Foto: Cortesía del entrevistado.

Jorge Marcos: del tatami a los tableros de ajedrez

Atardece en la ciudad de Matanzas y el sol comienza a escabullirse por el horizonte. De la mano de su padre, un niño de seis años regresa a casa luego del entrenamiento. Aprendió una nueva técnica en el    ne-waza y su kumikata mejora día a día. Lo ilusiona cada derribo y admira la nobleza de un deporte como el judo.

Hoy Jorge Marcos Gómez tiene 25 años y estudia la Licenciatura en Cultura Física en la Universidad de Matanzas. En sus tiempos libres aún practica el arte marcial creado por el maestro japonés Jigorō Kanō en el lejano 1882, pero ahora su pasión fluye por las 64 casillas de un tablero de ajedrez.

“Comencé en el ajedrez casi por embullo, cuando a los siete años me llamó la atención y quise aprender. Mi padre, quien me insertó en el judo, también fue mi primer maestro en el juego ciencia. Poco a poco desarrollé habilidades hasta alcanzar resultados nacionales a nivel escolar. Eso sí, nunca me separé del colchón. Fue al finalizar la primaria que tuve que escoger entre ambos y me decidí por este deporte”, rememoró.

Jorge Marcos se inició en el mundo del deporte con la práctica del judo y a los siete años le dedicó completa atención al juego ciencia. Foto: Cortesía del entrevistado.

Estigmatizado por un biotipo poco usual en los trebejistas, Jorge Marcos encontró lo fascinante del mundo de los enroques y los jaques. Tras la impronta de sus coterráneos y Grandes Maestros (GM) Reinaldo Vera y Yusnel Bacallao, el joven asume el reto de una carrera en pleno ascenso.

“En mi deporte se compite mucho y es necesaria la salud mental de los atletas. Llevar a la par la disciplina y el estudio representa un esfuerzo que todo deportista debe hacer. El ajedrez requiere además muchas horas de estudio y análisis, observación, seguimiento de las principales tendencias y jugadores a nivel mundial. Soy un muchacho muy sociable, pero eso no me impide el compromiso con mi carrera”, asegura quien ama la música y el ejercicio físico como pasatiempos para su vida.

En sus ratos libres, el joven ajedrecista le dedica espacio a la música. Foto: Tomada de Facebook.

Con apenas 19 años, el yumurino ganó un puesto en la final del Campeonato Nacional absoluto de 2017. Desde la ciudad de Santa Clara, las jugadas de este bisoño ajedrecista se hicieron sentir, mientras culminaba el evento con una victoria, cinco tablas y tres descalabros.

En dicho torneo, siendo aún Maestro FIDE, enfrentó a GM como Lázaro Bruzón, Isán Ortiz, Ermes Espinosa y Camilo Gómez, para acumular valiosos puntos Elo y convertirse en Maestro Internacional.

Jorge Marcos también atesora en sus vitrinas destacadas participaciones en certámenes foráneos desde Colombia, México, Trinidad y Tobago, El Salvador e Italia, país donde concursó en el Campeonato Mundial juvenil de Tarvisio 2017. Según palabras del propio atleta, “esa fue una de las competencias más fuertes que he enfrentado, con rivales rusos, chinos e indios de experiencia a pesar de su juventud”.

Jorge Marcos frente al Gran Maestro Camilo Gómez en la semifinal nacional del 2017. Foto: Radio Angulo.

Condicionado por la pandemia de la Covid-19, el ajedrez movió sus fichas hacia el entorno virtual para evitar la inactividad competitiva. En este contexto, los trebejistas cubanos intervinieron en varios eventos desde diferentes plataformas de juego. Hacia allí también ha mirado Jorge Marcos. Como primer tablero del Cuba 2, fue el único de los 11 representantes antillanos que culminó invicto en el último Campeonato Mundial Universitario online de ajedrez.

“Representó una experiencia nueva, pero me sentí muy cómodo pese a nuestra poca adaptabilidad a este tipo de formatos y las dificultades tecnológicas que se presentan. Constituye una forma distinta de jugar, aunque con los mismos preceptos del ajedrez clásico. Lo principal fue mantenerse activo y medirse constantemente con otros jugadores hasta el regreso de los duelos presenciales”, aseveró el subcampeón nacional juvenil de 2015.

Junto a su compañera de equipo Leancy Fernández, constituye hoy uno de los herederos de Capablanca en la Atenas de Cuba. Al judoca ajedrecista lo atraen las aperturas y defensas activas, aunque reconoce la importancia de un juego integral para ganarle a cualquier adversario.

Foto: Cortesía del entrevistado.

El discípulo de los entrenadores Enrique Galú y Carlos Real sueña con sobrepasar los 2500 puntos Elo y alcanzar las restantes normas de Gran Maestro. Con la confianza que le otorga su juego, aspira a integrar algún día no tan lejano la selección olímpica de Cuba, mientras perfecciona cada jugada en el reino de Caissa.

“El ajedrez se ha convertido en gran parte de mi vida. Luego de 16 años de practica con seriedad, pienso que no me puedo deshacer de él.  Lleva tiempo, estudio y sacrificio para un joven, pero nunca me arrepiento de eso. Fue mi elección de vida”, finalizó.

Frente a un cuadrado blanquinegro, vuelve a adentrarse en un mundo de jugadas tácticas y movimientos sagaces. La mirada fija en algún lugar del tablero impide al rival adivinar el próximo lance. Mueve el alfil pálido hacia una esquina cuadriculada, mientras la torre custodia y el caballo aguarda. El rey contrario está sitiado. ¡Jaque mate! (ALH)

 

Acerca Carlos Manuel Bernal López

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