Fundada el 8 de marzo de 1828, en la costa norte de la actual provincia de Matanzas, a orillas de la bahía de Siguapa o de Siguagua y sobre 400 varas de terrenos cenagoso adquiridos con ese fin por la Real Hacienda, como resultado de un proceso eminentemente económico iniciado a finales del siglo XVIII; la ciudad de San Juan de Dios de Cárdenas atesora un excepcional conjunto de valores arquitectónicos, urbanísticos, históricos, culturales, patrimoniales e identitarios que la distinguen dentro del conjunto de las urbes cubanas establecidas en el siglo XIX cubano.
En primer lugar, sorprende a vecinos y visitantes la rectitud de sus calles, elemento distintivo que caracterizará al urbanismo cardenense a lo largo del tiempo, pues esta disposición asumida desde el mismo momento de su fundación, se hará omnipresente según fue expandiéndose el área urbana, respetándose en todo momento el tamaño de la manzana y la alineación de sus vías, aun en las áreas que se encuentran alejadas de los limites originales del poblado.
Un segundo aspecto en el trazado de Cárdenas, lo constituye el hecho de que en el reparto de los solares situados alrededor de su plaza fundacional (plaza de Femando VII, hoy plaza de Colón), quedaron definidos solo seis, a diferencia de los ocho que fueron parcelados en la manzana asumida para la distribución de terrenos en el nuevo poblado.
Todo lo anterior derivará en una morfología basada en paredes medianeras, siguiendo una línea de propiedad de forma continua con acceso inmediato a la acera sin elementos de transición que la vinculen con ésta, una característica urbanística y arquitectónica que siempre ha distinguido a la Ciudad.
Entre 1828 y 1853 el poblado protagonizará, gracias a la labor de sus habitantes y al extraordinario desarrollo económico alcanzado por la región histórica de Cárdenas, la más corta carrera contra el tiempo de una población cubana, para convertirse, en menos de 25 años, en una de las más importantes y prosperas de toda la Isla.
Como consecuencia directa de este proceso, y gracias al trinomio azúcar – puerto – ferrocarril, que genera, junto al trabajo agotador de miles de esclavos, una riqueza sin precedentes, el 31 de diciembre año 1853, le es otorgado por el Título de Villa. Dieciocho años después, el 28 diciembre de 1866, se comunicaba a las autoridades cardenenses que por Real Orden había tenido a bien darle el título de Ciudad, a solo 38 años, 9 meses y 20 días de su fundación oficial.
Desde entonces, fue reconocida con razón como una de las más florecientes, cultas y desarrolladas urbes cubanas, ganándose los epítetos de “Barcelona de las Antillas”, “Chicago de América”, “Perla del Norte”, “Holanda de América”, “Trinidad del siglo XIX cubano”, “Ciudad Bandera” y “Ciudad de las Primicias”, haciendo repetir a más de un reconocido geógrafo, historiador o viajero seducido por sus valores: “El progreso de Cárdenas no tiene ejemplo en los anales cubanos”.
Un lugar de singular valor arquitectónico e histórico que caracteriza a Cárdenas lo es, sin dudas, la plaza del Mercado, la cual es conocida popularmente como plaza Malacoff o del Malacoff, por la forma de su cúpula. Situada en las inmediaciones del centro de la Ciudad, ha constituido por más de un siglo, la sede del bullicioso mercado, un punto focal de gravitación y referencia, que ha adquirido con el paso del tiempo una significación urbanística y arquitectónica, capaz de representar un estado característico y anímico de la ciudad. Su aparición dentro del contexto urbano local en 1859, significó un síntoma de la toma de conciencia progresista de sus pobladores, preocupados por dar crecimiento y prosperidad a la entonces Villa. Se trata de un edificio de estructuras metálicas, único en Cuba dedicado a esa función, que dialoga armónicamente con el espíritu neoclasicista imperante y que, a su vez, rompe con el esquema tradicional de planta cuadrada o rectangular, presente en muchas ciudades cubanas.
A esta edificación, se suma la existencia en el área del Centro Histórico Urbano de otras tres singulares edificaciones declaradas Monumento Nacional por sus valores históricos y arquitectónicos: el actual hotel “La Dominica” (1847-1849); la antigua casa Consistorial (1859-1861) actual sede del museo “Oscar María de Rojas”, segunda institución de su tipo fundada en Cuba, y la hermosa y neoclásica vivienda, cuna del líder estudiantil José Antonio Echeverría Bianchi (1873), actual Museo que lleva su nombre. Lares hacia la calle.
Los más de 100 acontecimientos de relevancia nacional o internacional que ocurrieron por primera vez en su suelo, entre los que se destacan: el haber sido el sitio donde el 19 de mayo de 1850 se enarbolara por primera vez en Cuba, en el edificio conocido hoy como “La Dominica”, por entonces sede de la Junta Municipal y de hecho casa de Gobierno, la bandera de la estrella solitaria que años más tarde en la Asamblea de Guáimaro seria proclamada como la enseña nacional; la inauguración de la estatua de Cristóbal Colon, obra de José Piquer, escultor de Cámara de la reina Isabel II, que luce en su plaza fundacional desde el 26 de diciembre de 1862 y que fue la primera del Gran Almirante de la Mar Océano develada pública y solemnemente, en América Latina; y finalmente el hecho de que a partir del 7 de septiembre de 1889, comenzara a funcionar el primer servicio de alumbrado público de Cuba.
Diversa y universal por naturaleza, cuna de la Batalla de Ideas y escenario donde ocurrieron importantes acontecimientos de diversa índole, Cárdenas y su región histórica constituyen un fiel reflejo de la amalgama de pueblos y culturas que dieron origen a la nacionalidad, la identidad y la cultura cubana. Aborígenes, europeos, africanos y asiáticos se fundieron aquí con personas provenientes de los Estados Unidos de América, de lo que hoy es Canadá y de diversos países de Latinoamérica y el Caribe, para conformar las mil y una facetas de la Ciudad.
Ciudad marinera, cercana a la incomparable maravilla de la playa de Varadero, que fue y sigue siendo parte importante de su territorio, serán para ella durante años el puente a través del cual se relacionó y de seguro se seguirá relacionando, con las más insospechadas partes del mundo.
Visitada y alabada a lo largo de casi 200 años por viajeros, grabadores, escritores, litógrafos, periodistas, pintores, bailarines, artistas teatrales, cantantes e intérpretes musicales cubanos y extranjeros, a los que se sumaron el generalísimo Máximo Gómez Báez; el lugarteniente general Antonio Maceo y Grajales; varios capitanes generales de la Isla y presidentes de la República de Cuba; el comandante en jefe Fidel Castro Ruz, presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, quien estuvo aquí en numerosas ocasiones; mandatarios y personalidades de decenas de naciones, varios premios Nobel y otras figuras de relieve, Cárdenas sigue ocupando hoy un lugar especial en el corazón del pueblo de Cuba y de todos los cubanos.
Los valores históricos y patrimoniales que atesora la ciudad y a partir de haberse declarado su Centro Histórico Urbano Monumento Nacional en 2022, se dio continuidad a los trabajos de rehabilitación de la ciudad iniciados en 2018 sobre todo en las edificaciones y principales espacios urbanos contenidos dentro de la Zona Priorizada para la Conservación, labor que desde el Grupo Coordinador para la creación de la Oficina del Conservador de la Ciudad tienen una incidencia permanente a partir de las pautas definidas en su Plan Maestro siguiendo la dinámica de su desarrollo estratégico hasta 2028 -año de su Bicentenario- dentro de la agenda hasta 2030.
Los objetivos propuestos ya tienen resultados tangibles. Lo testimonian: la restauración del emblemático hotel “La Dominica”; la remodelación de la plaza de Colon, el parque “José Antonio Echeverria”; la restauración del Almacén 26 devenido en el proyecto “La Vizcaya”; la restauración de la quinta “Villa Onelia,” la rehabilitación del Monumento a la Bandera, el Corredor Histórico Almacenes de Pinillos, obras que marcan la pauta del trabajo de la futura Oficina del Conservador de la Ciudad, próxima a crearse en los próximos meses.
Tomado de Cubadebate