La diabetes mellitus es una enfermedad endocrino metabólica que tiene especificidades y características propias donde se involucran algunos mecanismos inmunológicos para su aparición y desarrollo.

Constituye una enfermedad crónica que aunque tiene menos presencia en la población pediátrica afecta a este grupo etáreo.

El doctor José Hernández Hernández, especialista en pediatría y subdirector de Salud en la provincia, expresó que la diabetes infanto juvenil ocupa el 3% del total de casos, con una incidencia en la población pediátrica menor que en la adulta, y requiere de un cuidado especial por especialistas, ya sea endocrinólogos, pediatras, clínicos y todo el personal de salud involucrado en el tratamiento de la enfermedad.

«Existen dos tipos de diabetes, la insulino dependiente (tipo I), la cual requiere estrictamente el uso de insulina, y la del tipo II, que es más frecuente en los adultos, aunque abundan casos en la población infantil en la adolescencia», resaltó Hernández Hernández.

El especialista explicó que la diabetes infanto juvenil es más agresiva y puede aparecer en cualquier edad de la línea pediátrica, además de ser más frecuente en edad escolar, el período de más afectación.

Foto: Tomada de Internet.

«La sed constante, la necesidad de orinar más seguido de lo usual, el deseo constante de comer, rubor facial, aliento con olor a fruta fermentada (cetónico), dolor abdominal mantenido, vómitos incontrolables y respiración rápida, constituyen los principales síntomas o manifestaciones de la diabetes infanto juvenil.

«Algunos de los síntomas mencionados anteriormente constituyen un cuadro clínico de extrema urgencia, ya que el niño puede llegar a un coma, debido  a la dificultad de la glucosa para entrar a las células del organismo y ser utilizadas en la nutrición para el metabolismo del cuerpo», explica Hernández Hernández.

El especialista en pediatría añadió que el fracaso de la lactancia materna es un factor de riesgo en la aparición de la enfermedad, por lo cual se insiste en una lactancia exclusiva al menos en meses y complementada hasta los dos años de vida.

«Está demostrado que la introducción precoz de la dieta del infante con otra leche puede originar la formación de anticuerpos que dañan el páncreas y afectan las células que producen la insulina, lo que propicia el surgimiento de la diabetes», agrega.

Foto tomada de Internet.

La fuente comenta que se debe establecer un régimen de alimentación ordenado, con las seis comidas diarias que están establecidas: desayuno, merienda ligera, almuerzo, merienda en la tarde, comida y merienda nocturna, la cual es muy importante para garantizar el metabolismo.

«Para la atención a infantes con esta enfermedad se crean espacios en los consultorios y otros espacios básicos de salud. El niño pertenece al grupo tres para enfermedades crónicas y debe realizársele un control trimestral y una evaluación semestral por parte de los pediatras y consultas periódicas en los servicios de endocrinología, aparte del control y revisión de la glucemia», menciona.

La realización diaria de ejercicios físicos, mantener una dieta balanceada, la administración disciplinada de su medicación, así como el apoyo de la familia, son aspectos cruciales en la vida de un niño que padezca esta enfermedad. (ALH)

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