Recordado en la historia de la ciencia como uno de los padres de la teoría de la selección natural, Alfred Rusell Wallace nos legó una amplia obra científica.
Nacido en Gales, Inglaterra, el 8 de enero de 1823, Alfred R. Wallace asistió a la Hertford Grammar School hasta 1836, tras lo cual se radicó en Londres. Más tarde fue contratado como maestro en la Collegiate School de Leicester. Allí enseñó dibujo, cartografía y agrimensura. Después trabajó como Ingeniero civil y comenzó a interesarse por la Entomología.
Desde esa época sobresalió por su espíritu autodidacta. Realizó la lectura de varios libros, entre ellos Vestiges of the Natural History of Creation (1844), de Robert Chamber. También conoció Principles of Geology (1830-1833), de Charles Lyell y Journal of researches (1839), sobre el viaje del Beagle, de Charles Darwin (1839).
En 1848 Wallace viajó a Brasil, con el objetivo de explorar la selva amazónica. Cuatro años después volvió a Inglaterra y casi inmediatamente se trasladó a Malasia, donde permaneció hasta 1862. Allí observó las marcadas diferencias de los animales de diversas partes del archipiélago, tras lo propuso la frontera zoogeográfica conocida como línea de Wallace. Además, recolectó más de 125 000 especímenes, de ellos 80 000 escarabajos.
En esos años por el archipiélago malayo Wallace empezó a plantearse hipótesis con respecto a la evolución y la selección natural. En 1858 envió a Darwin un artículo describiendo sus ideas, que fue publicado, junto a una descripción de la propuesta darwinista, en ese mismo año. Por esta razón se le considera, junto a Darwin, uno de los padres de la teoría de la selección natural.
Al regresar a su patria escribió varios ensayos y dio conferencias para defender el evolucionismo. También mantuvo correspondencia con varios naturalistas célebres, donde trató temas que le interesaban, entre ellos la selección sexual. Tras la publicación por Darwin de la obra El origen de las especies (1859), Wallace se convirtió en uno de sus defensores más firmes.
Realizó aportes destacados a la Teoría Darwinista, sobre todo en relación con la selección sexual y el papel de la hibridación, que se denominó “Efecto Wallace”. En 1889 publicó el libro Darwinism como respuesta a las críticas científicas a la selección natural.
Fue un activo crítico de la sociedad inglesa de su tiempo. Defendió que la tierra debía ser propiedad del estado y ser rentada para producir beneficios a un mayor número de personas. Se opuso al darwinismo social y a la eugenesia, defendió el sufragio femenino y alertó acerca del militarismo.
Viajó en 1886 a los Estados Unidos, donde impartió conferencias sobre darwinismo, biogeografía, espiritualismo y reforma socioeconómica. Exploró las Montañas Rocosas y esto le permitió plantear una teoría sobre la influencia de las glaciaciones en las similitudes entre la flora de Europa, Asia y América del Norte.
Alertó sobre el impacto de las actividades humanas en el medio ambiente. Advirtió de los peligros de la deforestación y de la erosión del suelo, especialmente en climas tropicales propensos a lluvias torrenciales.
Recibió múltiples reconocimientos, entre ellos la Medalla de los Fundadores de la Royal Geographical Society (1892) y la Medalla Copley de la Royal Society (1908). También se le otorgó, en 1908, la Medalla Darwin-Wallace , de la Sociedad Linneana de Londres.
Entre sus libros sobresalen A Narrative of Travels on the Amazon and Rio Negro (1853) y The Malay Archipelago (1869), dedicados a los viajes que realizó. También hay que mencionar la autobiografía My Life (1905).
Al morir a los 90 años, el 7 de noviembre de 1913, fue enterrado en un pequeño cementerio en Broadstone, como le había pedido a sus familares. En 1915 fue colocado un medallón en su honor cerca de la tumba de Darwin en la Abadía de Westminster.(LLOLL)