Leonardo da Vinci, el artista hombre de ciencia

 Leonardo da Vinci, hombre universal, dejó obras inolvidables. El artista que pintó La última cena y La Gioconda o Monna Lisa, también fue un notable científico.

Catalogado como un símbolo del Renacimiento, nació en Vinci, Florencia, el 15 de abril de 1452. Al morir, el 2 de mayo de 1519, en Amboise, Francia, dejaba un legado marcado por una curiosidad infinita.

Su genialidad pasó  inadvertida en sus primeros estudios, al dar muestras de poco interés por el saber establecido, sin embargo, siempre fue un atento observador de la naturaleza,

En 1469 comenzó como aprendiz en el taller de arte de Andrea del Verrocchio, donde se destacó por su inteligencia singular. Se inició como pintor y aprendió los oficios y labores técnicas que allí se ejecutaban.

Junto a su labor artística, Leonardo recogió en varios cuadernos, el resultado de las investigaciones que realizó. Las temáticas abordadas fueron muy variadas y dan idea de su genio científico.

Estudioso de la naturaleza:

Da Vinci sobresalió en las ciencias naturales y la física. Estudió temas relacionados con la luz y la óptica e incluso llegó a formular una ley en la que explicaba el ciclo del agua.

Sostuvo que tanto la luz como el sonido se propagan mediante ondas. Formuló ideas relacionadas con la disipación de la energía y la relatividad del movimiento. Se anticipó a la dinámica de los fluidos, al describir con detalles los vórtices de los torbellinos acuáticos.

Describió la importancia de los anillos de crecimiento de los árboles para determinar su edad y las variaciones climáticas ocurridas durante su existencia. Explicó la relación entre la forma de las plantas y la gravedad terrestre, conocida como geotropismo. También señaló la influencia de la luz del sol en su orientación.

Formuló conceptos de la paleobiología, relativos a la acumulación de fósiles. Llegó a describir correctamente el proceso de erosión, sedimentación y acumulación que hoy se denomina ciclo de las rocas.

Las anticipaciones de un genio:

Aunque no tuvieron aplicación ni llegaron a construirse, en sus bocetos Da Vinci se anticipó a varios logros de la ciencia y la tecnología modernas.

Como ingenie­ro militar diseñó puentes livia­nos, artillería li­gera, catapultas y otros instrumentos para la guerra. Previó la creación de pequeños submarinos, buzos equipados con bolsas de aire e instrumentos para abrir agujeros en las quillas de los bar­cos.

También inspeccionó terra­plenes, canales y fortificaciones de varias ciudades, tras lo cual ofreció sugerencias para su mejo­ra. Propuso obras de ingeniería para la canalización de pantanos y estudió las olas y las mareas.

Plasmó en sus cuadernos ideas precursoras de inventos del futuro. Así sucedió con la hélice de su máquina voladora, los robots autómatas, el tanque o carro de combate, el automóvil, entre otros.

La ciencia del ser humano:

Como muestra de su espíritu indomable, Da Vinci, estudió cadáveres de forma clandestina, en momentos en que estaba prohibido. Gracias a esto dejó una serie de dibujos sobre anatomía humana con un nivel muy acabado de detalles.

Entre ellos se destacan los de una cabeza cortada sagitalmente y un feto en el útero materno. También delineó con precisión los nervios craneales y los ventrículos cerebrales.

Dedicó esfuerzos a estudiar la anatomía del ojo humano y el origen de la visión. Con ese objetivo desarrolló sofisticadas técnicas para la disección anatómica del globo ocular.

Fue el primero que comprendió la significación de las contracciones del corazón para el movimiento de la sangre. Al mismo tiempo, describió correctamente el funcionamiento de las válvulas cardíacas.

Realizó estudios sobre músculos, huesos, tendones y el sistema reproductivo. Incluso, estudió la anatomía animal y comparó su estructura con la del ser humano. Fue el mayor anatomista de su tiempo, pero nunca ejerció la medicina.

Leonardo da Vinci aprendió de la observación del mundo natural. Mantuvo toda su vida una curiosidad infinita, que le llevó a comprender y describir los detalles de la naturaleza. Es un ejemplo imperecedero de hombre amante del conocimiento y estudioso de la realidad.(LLOLL)

Acerca Luis Ernesto Martínez González

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