En Múnich-1972 se celebraron los vigésimos Juegos Olímpicos, los primeros en tener una mascota, un perro salchicha, una raza originaria de Alemania. El famoso can llevó por nombre Waldi.

Pocas actuaciones se compararon con las del nadador estadounidense Mark Spitz y las del finés Lassen Viren. El tritón rompió la marca mundial en cada uno de sus triunfos, y fue el primer atleta en la historia en conseguir esa hazaña en una edición, hasta que en Beijing–2008 fue superado por su coterráneo Michael Phelps.

Viren venció en las pruebas atléticas de 5 000 y 10 000 metros. En los diez kilómetros sufrió un tropezón que lo llevó al piso, en la vuelta 12, quedándose en la cola del grupo. Se levantó, y fue rebasando, uno por uno, a cada rival hasta llegar primero a la meta, con récord del orbe.

Estados Unidos y la URSS jugaron una final de leyenda en el baloncesto masculino, que terminó, en el último segundo con cerrada victoria soviética de 51-50.

El conflicto israelopalestino entró en los Juegos, cuando el 5 de septiembre un comando palestino, reclamando la liberación de más de un centenar de presos, tomó la justicia por su mano, ocasionándoles la muerte a 11 atletas de Israel y a un policía alemán. En la acción murieron cinco de los ocho atacantes. El hecho, en la historia olímpica, se conoció como el septiembre negro.

Pasaron cuatro años, y Montreal se convirtió en anfitriona olímpica, en una edición en la que 32 países se retiraron, cuando el Comité Olímpico Internacional (COI) aceptó a Nueva Zelanda, nación que había tenido un intercambio deportivo, en rugby, con Sudáfrica, excluida por el COI por su política racista.

Fue una sensación la rumana de 14 años Nadia Comaneci, la primera a la que le concedieron una puntuación perfecta de diez puntos en barras asimétricas. Obtuvo en total siete puntuaciones con esa calificación. También el soviético Viktor Saneyev ganó su tercera medalla de oro en triple salto.

Inédito e irrepetible hasta hoy fue el doblón dorado del cubano Alberto Juantorena, en 400 y 800 metros, en el atletismo, que incluyó récord mundial en las dos vueltas ovalo.

En 1980, el enfrentamiento entre el capitalismo y el socialismo llevó a un boicot masivo convocado por Estados Unidos, que dejó a los Juegos de 1980, en Moscú, sin 65 pabellones, aunque el número de asistentes fue mayor: 80.

No obstante, se grabaron actuaciones relevantes como las del mítico boxeador cubano Teófilo Stevenson, quien ganó allí, por tercera ocasión consecutiva el premio dorado, único púgil que lo ha hecho hasta hoy en una misma categoría de peso. Otro que dejó una pauta fue el saltador de altura de la República Democrática Alemana, Gerd Wessig, quien rompió la plusmarca del planeta, al elevarse por encima de los 2,36 metros.

En Los Ángeles-1984 también hubo importantes ausencias de 14 países, varios de ellos, incluyendo a la URSS, entre las primeras delegaciones de la justa de Montreal-1976.

El estadounidense Carl Lewis puso su nombre en la historia olímpica, al igualar el éxito conseguido por Jesse Owens, en Berlín–1936, al ganar cuatro medallas de oro en los mismos eventos: cien metros, 200, el relevo 4 x 100 m y el salto de longitud. En los 400 con vallas, Nawal El Moutawakel firmó la primera medalla de oro de una mujer de un país islámico, y la primera marroquí con ese lauro.

Por primera vez en la historia de los Juegos se disputó la maratón femenina, en la que se impuso rotundamente la estadounidense Joan Benoit. (ALH)

Tomado de Granma

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