuencias de las adicciones, de cualquier tipo, la mejor forma de evitarlas será siempre no empezar.