Dado que las aves migratorias dependen de diversos sitios a lo largo de su área de distribución, la pérdida de sitios de invernada y de escala podría tener un impacto drástico en sus posibilidades de supervivencia.
Volar largas distancias implica cruzar numerosas fronteras entre países con diferentes políticas ambientales, legislaciones y medidas de conservación, por lo que se requiere la cooperación internacional entre gobiernos, ONG y otras partes interesadas a lo largo de toda la ruta migratoria de una especie para compartir conocimientos y coordinar los esfuerzos de conservación.
Para sus organizadores, la jornada constituye una herramienta eficaz para concienciar a nivel mundial sobre las amenazas que enfrentan las aves migratorias, su importancia ecológica y la necesidad de cooperación internacional para su conservación.
El día se celebra debido a la colaboración entre dos tratados de la ONU —la Convención sobre las Especies Migratorias y el Acuerdo sobre las Aves Acuáticas Migratorias de África y Eurasia.
En este 2025 la jornada insta a que en cada comunidad, tanto urbana como rural, se desempeñe un papel importante en el apoyo a las aves migratorias y lo pueden lograr mediante una buena planificación urbana y la adopción de prácticas respetuosas con las aves, como la creación de hábitats saludables, la reducción de la contaminación.
También teniendo en cuenta la prevención de colisiones con ventanas de vidrio y otros objetos construidos, las comunidades pueden contribuir significativamente al bienestar de las aves migratorias.
Tomado de Prensa Latina