Cuando conocimos a Lázaro Lugones «Isasi», su andar lento delataba el paso retador de los años. Sin embargo, el sentimiento entregado a las pistas le impedía quedarse en su hogar, lejos de los entrenamientos y el sol agotador.

Dedicado a las pruebas de fondo, buena parte de los corredores de largo aliento en Matanzas pasaron por sus manos maltratadas, capaces de pulir el talento bruto para las competencias.

Él fue un refrente de la preparación. Sus métodos de educador traspasaron las fronteras nacionales. Sus pupilos conservan los mejores momentos que desafió cada reto, cada obstáculo y carencia.

Isasi, como se le recuerda en el ámbito del deporte rey, partió a la eternidad el 26 de octubre de 2024. En la Escuela de Iniciación Deportiva de Matanzas, en los alumnos que moldeó con disciplina y en el atletismo cubano su nombre perdurará como hacedor de campeones

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