Dentro del peloteo, tema retransmitido este lunes en el programa humorístico Vivir del cuento, aparece una institución llamada CECOGES, cuyo significado es Centro de Complicaciones de Gestiones.
Pánfilo, protagonista, aplica para un trabajo con una empresa española que solo se puede contactar por internet. Para ello le instalan el Nauta Hogar, pero la cosa se enreda cuando le sale una deuda de varios meses y debe acudir a ese lugar.
Aun cuando es propio del humor hiperbolizar la crítica, no creo que esta vez el guionista haya exagerado, pues las vicisitudes por las que tuvieron que atravesar él y sus acompañantes reflejan un problema presente en varias instituciones cubanas.
En nuestra provincia hay trámites que de solo pensar en lo engorrosos que resultan, a cualquiera se le quitan las ganas de enfrentarlos; sin embargo, a veces son tan necesarios que no queda otra opción.
Entre ellos figuran la solicitud de inscripción de nacimiento, la inscripción o venta de inmuebles o vehículos, poderes notariales, la obtención de pasaporte, carné de identidad o licencia de conducción, por solo citar algunos.
Pese al llamado de la dirección del país a agilizar los trámites, hay funcionarios a los que les gusta complicarlos. Creo que, en ocasiones, hasta lo hacen por beneficio propio.
Para nadie es secreto que en esos sitios hay clientes que pagan por agilizar su servicio, como también se siguen vendiendo turnos en las afueras de esos locales e, incluso, a través de las redes sociales.
Quizás con la intención de erradicar a los coleros y revendedores se implantó en algunos sitios el empleo de la vía telefónica para resolver los turnos. Sin embargo, contactar con el número en cuestión se convierte en una odisea que puede durar hasta meses.
A las molestias ocasionadas, similares a las que sufrió Pánfilo y demás, se suma no pocas veces la falta de sensibilidad, la lentitud en la prestación del servicio, el favoritismo y la inadecuada atención.
Si bien se han implementado medidas y mecanismos para agilizar los procesos, creo que aún queda mucho por hacer para lograr el propósito y al menos disminuir las insatisfacciones de la población. (ALH)