No intento confundir al lector. Ojo, en la realidad el nuevo invento de la FIFA aún no tiene fecha garantizada. Ahora, si nos ceñimos a la lista de candidatos para ganar la Copa del Mundo de Estados Unidos, México y Canadá, aparecen como grandes favoritos Argentina y España.

Eso sí, antes dichas naciones se van a medir en la segunda edición de la Finalísima. Marzo es el espacio de tiempo tentativo, aunque para ello los europeos deben liderar su llave clasificatoria. El comienzo es notable con nueve goles en dos partidos.

Luis de la Fuente se mostró insatisfecho luego del 0-3 contra Bulgaria. Habló de evitar las relajaciones y, sus discípulos respondieron en Turquía con una obra al alcance de pocos hoy encima del verde. La pizarra reflejó un 0-6, pero pudo ser mucho más amplia la diferencia.

Mikel Merino está en todas partes. Pedri recupera y genera al nivel de un centro del campo ordenado desde sus botines. Oyarzabal es la referencia con la cual encajan el resto de las piezas del puzle español. Lamine es la guinda, el desequilibrio. No obstante tiene tarea pendiente frente al arco.

En la zaga la irrupción de Huijsen garantiza eficiencia y salida limpia en la presión del rival. Luis es de jerarquías, siendo Le Normand uno de esos ejemplos. El central no ha dado el salto esperado con la rojiblanca, pero con los campeones de Europa es el fichado desde la Real Sociedad.

Queda Georgia para completar la primera vuelta rumbo al Mundial. En noviembre se conocerá si cuatro meses después el público puede guardar en sus retinas una pequeña muestra de una teórica final en Nueva York el 19 de julio. Hoy, hablar de otros protagonistas es ir contra la lógica.

Por su parte, los reyes de Qatar mantienen un bloque sin excesivos cambios. El cierre de su camino mundialista sirvió para despedir a Messi frente al público albiceleste. El 10 ofreció otro de sus conciertos con la esférica en los pies y se llevó las ovaciones de sus dos goles y más. Era su noche.

Más allá de lo sentimental, los sudamericanos poseen un once reconocible y casi para recitar de memoria. Hay variantes desde el banquillo. Simeone, Almada, Mastantuono son presente y futuro. Lautaro acomoda sus goles a los minutos en cancha. Julián es siempre una amenaza.

Mac Allister, Enzo, Paredes y De Paul brindan a Scaloni diversidad para recomponer una medular acorde a la propuesta del oponente. Sus defensores no son los mejores del mundo, pero Romero, Otamendi, Molina, Tagliafico, Acuño y Montiel se entregan en cada ataque del contrario.

La posibilidad de disfrutar de este partido como colofón el nuevo mundial de 48 equipos puede resultar uno de los partidos más emocionantes de este siglo. Y ojo, la última final detuvo corazones y elevó a niveles inadecuados el estado nervioso de la fanaticada. A la espera del choque entre la paciencia argentina y el vértigo español. (ALH)

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