• El Autismo es una condición que no discrimina sexo, edad, religión o condición económica.
Lee, recita una poesía y hasta es capaz de mencionar una fecha histórica. Le apasiona la música y también jugar con la computadora.
A sus 13 años, todas esas acciones parecen normales, sin embargo, cuando intentas conversar con él notas la diferencia.
Y si por casualidad le preguntas algo, esperarás en vano la respuesta. Es como si no escuchase.
A simple vista puede parecer que nada ni nadie le importa. Pero, no es así, y eso lo saben quienes le rodean.
Por eso, su mamá dice que es un niño amoroso, tranquilo y obediente. Solo que, como cualquier otra persona autista, actúa de una manera distinta.
EL SÍNDROME DEL ESPECTRO AUTISTA
Según cifras emitidas en 2019 por la Organización Mundial de la Salud, uno de cada 160 niños tiene un Trastorno del Espectro Autista (TEA).
Se trata de un trastorno de origen neurobiológico que afecta al funcionamiento del cerebro y el sistema nervioso.
De igual modo, se presenta en las primeras etapas de la infancia, detectándose por los rasgos de comportamiento del menor, pues no existe un estudio o test específico para diagnosticarlo.
Se le denomina TEA, precisamente, porque nunca dos de quienes lo padecen tendrán iguales síntomas.
De ahí que comprenda otros trastornos, tales como: Síndrome de Asperger, Síndrome de Heller, Síndrome de Rett y trastornos generalizados de desarrollo.
Desde el año 2002, se instauró en Cuba un programa de atención especial a niños con este Síndrome, que antes no tenían cobertura en el sistema educacional.
Los que asistían a la escuela eran tratados como retrasados mentales y el autismo no es una enfermedad mental.
En Matanzas existe un equipo multidisciplinario, rectorado por los Ministerios de Salud y Educación, encargado de emitir el diagnóstico y delimitar la estrategia de intervención atendiendo a las particularidades individuales.
Y aunque la falta de recursos atenta contra esta labor, sus profesionales persisten en brindarles ayuda y apoyo a las familias.
ALGUNOS DATOS INTERESANTES SOBRE EL AUTISMO
Salvo contadas excepciones, el autismo es congénito y se manifiesta en los niños regularmente entre los 18 meses y tres años de edad.
Los primeros síntomas suelen ser la pérdida del habla, no mira a los ojos, parece sordo y muestra obsesión por los objetos o total desinterés en las relaciones sociales, por lo que a veces se confunde con esquizofrenia infantil.
Estas personas son propensas a ciertas conductas repetitivas y no quieren cambios en sus actividades diarias.
Muchas de ellas aprenden, prestan atención y reaccionan ante diferentes sensaciones de manera inusual.
Cerca del 40 % de los niños autistas no hablan del todo. Otros tienen ecolalia, es decir, repiten lo que se les dice.
Algunos estudios e investigaciones sostienen que los niños tienen cinco veces más probabilidades de padecer este trastorno que las niñas.
El “Síndrome de Savant o del Sabio”es un síntoma que forma parte del espectro autista y que puede manifestarse en algunas personas con autismo. Se caracteriza por poseer un nivel de habilidades o talentos excepcionales que pueden ser catalogados como prodigios.
Nadie conoce con exactitud la causa de las deficiencias del espectro autista, pero los científicos creen probable que se relacione con factores genéticos y ambientales.
LA CELEBRACIÓN
Desde enero de 2008, la Asamblea General de las Naciones Unidas decretó el 2 de abril como Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo.
La fecha tiene como objetivo contribuir a la mejora de la calidad de vida de las personas que lo padecen.
Es así que en Matanzas se desarrollan por estos días algunas actividades, con sede en la Clínica Rosa Luxemburgo, en la barriada de La Playa, organizadas por el equipo de Atención Integral al Espectro Autista de la Dirección Provincial de Salud.
Entre ellas figura el intercambio de los niños y sus familias con los artistas del proyecto La Casa de Azulín. Se suman juegos de participación y confección de títeres.
De esta manera se pretende promover su inclusión como ciudadanos de pleno derecho en todos los ámbitos de la sociedad.
Y es que el hecho de que no interactúen con otras personas, que prefieran estar a solas, que les cueste entender sentimientos de otros o hablar de los propios, no significa que no existan.
Que sus reacciones antes determinadas situaciones sean inhibidas o exageradas, que rechacen caricias o las permitan solo cuando ellos quieren, no evidencia carencia de sentimientos.
Y si de un largo tratamiento no obtienes grandes milagros y sí lentos avances, piensa que puedes apoyarle. No pretendas ser él, ayúdale a ser él mismo.
Fragmentos de una carta escrita por un padre a su hijo autista (Tomada de internet)
Hijo mío:
Aunque no sepas leer ni hablar, menos comprender esta carta, es mi deseo comunicarte lo triste que me siento sin ti; tu escuela y mi trabajo nos mantienen físicamente alejados, pero en ningún momento dejo de recordarte; tú has sido mi motor en la diaria lucha.
Cierto que eres diferente… Yo te quiero y acepto como tal. Si tu situación requiere que recibas de nosotros todo nuestro tiempo es porque el destino ha decidido que luchemos juntos y tal vez nunca nos separemos.
El mundo en que vivimos te cataloga como alguien que necesita atención y es, por eso, que deberás seguir luchando por ser normal.
Te amo, Javiercito. Estoy seguro de que en un futuro cercano encontraremos el punto medio de nuestros dos mundos y aprenderemos cada quien a vivir lo mejor de cada uno. (ALH)