En ese tiempo, le propinó 5222 toques, para quebrar su anterior cota del orbe que recogía 4626.

Realmente, es menos complicado tramitar el intento con un balón de fútbol, que tiene un diámetro entre 68 y 70 centímetros, que con uno de baseball5, que es de apenas 66.4 milímetros. De ahí, lo difícil para el dominador.
Durante 21 minutos, Erick se veía seguro y sin vacilaciones. Pero sucedió algo inesperado: la pelotita amarilla cayó al suelo.
Todos los presentes en el lugar quedaron sorprendidos con ese pequeño desliz del bien llamado Dominador, que siempre les ha acostumbrado a llevar sus intentos a final feliz.
Pero él se mostraba ciertamente angustiado. Al parecer, no lo concebía. Sin embargo, como hacen los cracks, se supo levantar y reinició el intento que sí pudo fructificar en esa segunda oportunidad.

«Es muy difícil esta prueba de récord mundial con una pelota de tan pequeño diámetro, porque cuando se golpea con la frente, puede desviarse para cualquier lado. Realmente, estaba algo tenso», comentó Erick.
«Pero yo sabía que sí podía controlarla porque lo había hecho en mis entrenamientos. Por eso, me concentré bien para repetirlo. Estoy feliz por haberlo conseguido», aseveró el dominador capitalino.
En el lugar se encontraban los jugadores bicampeones mundiales de baseball5, Briandy Molina y Orlando Amador, así como el director de la selección nacional Pablo Terry y el jefe técnico Eros Bernal.
«Me alegró mucho que ellos destinaran su tiempo a presenciar este intento mío. Son grandes figuras que se dedican por entero a su deporte y entrenan mucho. Este récord es un reconocimiento al baseball5 cubano, que exhibe dos títulos mundiales de adultos e igual cantidad entre juveniles», explicó.
Este es el quinto récord mundial impuesto en lo que va de año por Hernández, quien confirmó tener previsto un sexto intento para el próximo mes de noviembre, cuando se corra la distancia de cinco kilómetros en el tradicional Marabana.
José Luis López Sado/Cubahora
