…y así entre todos logran
lo que era un imposible
que todo el mundo sepa
que el sur también existe.
Mario Benedetti
Hace pocas horas concluyó en La Habana la cumbre del Grupo de los 77 y China con una visión favorable a la cooperación entre sus pueblos. El debate sobre los retos actuales del desarrollo presupone la articulación unitaria de sus políticas. En fin de cuentas, una mirada consciente desde esta área geográfica, solo puede promulgar “que el sur también existe”.
El G 77 y China, en su composición diversa, cuenta con 134 estados miembros y representa el 80 % de la población
mundial. Razón suficiente para hacerse notar.
Conscientes de la necesidad de crear estrategias de coordinación para luchar contra las formas imperiales de dominación, la Asamblea General de las Naciones Unidas debe constituir un espacio para dejar expresada esa disposición.
De hecho la Asamblea General de la ONU, convocada para este martes, dará muestras del fortalecimiento de la lucha por un nuevo orden internacional cobrado en las últimas semanas. Al menos de la decisión objetiva de construirlo.
El crecimiento de los países que integran los BRICS, acontecido en la cumbre de la organización que tuvo lugar en Sudáfrica, durante agosto pasado, marcó una importante pauta, en esa dirección.
Como señalara recientemente el destacado politólogo argentino Atilio Borón los Brics “significan hoy el amanecer de un sistema internacional m{as promisorio, justo, simétrico y equilibrado”.
Debe entenderse que los Brics representan más del 40 % de la población mundial y cuenta con una enorme fuerza económica. Entre sus últimos ingresos pueden distinguirse como otra de las fortalezas del grupo, países grandes productores de hidrocarburos.
La declaración final de la cumbre de los Brics aborda en su mayoría las demandas del sur global, las mismas que en la reunión de La Habana, forman parte esencial de los empeños del G 77 y China. Cabe esperar un cambio sustancial ante esa fuerza inédita que pone a los países de este hemisferio en posibilidades extraordinarias de enfrentar la expoliación de las economías hegemónicas.
Una infografía publicada por Cubadebate a finales de agosto a partir de fuentes internacionales, arroja importantes cifras comparativas del comportamiento de diversos indicadores entre los países del Brics, el G 7 y el resto del mundo. Cabe señalar que en este último grupo figuran precisamente los países miembros del G 77.
De la infografía se desprende que el Brics y el resto (donde clasifica el G 77) representan el 45.0 % y 45,3 % respectivamente de la población mundial, frente al 9,7 % del G 7.
Respecto a los yacimientos petrolíferos tan caros al desarrollo los países pertenecientes al Brics cuentan con el 44.4 % de los mismos, el G 7 dispone el 3,9 % y el resto del mundo el 51,8 %.
La tendencia a fomentar el uso de las monedas nacionales en el comercio internacional predice una afectación considerable al dólar, si las ventas de hidrocarburos se atienen a ese propósito.
Por su parte la producción de alimentos reflejan balances semejantes. Los Brics producen el 48, 7 % del trigo y el 54, 7 del arroz cosechado en el mundo, el G 7 produce el 19,1 % y 2,6 % en igual orden, en tanto el resto del mundo alcanza una producción del 32,2 y 42,7 % de ambas producciones.
Esa realidad permiten considerar que si cada país de nuestra área geográfica defiende sus recursos naturales y protege sus economías del espíritu depredador de las políticas neoliberales, es posible diseñar un futuro alentador para nuestros pueblos. Sería un inestimable canto al desarrollo y la justicia social para mostrar al mundo como soñó el poeta, que el sur también existe.