Foto: FIFA.

Zona de Gol: la penúltima epopeya de Catar

La Copa Mundial de Fútbol Catar 2022 continúa en la búsqueda de un campeón. Treinta y dos selecciones iniciaron el camino, pero solo una alzará el anhelado trofeo. La redacción digital de TV Yumurí les brinda un acercamiento a este certamen con la sección Zona de Gol. Acompáñenos…

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Tuvo Youssef En-Nesyri en su testa la posibilidad del empate. Otro brinco espectacular del delantero del Sevilla que llegaba con más peligro que cualquier otro. Mas su remate de cabeza se marchó rozando el larguero, para apuntillar el revés marroquí. El DT Regragui llevó las manos a la cabeza. Al minuto 97 de partido, era la última para los Leones del Atlas, en el postrero relato de un equipo inolvidable.

Lucharon, atacaron con las fuerzas que les restaban y enamoraron con su juego a más de uno por medio mundo. Llevaron a Catar el aura y la energía joven y desenfadada del balompié africano. Iniciaron una larga amistad con millones de aficionados. Y, como a todos los marroquíes, siempre les quedará Catar. Para ellos, una crónica que no bastaría jamás.

Marruecos convenció con su fútbol y por primera vez llevó a una selección africana entre las cuatro grandes de un Mundial. Foto: FIFA.

Marruecos, en realidad, llegó a discutir el bronce con el depósito en la reserva, con lesionados y golpeados en todas sus líneas. Plantó cara, siempre orgullosa y digna. Pero, solo esta vez, cedió ante la solidez y la puntería croata.

La clase de Mislav Orsic alumbró el presumible adiós mundialista de Luka Modric y dio a Croacia el triunfo (2-1) sobre la sorprendente Marruecos, lo que le mantiene en el podio de la cita universal tras el subcampeonato alcanzado en la pasada edición.

Modric culminó su cuarta fase final con otro magnífico resultado, que para nada empaña la derrota en semifinales ante Argentina. El mediocampista del Real Madrid, declarado mejor jugador de Rusia 2018, volvió a completar un torneo modélico, en el que de nuevo expuso su categoría pese a los 37 años que luce.

Modric celebra otro triunfo con la selección cuadriculada. Foto: FIFA.

Zlatko Dalic, seleccionador croata, no quiso que su capitán se perdiera la lucha por el tercer puesto. También incluyó en el once a otro de los referentes veteranos de la plantilla como Ivan Perisic, en esta ocasión metido a lateral zurdo en vez de extremo. Además, mantuvo a Mateo Kovacic en la medular y a Josko Gvardiol en el centro de la zaga.

Habían avisado los croatas que para ellos este partido por el tercer puesto no era ni mucho menos un compromiso descafeinado. Era su final. Lo mismo para Marruecos, la gran revelación del torneo, que se atrevió incluso a plantar cara en la semifinal a la todopoderosa Francia, tras convertirse en el temible matagigantes e ir dejando en el camino a potencias como Bélgica, España o Portugal.

La otrora “final de consolación” fue, en efecto, más vibrante que el partido que enfrentó a ambos equipos en la primera jornada de la fase de grupos, donde terminó con empate a cero y sin apenas llegadas.

Para ambos conjuntos, la disputa del bronce representó el chance de culminar el Mundial con buen sabor de boca después de excelentes torneos. Foto: FIFA.

El desgaste acumulado, la falta de frescura y hasta la mayor ambición ofensiva de los “Leones” permitió ver un partido más abierto, con más idas y venidas. Eso favoreció a Croacia, que esta vez, pese a la falta del eje en su medio del campo, Marcelo Brozovic, sí que pudo llegar de forma más asidua ante Yassine Bono. A los pupilos de un intensísimo Walid Regragui tampoco le faltaron llegadas frente al área de Dominik Livakovic.

Un intercambio de goles inicial, parecidos, luego de sendas acciones a balón parado, remachadas por dos centrales como Gvardiol y Achraf Dari, hizo presumir hasta un espectáculo ofensivo. No fue así. Ambos equipos decidieron afinar más las marcas y frenar a sus rivales.

El partido evolucionó entre lo grato y lo grueso. Aparecieron los astros. La jerarquía de Sofyan Amrabat, la clase de Hakim Ziyech, la pujanza de Achraf Hakimi, la sabiduría de Modric, que exigió lo mejor de Bono. La puntería, en definitiva, de Orsic, un talento que suele mostrarse en el Dinamo de Zagreb y que, sin apenas minutos en la selección, dejó su huella con una rosca que valió el gol del triunfo para Croacia en los últimos instantes de la primera parte.

Los croatas celebran su tercer podio en citas mundialistas desde su primera incursión. Foto: EFE.

Ya lo recoge la historia. El cuarto puesto es un hito tan relevante para Marruecos y el fútbol africano, como para Croacia enlazar el segundo con este tercero. Un cierre honroso estaba asegurado para ambos combinados, pero el que celebró fue el que encontró la inspiración en el tiro de Orsic y pudo festejar Modric.

El regreso del descanso tuvo un punto abrupto, de indefinición, hasta que la proximidad del final desató a todos y abrió un ida y vuelta que pudo beneficiar a cualquiera. El trencilla catarí y, lo que es peor, toda la tropa al frente del videoarbitraje, se merendaron un penalti de Amrabat a Gvardiol que pudo sentenciarlo todo antes de tiempo, antes de que Marruecos se lanzase mediante centros al área a por su última epopeya en Catar. Al menos, por ahora, la fiesta es croata.

Acerca Carlos Manuel Bernal López

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